En una entrevista con El Dínamo, Rolando Jiménez, conocido por ser el líder histórico del Movimiento de Liberación Homosexual, habló de sus años de lucha armada en contra de la dictadura, desde una unidad de combate del Partido Comunista. Por sus declaraciones, RN y la UDI están pidiendo que se aclare su rol.
La historia de Jiménez, como está expuesta en la entrevista, es bella. Es una historia de superación, de lucha, de conciencia y de un sujeto que decide actuar de forma valiente en contra de un proceso histórico en el que los desaparecidos y torturados seguían aumentando, luego de 10 años de dictadura y que se encontró con un grupo de personas que debatieron y encontraron legítima la posibilidad de enfrentarse, por la vía armada, a un régimen autoritario que estaba, a todas luces, cometiendo los excesos más feroces en contra de su población y sin tener una oposición que pudiera defendernos.
Con su chapa de “Jorge” armó la primera protesta en la Población La Pincoya e intencionó todo para formar parte de la unidad de combate que se estaba formando en el PC. Su unidad eran apenas 5 combatientes y todos menores de 25 años. Sus herramientas de lucha eran explosivos caseros y a pesar de que aprendió a usar diversos tipos de armas, cuenta (como lo han señalado otros testimonios) que apenas y alcanzó a utilizar un revólver calibre 22 en contra de un furgón de pacos y nada más.
Luego abandonó las armas. Las cambió por una buena oratoria en las protestas, por tomas de terrenos y por reuniones políticas, llegando a ser considerado para secretario regional de las juventudes comunistas, pero su homosexualidad terminó con esa idea. Finalmente cuenta que su carrera paramilitar y política terminó a causa de la discriminación sexual, que se transformó en la batalla que comenzó en 1986, año en el que asumió públicamente su condición sexual, y sigue hasta el día de hoy.
En resumidas cuentas, esa es la historia.
Pero esta historia no pasó inadvertida para la derecha.
Todo ha comenzado con las declaraciones del diputado RN, José Manuel Edwards, quien, el día sábado en La Tercera ha señalado que: “Los delitos cometidos por movimientos que usaban la violencia, deben ser aclarados.”
Y luego sigue diciendo que es “lamentable” esta “faceta en la historia” de Jiménez, ya que “los movimientos en los que él participó en el pasado, violaban los derechos humanos”.
Juan Antonio Coloma, diputado de la UDI, no se quedó atrás y dijo que “Me parece impresentable que haya un presidente de partido que se jacte de haber trabajado para matar a una persona, y que ahora sepamos que Jiménez fue parte del reclutamiento de personas”
Suenan un poco graciosas estas declaraciones, más aún proviniendo de la derecha, si comparamos la magnitud y las proporciones de los hechos.
Hoy en día nadie se atreve a condenar a quienes lucharon en contra del nazismo o del franquismo español, porque el mundo entero y la humanidad saben las atrocidades que se cometieron en ambos regímenes. Es de locura criticar a gente que, con casi nada, se atrevieron a luchar en contra de la dictadura atroz que la derecha, en Chile, todavía defiende.
Pero Jiménez da cuenta de esta locura señalando el “carenalguismo inaudito” de la UDI y RN al pedir explicaciones ya que son los menos aptos para pedirlas, sobre todo en materia de derechos humanos.
Cabe mencionar que Alberto Cardemil ocupó el cargo de Subsecretario del Interior de la dictadura militar y más tarde fue presidente de Renovación Nacional y Jovino Novoa, miembro fundador de la UDI, fue Subsecretario General de Gobierno también en dictadura y nadie les está pidiendo explicaciones por las violaciones a los derechos humanos, que afectaron a miles de personas y de los que todo el país tiene conciencia.
Esto es como el mundo al revés.
En Twitter: @AngelaBarraza