La ciudadanía de Malasia está preocupada tras la aprobación por parte de la cámara baja del Parlamento de la nueva ley de Prevención del Terrorismo, una legislación que supondrá un duro golpe para los derechos humanos de los malasios.
Con la aprobación de esta nueva ley, el gobierno de Najib Razak volverá a tener poder suficiente como para detener y encarcelar a personas de forma arbitraria y durante un tiempo indefinido sin necesidad de juicio ni pruebas inculpatorias más que la mera sospecha de relación con el terrorismo.
La justificación para poner en práctica esta regresión antidemocrática en Malasia es la misma que llevamos escuchando en repetidas ocasiones desde que en 2001 ocurriera el fatal suceso de las Torres Gemelas. Gobiernos de todo el mundo, bajo la excusa de luchar contra el terrorismo, no han dudado en endurecer sus legislaciones para limitar derechos y libertades fundamentales de sus ciudadanos argumentando la necesidad de sacrificio por acabar con el terrorismo.
La policía de Malasia advirtió de la necesidad de poner en práctica la nueva ley, pues 92 malasios habían sido detenidos en el último año por presuntos vínculos con Isis en Siria; un número que, en un país de casi 30 millones de habitantes, no parece suficiente para justificar la imposición de una tan restrictiva ley anti terrorista.
N. Surendran, un diputado malasio de la oposición declaró ante la prensa el temor de la ciudadanía a que la ley pueda ser objeto de abuso: «Yo no creo que haya ninguna base para la afirmación del gobierno de que se necesita esta ley para contener [Isis]«.
El ministro de Interior de Malasia, por su parte, insistió en que la Ley de Prevención del Terrorismo era necesaria para frentar el aumento de la militancia islámica a tiempo. Zahid Hamidi dijo: «Esta es una amenaza rea, y se necesitan medidas de prevención«.
Organizaciones en defensa de los Derechos Humanos, como Human Rights Watch, denunciaron la nueva ley aprobada por la cámara baja del gobierno de Malasia, pues servirá de excusa para que las fuerzas de seguridad intimiden e infundan terror entre una población que será, de nuevo, silenciada y amordazada.