La noche de violencia que terminó con una golpiza a una artista trans

El miércoles en la madrugada tuvo lugar una pelea en el local Row 16 del barrio bohemio de Recoleta. Canela Solís, la víctima de agresiones, denunció a través de Facebook lo ocurrido. "Golpes con fierros", relataba. Desde el local desmienten lo anterior y se defienden: dicen que la performista golpeó primero a uno de los suyos. Ambas versiones se chocan en momentos determinados de la noche. Aquí contamos las dos partes.

La noche de violencia que terminó con una golpiza a una artista trans

Autor: Nicolás Massai

Foto: Nicolás Massai

La madrugada del miércoles pasado, en el barrio Bellavista, sucedió una pelea dentro de un club nocturno que terminó en una vereda cercana. El local Row 16, de calle Pío Nono, ubicado a pocos metros de las faldas del Cerro San Cristóbal, albergó una fiesta que tenía el objetivo de reunir fondos para unos estudiantes de teatro próximos a realizar la obra final de la carrera.

Entre todos los invitados al evento estaba Canela Solís, joven transexual de 22 años, actriz y performista, que llegó al local acompañada de otra amiga. Iban a bailar. Cerca de las cuatro de la mañana tocó el turno de su show. Los parlantes comenzaron a pasar Hot, de Inna, una cantante rumana especialista en la mezcla del estilo House. Canela se dispuso a mover sus tacos plateados por sobre el escenario.

Así fue, pero la canción fue interrumpida a los dos minutos.

–Iban a hacer la performance cuando nosotros estábamos cerrando. Tenemos horario, no podemos funcionar después de las 4 de la mañana o si no nos sacan parte. La hicimos más corta y se enojaron un poco –cuenta Luis Castro, responsable del club nocturno.

Hasta la interrupción de Hot las versiones de lo ocurrido, previo a los golpes que acusa Canela, se mantienen casi idénticas. Luego de este hecho cada cual seguirá la historia por su lado; Solís acusará un ataque transfóbico. Castro se justifica aludiendo a un acto de violencia inicial por parte de la performista.

La golpiza

Canela Solís publicó al otro día del altercado un texto en Facebook en el que hacía esta denuncia. Su relato llegó a los oídos del Movilh. La organización por la diversidad sexual adhirió rápidamente a la versión de la joven, y publicó una nota de prensa en la que se adjuntaba la acusación.

La siguiente declaración, emitida por ella, relata lo sucedido minutos después de la interrupción del show.

–Llegó el DJ, el de la barra, el dueño, la mesera, el mesero y un tipo más a acorralarnos a todos con machetes, palos y fierros. Yo estaba con mi cartera y una maleta grande negra que tenía todos mis vestuarios.

A esas alturas de la noche, cuando la música se apagó, la reja de entrada permanecía cerrada, todavía con clientes en el interior del local. Canela acusa una encerrona por parte de los funcionarios de Row 16. Castro, por su parte, culpa a Solís por el robo de una botella de licor, hecho que habría motivado, según sus palabras, la retención de la joven.

–Me acerco con mi hijo a la oficina y me dicen que este chico (chica; Canela) se había robado una botella de ron. Le dije que fueran y le preguntaran en la puerta y lo retuvieran. Él lo negó, hizo escándalo –dice el dueño.

Canela cuenta que le revisaron la maleta en la que traía los vestuarios y no encontraron el objeto. Castro afirma que ella no dejó revisar sus pertenencias. Luego comenzó la pelea. Afirma que la empezaron a golpear. Se tiró al suelo, adquirió una posición fetal, una amiga se tiró encima suyo para protegerla y el ataque persistió. Después, finalmente, abrieron la reja del local y pudo salir. Pero los golpes continuaron en la vereda.

–Abrieron la reja, corrí con tacos y todo, me caí de hocico de tanto correr y cruzaron a seguirme pegando –dice, y agrega que a su amiga, que a esas alturas de la noche ya no figuraba travestido, le decían frases como «te voy a matar, maricón culiao».

El ensañamiento que acusa la joven aludiría directamente a un carácter transfóbico por parte de Luis Castro y algunos de sus funcionarios. Si bien este último confirma la golpiza en ambos sitios, se apura en relatar un hecho nuevo que habría motivado los golpes. Descarta de plano un elemento discriminador y contextualiza con otro hecho distinto al robo, uno que hasta ahora era desconocido.

–Mandé a mi hijo para que llame a Carabineros, para no tener problemas con él (ella, Canela). Cuando mi hijo va a tomar su teléfono celular él le da un golpe, le bota el celular y se lo hace tira. Mi hijo se agacha a recoger el celular, se pone de pie y él con un vaso se lo revienta en la cara. Le rompió la frente. En base a eso nosotros reaccionamos –dice, y añade que los que arremetieron contra la joven transexual fueron su hijo y solo algunos funcionarios de Row 16.

Canela Solís desmiente tanto el robo de la botella de ron como el supuesto golpe al hijo de Castro.

La versión de la joven transexual dice que ya en la calle, tras los golpes, se abalanzó sobre una camioneta de Carabineros que iba pasando por Pío Nono. Allí les relató lo sucedido. Ellos entraron al local y le habrían dicho a Canela que se fuera sin más. La versión de Castro dice que Carabineros constató las lesiones de su hijo.

La segunda denuncia

Canela acusó a través de Facebook, también, que su maleta negra y sus pertenencias personales habían quedado en el interior del recinto.

–Era un corsés, más de 7 vestuarios, calzas. Además me robaron la cartera, que tenía 50 lucas. Tenía mis documentos, mi tarjeta, pase escolar, y ahí estaba mi celular.

El relato es desmentido por Castro, quien dice que todo lo que pertenecía a Canela se le fue devuelto ante la presencia de Carabineros.

–No quedó ninguna cartera dentro del local. No nos quedamos con ninguna cosa –relata.

El viernes por la mañana el Facebook de la performista estaba cerrado. La publicación que denunciaba los hechos de la madrugada del miércoles tampoco se podía ver.

–Me despierto, una amiga me llama y me dice: oye por qué escribiste eso. No entendí. Traté de ingresar a mi Facebook y no podía. Los tipos, como tienen mi celular, escribieron, con una ortografía muy mala, disculpen a todos, me arrepiento, esto jamás fue una agresión, yo le pegué a los tipos, yo me robé un copete. Inventaron puras estupideces. Luego de eso lo borraron y yo no me puedo meter, no tengo cómo abrirlo. Yo no he escrito nada, no me puedo meter desde anoche –relata Canela.

Esta infracción del celular es desmentida por Luis Castro.

Ambas partes nos hicieron llegar fotografías de las agresiones. El dueño de Row 16 envió una imagen en la que aparece una cabeza humana, supuestamente de su hijo, con cortes a la altura de la frente y sobre la ceja izquierda. Canela, y el mismo Movilh, publicaron fotos en las que ella aparece golpeada, junto a una chaqueta cubierta de sangre.

Castro desmiente que los ataques hayan sido con fierros, tal como ella acusa.

–Si hubiera sido golpes de palo y fierro lo habrían quebrado. Fueron puños, nada más que puños. Si tú ves él quedó bien golpeado pero en ningún momento tiene una fractura, un corte, nada tan grave.

Asimismo, el dueño de Row 16 acusa que Canela, aparte de romperle la cara a su hijo, trizó espejos y destrozó el backstage que le fue facilitado antes de su show, cosa que la performista desmiente.

Los próximos pasos legales

Durante la tarde de este viernes Canela Solís tenía pensado ir a hablar con el alcalde Daniel Jadue, quien se mostró interesado en recopilar mayores antecedentes sobre el caso. Según contó la joven a este medio, la autoridad de Recoleta tendría entre sus planes una querella en contra de los responsables del ataque. Esto último fue desmentido a este medio desde el municipio. Canela cuenta que también fue a dejar constancia a Carabineros por el supuesto hackeo de sus redes sociales. Las acciones legales por parte de la actriz estarían siendo evaluadas con personas del Movilh y otros movimientos por la lucha de los derechos de la diversidad sexual.

Castro, por su parte, contó que van a denunciar a la bailarina por el supuesto ataque en contra de su hijo.

Nicolás Massai

El Ciudadano


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