Este martes, el Gobierno de Bachelet, promulgó la Ley de Derechos y Deberes en Espectáculos de Fútbol Profesional. Nombre amable para una ley que busca dar un consorte juridico y represivo al negocio del fútbol, al sustentar la relación hincha-club, desde la mirada de cliente o consumidor (hincha) de un producto (el club empresa). Es decir, entregarle garantías judiciales a quienes se robaron el fútbol, ya que no cambia en un ápice las mismas lógicas de mercantilización del deporte y de la sociedad en que nos tiene imbuidos desde hace 30 años, el neoliberalismo canibal que vivimos en Chile.
La ley fue presentada por el Ejecutivo a través de la Subsecretaría de Prevención del Delito, y en abril pasado terminó con todos los trámites legislativos previo a la promulgación…un tramite realizado de forma más rápida que Alexis dribleando por la banda derecha.
Este proyecto, que reforma la antigua Ley Nº 19.327 sobre violencia en los estadios, apunta a tres elementos esenciales: Ampliación de la aplicación de la ley a hechos conexos (entrenamientos, desplazamiento de hinchas desde y hacia el estadio, y festejos en lugares públicos, es decir aumenta los hechos que podrían ser considerados violencia en los estadios); régimen sancionatorio efectivo(multas a los clubes que incumplen los minimos de seguridad de un evento deportivo y sanciones más fuertes para hinchas que se apartan de la mirada de consumidor del fútbol); y por ultimo, estatutos de derechos y deberes de los hinchas, una especie de apartado Sernac para el consumidor de fútbol profesional.
Ya hemos visto como en el pasado reciente, con el Plan Estadio Seguro, el embrión de esta nueva ley, se prohibieron los lienzos, los fuegos artificiales, los bombos, entre otros, ya que eran artefactos que incitaban a la violencia o por la ley eran considerados actos de violencia, cuando a través de estos se levantaban diversas luchas y criticas a la privatización de los clubes profesionales por parte de las SAD.
Esta ley comenzará a aplicarse con la Copa América, que se inicia este jueves 11 de junio, con el partido entre Chile y Ecuador en el Estadio Nacional. Una rápidez en la promulgación que no deja de ser extraña y llamativa, ya que en el contexto de las amplias movilizaciones sociales que están ocurriendo en este momento en el país y por las cuales los estadios podrían ser un amplificador de las diversas demandas populares, o en estos podrían producirse actos de solidaridad con las luchas de los trabajadores, pobladores, estudiantes o el pueblo mapuche, con esta nueva ley muchas de estas acciones de protesta podrían ser consideradas acciones de violencia desde ya.
Creemos que los poderosos han aprendido lo que pasó el año 2011, cuando en la Copa América realizada en Argentina, gracias a muchas acciones realizadas por futboleros concientes y solidarios, la lucha por la educación gratuita que sigue dando el movimiento estudiantil, se mundializó, rompió las fronteras chilenas, externalizando una realidad que fuera del país era desconocida, ya que lo que salía hacia fuera era que Chile era modelo capitalista a reproducir.
Tienen temor que las demandas sociales de un Chile hastiado de mentiras, corrupción, deudas, desigualdad, violencia estatal, prácticas antisindicales, mercantilización de los derechos sociales y reformas hechas a la medida de los empresarios y las transnacionales, salgan al mundo a través de un partido de fútbol, por eso lo intentan bloquear apurando esta ley.