Las bombas racimo, esquirlas de una guerra añeja

Representantes de 98 gobiernos, más 125 representantes de 50 países que abarcan a sobrevivientes, investigadores y expertos en temas como el desminado o en políticas estatales para apoyar la prohibición de armas especialmente aberrantes para los seres humanos en la guerra, se encontraron en Santiago para debatir alrededor de la destrucción total de los arsenales […]

Las bombas racimo, esquirlas de una guerra añeja

Autor: Cesarius


Representantes de 98 gobiernos, más 125 representantes de 50 países que abarcan a sobrevivientes, investigadores y expertos en temas como el desminado o en políticas estatales para apoyar la prohibición de armas especialmente aberrantes para los seres humanos en la guerra, se encontraron en Santiago para debatir alrededor de la destrucción total de los arsenales de bombas racimo en el mundo en una Conferencia Global en torno a la Convención contra el uso de las bombas de racimo.

La delegación ha estado en el Hotel Sheraton desde el lunes pasado, y ha logrado convocar a 13 países que aún no han firmado la Convención sobre Municiones en Racimo (CMC, por sus siglas en inglés), entre los que se cuenta Argentina y Brasil, de cara a llegar a acuerdos con los representantes de los gobiernos que aún deben ratificar el Convenio internacional para consolidar este tratado.

Conor Fortune, encargado de comunicaciones de la CMC en Santiago, explica que este es el primer encuentro global de este tipo después de la ceremonia de firma de la Convención sobre Municiones en Racimo, que se dio en Oslo, en diciembre de 2008. También, que se desarrolla apenas dos meses antes de la entrada en vigor de la Convención, el 1 de agosto, “cuando todas las obligaciones se vuelven vinculantes”.

Los 98 gobiernos reunidos en la conferencia de Santiago están revisando el progreso de las normas que apoyan la Convención y asentando las bases para la implementación de ésta, algo que se va a concretar en un Plan de Acción en la Primera Reunión de Estados Parte a la Convención en República Democrática Polular (RDP) Lao, en noviembre próximo, explica el activista por la erradicación de las bombas racimo.

Hasta el momento ya son 106 los países que firmaron el tratado y en poco más de un año ya lo han ratificado 36. “Otros, como es el caso de Chile, están muy cercanos a ratificar la Convención formalmente -informó Fortune-, lo que significa que va a entrar en vigor el 1 de agosto con alrededor de 40 ratificaciones”.

Según la opinión de los activistas, el ritmo que ha tomado la ratificación del convenio, es muy rápido para un tratado internacional. Pero también es cierto que “va a ser muy difícil convencer a algunos países que ratifiquen, pero como es la experiencia del Tratado contra las Minas Anti Personal, aún si no han ratificado algunos países, el hecho de que la mayoría de los estados del mundo se oponen al uso del arma estigmatiza su uso –lo que lleva a una prohibición de facto, . En la CMC, esperemos que así sea con las bombas en racimo”, enfatiza Fortune.

LAS BOMBAS DE RACIMO Y LOS PAÍSES

Chile firmó la Convención y está a pasos de ratificar, ya que el Senado aprobó el proyecto de ley nacional que lo asegura en mayo recién pasado. Y se dejó de fabricar municiones en racimo (luego de que cerrara esa fábrica de Carlos Cardoen) pero todavía tiene un pequeño stock de las armas que tendrá que destruir una vez se convierta en Estado Parte. Todos los Estados Parte también deberían promover las normas de la Convención, y urgir a otros países que ratifiquen.

Los activistas en contra de las bombas de racimo dicen que uno de los logros más importantes de la Convención es la el grado de conciencia que ha alcanzado el público en general respecto de la problemática y de alguna manera se ha logrado la estigmatización del uso de este tipo de armas, como se dio en la respuesta mediática en contra del uso de bombas racimo en Israel y El Líbano en 2006, o en Georgia en el conflicto con Rusia en 2008.

La mayoría de los estados ya reconocen el inmenso costo humanitario de esta arma que no discrimina entre objetos militares y civiles, y que deja a muchas submuniciones sin explotar, que lastiman y matan por años después de haber terminado un conflicto armado. Muchos países que fabricaron y usaron las bombas en racimo en el pasado no sólo han dejado de usarlas sino que han ratificado la Convención para prohibirlas – como es el caso del Reino Unido.

En el caso de Brasil, por ejemplo, que sigue siendo fabricante de bombas de racimo, ha hecho parte de los distintos países que “dan sus propias excusas, pero la realidad es que las municiones en racimo como sistema armamentístico ya se pasó de moda. Su diseño era concebido para las movilizaciones masivas de tropas y tanques durante la Guerra Fría – una forma de conflicto armado que no encaja con el mundo de hoy”, explica Fortune. Además de eso, cada vez se reconoce más el daño inaceptable que las bombas en racimo causan a los civiles – con tal de que se vuelve cada vez más impensable que los estados usen estas armas, y cuanto más se universaliza la Convención, más se achica el mercado para vender estas armas.

Hoy, miércoles 9 de junio, termina la Conferencia en Santiago, con una conferencia de prensa que se realizará a las 13:30 horas en el Hotel Sheraton.

Por César Baeza Hidalgo

El Ciudadano


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