Las claves de la despenalización del cannabis en Colorado y Washington

Mientras gran parte de la atención estaba puesta en la contienda electoral que terminó por elegir por otros 4 años a Barack Obama en la Casa Blanca, los ciudadanos de los estados de Colorado y Washington votaron a favor de despenalizar el consumo recreativo de la marihuana, lo que los convierte en los primeros de […]

Las claves de la despenalización del cannabis en Colorado y Washington

Autor: Mauricio Becerra

Mientras gran parte de la atención estaba puesta en la contienda electoral que terminó por elegir por otros 4 años a Barack Obama en la Casa Blanca, los ciudadanos de los estados de Colorado y Washington votaron a favor de despenalizar el consumo recreativo de la marihuana, lo que los convierte en los primeros de Estados Unidos.  Se estima que la legalización del cannabis en Washington y Colorado representará para los carteles de narcotraficantes pérdidas de 1.372 y 1.425 millones de dólares y en el 2011 el FBI contabilizó 757.969 arrestos asociados al cannabis.

Parece que los procesos de esta época ocurren por abajo. Pese a que Estados Unidos es el principal promotor de la guerra a las drogas en el mundo, los votantes de los estados de Colorado y Washington aprobaron en las recientes elecciones el consumo con fines recreativos.

En Colorado la Constitución será modificada para permitir la posesión con fines recreativos de cannabis, además de la producción y distribución en personas mayores de 21 años.

En el estado de Massachusetts se aprobó el uso medicinal de la marihuana, sumándose a otros 17 estados donde es permitida tal dispensación. Claro que el camino seguido hasta ahora fue a través de votaciones en los parlamentos estaduales.

En cambio, Arkansas, Oregon y Montana, rechazaron la marihuana para cualquier uso. En Montana, además, se aprobó denegar acceso a servicios públicos a los inmigrantes irregulares.

En Colorado y Washington las medidas zanjadas en votación pueden tardar más de un año en ponerse en práctica y arriesgan ser frenadas por iniciativas del Departamento de Justicia, debido a que el cannabis está prohibido a nivel federal

Ethan Nadelmann, director de Drug Policy Alliance, comentó que “tras liderar la guerra contra las drogas por tanto tiempo, ahora (Estados Unidos) emerge como un líder mundial en la reforma de políticas sobre la marihuana (…) Esto les envía un mensaje poderoso de que Estados Unidos está en el camino de transformar la política en materia de drogas”.

Pese al estigma de años de propaganda mediática contra el cannabis, Drug Policy Alliance destaca que “nunca antes tiene soporte para hacer legal la marihuana ha sido tan generalizada”.

Una encuesta de Gallup de 2011 reveló por primera vez que el 50 por ciento de los estadounidenses apoya la legalización de la marihuana y que un 46 por ciento se opone.

La semana previa a la elección, el Uniform Crime Report anual del FBI divulgó que el año 2011 la policía hizo 757.969 arrestos relacionados con marihuana en Estados Unidos, El 86 por ciento de los arrestos fue por posesión y los arrestos por cannabis  comprenden la mitad de todos los arrestos por drogas de Estados Unidos.

LOS COSTOS DE LA GUERRA A LAS DROGAS

Un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres, dado a conocer a mediados de año, tras monitorear la cruzada contra las drogas en las últimas cuatro décadas concluyó que ésta creó una “amenaza para la seguridad internacional”. El documento ‘Drogas, inseguridad y Estados fallidos: los problemas de la prohibición’,  acusa que la prohibición no han impedido la producción, el tráfico y el consumo de drogas, en cambio, aumentó la violencia y la inestabilidad en el planeta.

Rodrigo Uprimny, del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad de Colombia, clarifica que “las drogas pueden causar daño y dolor -y lo hacen-, pero también las políticas para su control. La meta es minimizar ambas clases de daño”.

Por ello Nadelmann destaca que “si las iniciativas son implementadas adecuadamente, se reducirán los beneficios de las organizaciones criminales en México”.

Conocido es el gran problema para la seguridad de las personas que provoca la guerra contra las drogas que enfrenta a poderosos carteles con el Estado mexicano que ha dejado una estela de muertos en el norte de dicho país. A ello se le suma los costos para el erario fiscal que implica tener sustancias en el mercado negro.

Según cifras del National Survey on Drug Use and Health (NSDUH) del año 2009, la marihuana es la sustancia declarada ilícita de uso más difundido en Estados Unidos. Ese año se estimaba que 16.7 millones de personas mayores de 12 años la usaron en el mes anterior a la encuesta. Si cruzamos tal cifra con el informe del Instituto Mexicano para la Competitividad divulgado la semana pasada, entre 40% y 70% de la marihuana que se consume en Estados Unidos proviene de México; las cifras en juego son gigantescas.

Se estima que la legalización del cannabis en Washington y Colorado representará para los carteles de narcotraficantes pérdidas de 1.372 y 1.425 millones de dólares, respectivamente, es decir entre 22 y 23% de sus ingresos, según indica el estudio mexicano.

El analista colombiano Juan Gabriel Tokatlian advertía hace poco que “la dualidad prohibicionista sólo ha servido para ampliar las brechas sociales, las inequidades económicas, las diferencias políticas y las asimetrías internacionales. Por ello, no existe un “buen” prohibicionismo y la mejor “guerra contra las drogas”: no se puede retocar parcialmente u optimizar significativamente el actual paradigma en materia de drogas; hay que reformularlo”.

LAS RESISTENCIAS EN JUEGO

Pese a la evidencia que indica que las drogas prohibidas son dañinas por estar prohibidas y que el narcotráfico es el negocio más lucrativo del mundo, la decisión de los electores de Colorado y Washington se enfrenta a poderosas resistencias.

De partida, la medida puede demorar cerca de un año en implementarse y tiene que esquivar el bloqueo del Departamento de Justicia, instancia que se limitó a decir horas posteriores a la elección que la marihuana sigue siendo ilegal a nivel federal.

“La marihuana aún forma parte de la primera clasificación de sustancias controladas. Estamos revisando la iniciativa de consulta popular y no tenemos ningún otro comentario por el momento”- dijo en un comunicado el fiscal federal de Colorado, John F. Walsh.

Si bien el propio gobernador de Colorado, John Hickenlooper, es contrario al uso recreativo del cannabis, sostuvo que “los votantes hablaron y debo respetar su decisión”, agregando después que “no obstante, el gobierno federal aún considera la marihuana como una droga ilegal, así que no se apuren mucho en abrir sus bolsitas de snacks”.

UN VUELO DEL MUNDO A LA CASA

La prohibición de diversas sustancias con efectos sobre la conciencia sólo ha sido levantada por legalizaciones reguladas en Holanda en 1976 y en Portugal desde 2011. En ambos países los resultados han sido ventajosos en comparación a los países que mantienen las leyes prohibicionistas. Según datos del 2009, mientras el 5% de los holandeses (entre 15 a 64 años) fumó cannabis, los franceses alcanzan el 9% y los italianos del 14.6%. Holanda está por debajo de la media europea, estimada en un 6.8%. Respecto de la cocaína, también Holanda tiene índices menores que sus pares, situado en un 0.6%, comparado con la media del viejo continente que es de un 1.2%.

Portugal hoy tiene tasas de consumo menores a cuando penalizaba y ha reducido radicalmente las tasas de infección de VIH entre los usuarios de drogas. Hubo incluso una reducción en un 36% de los usuarios de heroína el 2010.

En Uruguay el gobierno de José Mujica envió hace poco al Parlamento un proyecto que despenaliza el cannabis y mantiene un control estatal de su producción y distribución; y en Argentina hay una comisión de expertos proponiendo una nueva legislación que despenalizaría el cannabis y otras sustancias.

Al llamado a parar la guerra a las drogas también se han sumado varios mandatarios, como el de Guatemala, Otto Pérez Medina, y de Colombia, Juan Manuel Santos. A una declaración suscrita el 2008 por los ex presidentes César Gaviria (Colombia), Fernando Henrique Cardoso (Brasil) y Ernesto Zedillo (México), que reconoce el fracaso de la guerra a las drogas, se sumó el ex mandatario norteamericano Jimmy Carter.

En Chile, como la Constitución no permite iniciativas populares de ley no poder votar este tipo de cambios en políticas de drogas, nos tenemos que conformar con las iniciativas de los parlamentarios al respecto. Hay una destinada al uso de marihuana medicinal que duerme en el Congreso desde 2009 y una reciente propuesta por el senador Fulvio Rossi.

En entrevista a El Ciudadano, la alcaldesa electa de Providencia, Josefa Errázuriz, se manifestó a favor de la despenalización del cannabis. “El gran problema de las drogas es el tráfico. Ese es un delito y hay que condenarlo. Estoy por legalizar la marihuana porque no hay prueba de que es entrada a otras drogas, puede ayudar efectivamente como paliativo importante. Además creo que al despenalizarla estás sacando a los narcotraficantes, que sí son el gran flagelo. Al sacar la marihuana de ese circuito creo que se soluciona parte del problema”- sostuvo.

Mauricio Becerra Rebolledo

@kalidoscop

El Ciudadano

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Especial política de drogas

Foto: Portada Il Manifiesto, periñodico italiano


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