Zyanya Estefanía Figueroa Becerril (2018), Diana Celina González (2019) e Ingrid Aremis Guevara Aguirre (2019) llegaron a Puebla para crecer profesionalmente, pero sus sueños se truncaron con un asesinato y cuyos crímenes aún siguen sin sentencia, es decir, impunes, denunciaron sus madres.
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Durante su participación en el foro “Los impactos de los feminicidios en las víctimas” que se desarrolló en la facultad de Psicología de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), las mujeres recriminaron a las autoridades de impartición de justicia en el estado la falta de apoyo económico hasta emocional.
Los recursos para viajar de Veracruz y la Ciudad de México, de donde son residentes, “corren por su cuenta”, las investigaciones periciales no se hacen con perspectiva de género, “no se distingue que se aborde el juicio como feminicidio” y faltó acompañamiento para que recibieran terapia psicológica.
Describieron que son “personas indeseadas” en la Fiscalía General del Estado de Puebla que dirige Gilberto Higuera Bernal sólo por “pedir informes” de las investigaciones, porque llaman por teléfono oficial sin que les contesten las llamadas o den respuestas.
Además de pedir justicia, denunciaron que viven con temor hasta por sus propias vidas y que han tomado medidas extremas para cuidarse cuando se trasladan de Veracruz a la capital poblana.
Este jueves, realizaron también una protesta a las afueras de la Fiscalía, para exigir la celeridad de las investigaciones y sanciones a los feminicidios.
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“He aprendido a no llorar, pero siento el dolor”
Ingrid Aguirre González declaró que desde la muerte de su hija Ingrid Aremis Guevara su familia se fragmentó.
“He aprendido a no llorar, pero físicamente estoy sintiendo el dolor, de recordarlo y no dejarme vencer por la emoción (…) (su muerte) la llevamos a la familia, ella (Ingrid) era hermana mayor, era amiga, era prima, sobrina, nieta ¿se pueden imaginar que pasa cuando se pierde a la primera nieta?, en el caso de mi esposo la primera nieta (…) nosotros no avanzamos”
Ella misma se ha dado terapia, pues las autoridades no le ofrecieron y que cada proceso en fiscalía no se aborde el caso con perspectiva de género: “nos duele que no se hable de nuestras hijas como personas”, añade.
Recordó que el juicio oral en contra de Iker N., presunto culpable, se extendió seis meses. “Los otros seis son de ir y venir, sugerir, que te ignoren y que te digan sean pacientes”.
“Me dicen: quisiéramos ir más rápido, pero mire cuantas carpetas (de investigación hay), y en ese momento te sensibilizas con otros casos, efectivamente tienen mucho trabajo”
Ingrid Aremis Guevara Aguirre era estudiante de Psicología de la BUAP en Puebla. Ella fue asesinada en su domicilio en el Residencial “Allegro” en Lomas de Angelópolis, en San Andrés Cholula.
El 12 de mayo de 2019, al enterarse que “algo le pasó a su hija» todo el camino, ella y su esposo entraron en shock, en silencio, “no se escuchaba más que el ruido del clima del auto y los mensajes que llegaban, llamadas que no estábamos en condiciones de entender”, dijo.
“Un familiar que también es de Xalapa, pero que vive en Puebla, llegó al domicilio de mi hija, le pregunté: ¿mi hija está viva? Me respondió: lo que tu corazón te diga. Evidentemente, no se atrevieron a decirme, en un intento de protegerme”
Llegaron a la vivienda y vieron la patrulla con la cinta amarilla. Les prohibieron el acceso. “Literal nos esperamos en la banqueta a que se hicieran las diligencias correspondientes”, añade.
“Llegamos a la ciudad de Puebla a las 10 de la noche, pero a las 4 de la mañana, se nos acerca un agente a decirnos que sólo puede pasar una persona. Tuvimos que pedir el favor que nos dejaran entrar a papá y mamá, nos dijeron que sí, pero que rápido: ya están por llevarse el cuerpo. No pueden imaginar cómo lo que describo lo estoy viviendo nuevamente”
A 15 días del crimen de Ingrid, su hermana tuvo que presentar su examen de admisión a la universidad, pese a la afectación emocional.
“Vivimos en terror”
La veracruzana María Hernández, madre de Diana Celina González relató que desde el 20 de diciembre del 2019 viven con miedo.
“Vivimos con el temor constante (…) el impacto es catastrófico, nosotros intentamos ser la voz de mi hija”
Diana Celina, desapareció y fue encontrada sin vida 12 días en la Autopista del Sol, ubicada en Quetzalapa, Guerrero. Los padres pagaron por sus medios una prueba extra de ADN, para verificar que sí era su hija.
La joven salió de laborar y fue a un restaurante-bar con sus compañeros. Sergio, uno de ellos y a quien las autoridades atribuyen el crimen, presuntamente se suicidó.
Para María Hernández, no hay pruebas fehacientes de la muerte de Sergio y hay un temor porque cobre venganza.
“A veces pienso que no voy a poder, pero lo hago porque quiero la verdad, porque quiero saber qué está pasando, no esa verdad que se escribe en un papel, pero acá parece que protegen más a los delincuentes que a las víctimas”
Recordó que uno de sus hijos no concluyó su carrera en la Universidad de Oriente, ante el miedo de que pudieran hacerle daño. “Por ese pánico y ese terror, a un semestre tuvo que dejar su carrera; es injusto que las autoridades no den seguridad”.
A la sociedad, pidió no victimizar a las víctimas, “nos les pido que se pongan en nuestros zapatos, pero sí, no emitir un juicio contra la víctima”.
“Puebla no debe ser de los ángeles asesinados”
Para María Patricia Becerril Gómez el “dolor se ha hecho un lado” para luchar por la justicia por el crimen de su hija Zyanya Estefanía Figueroa Becerril, originaria de Veracruz.
“Venimos más de tres o cuatro veces a Puebla para exigir justicia. Para nosotros es doloroso que se diga que nuestra hija se suicidó, ella no empatizaba con el suicidio (…) está cerca el aniversario de la muerte de Zyanya, los llamo como días oscuros, porque es recordar cada momento del día que fue encontrada sin vida”
Rememoró que el 11 de mayo fue la última vez que ella pudo dialogar con su hija, quien un día antes estuvo trabajando de guardia como residente en el Hospital del Niño Poblano. Su cuerpo fue hallado el 15 de mayo en su vivienda.
Cada día, dice, escucha en las noticias sobre las mujeres asesinadas en Puebla, situación que no se debe de permitir impunidad a los criminales.
“Puebla es conocida como Puebla de los ángeles, y no debemos permitir que sean los ángeles de nuestras hijas asesinadas. Nuestra lucha es por la verdad, para nuestras hijas, por la vida, porque nos queremos vivas”
En su intervención, María de la Luz Estrada, coordinadora ejecutiva del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, dijo que en Puebla se están agravando las situaciones violentas para las mujeres desde 2019.
También dijo que las autoridades han ocultado, tan sólo en 2022, que 120 mujeres fueron asesinadas, pero menos del 20 por ciento son investigados como feminicidios.
Foto: Especial
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