Con amargura y decepción he tomado conocimiento de las numerosas irregularidades que se están cometiendo en las diligencias forenses realizadas por el Servicio Médico Legal (SML) al Premio Nobel PabloNeruda.
Esta información aparece contenida en el reportaje «Caso Neruda: Informes defectuosos», del corresponsal de prensa Francisco Marín, publicado en la última edición de la prestigiada revista Proceso, de México (N° 1908), aparecido el 26 de mayo.
Allí se denuncia que el toxicólogo del SML Eduardo Torres estuvo a punto de destruir las muestras extraídas del cadáver de Neruda, mediante la utilización de procedimientos incorrectos, lo que fue impedido por la toxicóloga de la Universidad de Carolina del Norte, Ruth Wienecker.
Proceso también da cuenta que el último informe del SML -dado a conocer el 2 de mayo-, en que se señala que Neruda padecía cáncer avanzado al morir, contiene numerosos errores y omisiones. Además, se basa en pericias elaboradas por personas ajenas a la comisión internacional de expertos designada para examinar los restos de Neruda.
Uno de los dos autores que firman estos informes ni siquiera tiene experiencia en el análisis de cadáveres: es radiólogo clínico.
A pesar de esto, el SML presentó estos informes como concluyentes en orden a señalar que Neruda tenía metástasis generalizada, lo que a la luz de estos antecedentes revelados por Proceso queda totalmente desmentido. Además, la forma en que fue presentada la información estaba diseñada para hacer pensar que se confirmaba lo señalado en el certificado de defunción de 1973.
De todos modos, como han dicho los familiares de Neruda y los abogados del Partido Comunista, aunque se hubiera demostrado queNeruda padecía de cáncer, en ningún caso esto implicaría que murió de esta enfermedad. El tema es que hasta ahora no se ha comprobado siquiera la existencia de dicha enfermedad, pero se pretendió engañar a la opinión pública nacional y mundial asegurando que si la padecía. Esto es de suma gravedad.
Recordemos que el poeta falleció el 23 de septiembre de 1973 después que se le aplicara, sin autorización, una inyección. Ocurría esto pocas horas antes que saliera el avión que lo sacaría de Chile con destino a México.
Por otra parte hay que destacar que en el citado reportaje, el médico legista chileno Luis Ravanal, analiza fotos existentes de Neruda a poco de muerto. Concluye que este en ningún caso padecía de caquexia como se asegura en el certificado de defunción.
Esta prueba no es considerada por el SML en sus informes. Peor aún: el director del SML Patricio Bustos señaló personalmente a los familiares de Neruda que dichas imágenes de Neruda perfectamente son compatibles con el cadáver de una persona muerta por caquexia. Es importante consignar que Bustos no es médico forense.
Dados estos antecedentes, y recordando el hecho que el SML vetó la participación de los peritos de la familia de Neruda, todos profesionales de prestigio nacional y/o mundial, se hace evidente que los directivos de este servicio intentan confirmar forzosamente la versión oficial sobre la muerte de Neruda contenida en el certificado de defunción (caquexia por cáncer metastizado) y poner tierra al asunto.
Es mi deber exigir el fin de las irregularidades denunciadas. Hago este llamado a la Justicia, a los medios de comunicación, y a todos los interesados en que se sepan las verdaderas razones que ocasionaron la muerte de Pablo Neruda.
Manuel Araya Osorio
Chofer y asistente de Pablo Neruda