Los cadáveres de animales en las riberas, a merced del sol, en los huesos, muertos, son imágenes que se repiten en Somalia. Esta es una de las tantas postales que deja la sequía, el mismo fenómeno que acabó con la vida de más de 100 personas entre el jueves y viernes pasado en el país africano.
“Cerca de 110 personas murieron en las últimas 48 horas a causa de la sequía y de las diarreas severas provocadas por el agua en las regiones del sur de Somalia, especialmente en las regiones de Bay y Bakool”, dijo Hasan Ali Khaire, primer ministro de Somalia.
El pueblo con más víctimas es Awdiinle, en la región de Bay. Hasta ayer había 69 personas muertas, en su mayoría niños y ancianos. Las autoridades de este país han declarado este fenómenos como de desastre nacional.
En Somalia más de tres millones de personas sufren de inseguridad alimentaria. Se teme la propagación de distintas enfermedades a partir del hambruna, que entre 2010 y 2012 –el último registro que se tiene de esta epidemia en el país– dejó más de 260 mil muertos, según la BBC. La mitad de ese cifra eran menores de 5 años.