Este tipo de ablación fue definida por el organismo de Naciones Unidas como «cualquier procedimiento que altere o cause daño a los órganos genitales femeninos por motivos no médicos» e incluye el corte total o parcial del clítoris y labios vaginales y la incisión, raspado o cauterización de la zona.
La OMS indicó que es común en 29 países de África oriental y occidental, pero también está presente en partes de Asia y en determinadas zonas del Golfo Pérsico.
Comúnmente se la suele relacionar con una interpretación del Islam, aunque se trata de una práctica que existe antes de esta religión y que no es común entre la mayoría de los musulmanes.
En ese sentido, la Organización para la Cooperación Islámica, que reúne a 57 Estados confesionarios de esa religión, repudió la mutilación genital como un «acto de violencia contra las mujeres» e indicó que no es mencionada en ningún pasaje del Corán.
En ese marco, la OMS atribuyó sus causas a una mezcla de razones entre las que está la convención social en algunas culturas que se trata de la preparación de las niñas para la adultez y el casamiento.
También apuntó a falsas creencias como que la ablación reduce la líbido de la mujer, lo que merma las posibilidades de relaciones sexuales premaritales e infidelidades.
«Se la asocia también a ideales culturales como la feminidad y la modestia, que incluye la noción que las mujeres son ‘limpias’ y ‘bellas’ después de remover partes del cuerpo consideradas ‘impuras'», indicó la OMS.
Incluso está vinculada a la creencia que es saludable para las mujeres, lo que fue totalmente desmentido por el organismo al reafirmar que «la mutilación genital femenina no tiene beneficios médicos o sanitarios y viola los derechos humanos de las niñas y las mujeres.
Todo lo contrario, la mutilación es asociada a una serie de riesgos a corto y largo plazo para la salud física, mental y sexual, y para el bienestar.
Sobre esta situación, la OMS alertó que según sus estadísticas más del 18% de todas las ablaciones son realizadas por profesionales de la salud, y los datos sugieren que esta tendencia va en aumento.
Si bien la edad de las mujeres que sufren las ablaciones varía desde los pocos días de nacimiento hasta el inicio de la pubertad, Unicef indicó que las pocas estadísticas oficiales que existen muestran que la mayoría de las víctimas son menores de 5 años.
Una experta del Departamento de Salud Reproductiva e Investigación de la OMS, Lale Say, explicó que las corrientes migratorias provocan un aumento de la prevalencia de la mutilación genital femenina en Europa, Estados Unidos, Australia y Canadá.
Las estimaciones son muy variadas y de los pocos datos que se lograron reunir surge que hay cerca de medio millón de mujeres que sufrieron esta práctica que residen en Europa, especialmente en el Reino Unido, con 65.000 casos, aunque esta última cifra proviene de informaciones que datan de 2007.
Ante esta situación, la Unión Europea (UE) decidió hoy crear una plataforma en Internet para apoyar a las víctimas de la mutilación genital femenina en los Estados miembros y ayudar a erradicar esa práctica.
La plataforma reunirá información de fácil acceso y ayuda tanto para las víctimas como para los profesionales de su entorno, incluido el personal sanitario, los educadores o los jueces, ya que son los primeros que tienen contacto con las afectadas.
El Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina se celebra los 6 de febrero de cada año para concientizar acerca de esa práctica.
Es parte de la campaña de sensibilización que adoptó la Asamblea General de la ONU en diciembre de 2012 para poner fin a las ablaciones.