Un total de 220 prisioneros palestinos en cárceles israelíes se sumaron este domingo a la huelga de hambre indefinida que 1.300 prisioneros de esa nacionalidad iniciaron desde el 17 de abril pasado, informó hoy el canal Telesur.
La protesta, que siguen unos 800 presos según Israel, exige una mejora de las condiciones de encierro, que pasa por ampliar el régimen de visitas de familiares y terminar con el aislamiento y las detenciones administrativas, que permiten a las autoridades israelíes detener sin cargos ni juicios por tiempo indefinido.
Esa medida de las autoridades israelíes les permite mantener arrestada a una persona prácticamente por tiempo indefinido sin que se le presenten cargos o se le acuse formalmente ante un tribunal.
Dentro de las demandas de los huelguistas también sobresalen el derecho a la educación superior y el tratamiento médico adecuado.
Galenos israelíes de las clínicas penitenciarias han ofrecido atención médica a los presos bajo la condición de que abandonen su ayuno, sin embargo, los reos rechazan tal petición. Por otra parte, tanto en la Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza se multiplicaron las expresiones de solidaridad con los presos huelguistas.
La huelga, que hasta este domingo sumaba 35 días, coincidirá con la visita del presidente estadounidense Donald Trump, quien este martes estará en Belén (Cisjordania) para reunirse con su homólogo palestino, Mahmud Abás.