15 privados de libertad fueron asesinados la tarde del 17 de diciembre, supuestamente por miembros de su propia banda criminal, dentro del centro penitenciario La Joyita, al este de la Ciudad de Panamá. Se habla de cuerpos con visibles muestras de tortura tras el uso de machetes o cuchillos, además de armas de fuego calibre 38, 380, 9mm y Ak47.
Se trata de la mayor masacre registrada en la historia de las cárceles panameñas e impacta a la sociedad a pocos días de las fiestas de fin de año; aunque el origen de los hechos, como señalan distintos sectores, podría apuntar a la complicidad de las propias autoridades.
El presidente panameño, Laurentino Cortizo, ordenó la separación del director y del subdirector del sistema penitenciario, al igual que otros 3 funcionarios de la seguridad penitenciaria, mientras extendió un plazo de 2 semanas a los ministerios de Seguridad y de Gobierno para entregar un informe detallado del suceso.
La posibilidad de que el conflicto se trasladé a los barrios y calles de la ciudad también preocupa a distintos panameños, por la brutalidad con la que se han cometido crímenes en el país durante las últimas semanas.
Cortesía de HispanTV
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