«A raíz de los ataques del 11-S, nosotros, lamentablemente, no siempre actuamos de acuerdo con nuestros propios valores, incluidos los que figuran en la Convención» de la ONU contra la Tortura, afirmó Mary McLeod, asesora jurídica del Departamento de Estado de EE.UU., ante el Comité contra la Tortura, organismo de la ONU que tiene por objeto prevenir los tratos inhumanos a nivel mundial.
«Como el presidente Obama ha reconocido, cruzamos la línea y asumimos la responsabilidad por ello», dijo McLeod.
Un día antes de la reunión , el Comité reunió pruebas de los activistas contra la tortura, expertos en pena de muerte, el exprisionero de Guantánamo Murat Kurnaz y los padres de Michael Brown, adolescente de raza negra de Ferguson, Missouri, quien recibió un disparo en agosto de un oficial de la Policía de raza blanca.
Kurnaz, quien estuvo en Guantánamo durante cinco años antes de ser liberado sin cargos, dijo que 148 prisioneros todavía permanecen en la prisión. «No puedo creer que Guantánamo siga abierto. Sólo estar en Guantánamo es una tortura», dijo el exreo añadiendo que muchos de los detenidos restantes «son tan inocentes como él».
Los padres de Michael Brown también se reunieron este martes con los miembros del Comité a puerta cerrada. «Vinimos aquí a la ONU para que se haga justicia por nuestro hijo», indicaron en declaraciones a los periodistas.
Según el organismo de la ONU, fue Bush el que autorizó el uso de técnicas de interrogatorio de este tipo, entre ellas la simulación de ahogamiento. Algunos activistas creen que el Gobierno actual del país todavía «no ha asumido la plena responsabilidad por las torturas y los malos tratos», algo que «podría fomentar la inmunidad y la impunidad» por estas terribles acciones «tanto en EE.UU., como en el extranjero».