En relación a los actos de violencia y homofobia ocurridos en el programa El Interruptor de Vía X, donde el autodenominado «pastor» Javier Soto pisoteó en cámara durante dos minutos y medio la bandera de la diversidad, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) señala que:
1.- El pisoteo de la bandera en el marco de una entrevista pública constituye un acto deleznable, gravísimo y sin precedentes, que ofende y denigra gratuitamente a las personas en razón de su orientación sexual o identidad de género.
2.- Javier Soto es un peligro constante para el respeto a la dignidad de las personas, además de ser merecedor de nuestro máximo repudio por su constante violencia, la cual no toleramos.
3.- En noviembre del 2015 Javier Soto fue condenado por injuriar, calumniar, ofender y agredir en razón de su orientación sexual a nuestro dirigente Rolando Jiménez.
4.- En la sentencia condenatoria se declaró culpable a Soto de «delito de odio» y «discriminación», además de confirmarse que nunca había sido pastor.
5.- En concreto, la sentencia declaró que «la intolerancia» a la orientación sexual homosexual es «la principal motivación del imputado Soto Chacón para desplegar su acción, circunstancia que (…) los nuevos desarrollos doctrinales (…) denominan delitos de odio, entendiendo por tal aquellos ilícitos motivados únicamente por la intolerancia al diferente, basados en prejuicios o sesgos, de diferente motivación».
6.- En tal contexto, para nuestro movimiento, para nuestros activistas (que han sido agredidos y acusados de pedófilos por Soto) y para la causa que representamos resulta violento e incomprensible que un medio de comunicación dé tribuna a un delincuente sancionado por incitación del odio, a sabiendas de que dicho sujeto no moderaría su discurso, pues así lo ha demostrado en cada una de sus acciones.
7.- Animamos a Vía X a dar a conocer las razones por las que invitó a Javier Soto, sin siquiera un contrapunto, en el entendido de que el ejercicio pluralista de las comunicaciones y del periodismo trae consigo la responsabilidad social y el respeto a la dignidad de todas y todos.
Si el motivo era conocer su punto de vista religioso, ya la justicia ha dicho que ello no es lo que mueve a Soto y que ni siquiera es reconocido como pastor por ninguna iglesia oficial. Si el objetivo era saber su punto de vista sobre la diversidad sexual y de género, es conocido que sólo emite discursos de odio.
8.- Rescatamos que la directora de contenidos de Vía X hubiese interrumpido la entrevista, aunque ello debió ocurrir apenas el sujeto puso la bandera bajo sus pies y no tras dos minutos de pisotearla.
9.- Estimamos que ningún medio de comunicación puede ser escenario de discursos o acciones de odio y que, una vez ocurrido un abuso (que podría ser impredecible, lo que en todo caso aquí no aplica), debiese denunciarse y condenarse con responsabilidad ética antes que simplemente difundirse como un momento de un programa que sale a la captura del rating.
10.- Recordamos, en este punto, que el fallo condenatorio contra Soto demostró que sus escasos seguidores lo habían conocido a través de medios de comunicación y que sólo así los había cautivado con sus discursos. Tanto así, que fuimos por meses víctimas de persecuciones por parte de Soto y los seguidores que lo conocieron sólo a través de la prensa. Esperamos que la difusión de esta entrevista no traiga nuevos impactos negativos.
En síntesis, la violencia, y la publicidad de la misma, sólo incita a la violencia. La responsabilidad nos llama a entender y asumir que todo discurso, por más desquiciado que sea, puede impactar en otros cuando se difunde públicamente, animando a llevar a la práctica pensamientos o ideas homofóbicas o transfóbicas.
Lo discursos y acciones de odio siempre serán nocivos.