Miles de ciudadanos se movilizaron este sábado en distintas ciudades de Estados Unidos para manifestarse contra el gobierno del presidente Donald Trump, al que acusan de vulnerar principios fundamentales de la democracia estadounidense. Desde Manhattan hasta San Francisco, pasando por Boston y Columbia, las protestas adoptaron múltiples formas: marchas, actos simbólicos, colectas comunitarias y denuncias públicas de lo que los organizadores llaman «una deriva autoritaria» de la Casa Blanca.
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En San Francisco, activistas formaron un cartel humano en la playa de Ocean Beach que leía «Impeach & Remove» (“Juicio político y destitución”), mientras que en Concord, Massachusetts, manifestantes se congregaron en un evento conmemorativo de las batallas de Lexington y Concord para reivindicar el espíritu de resistencia de la Guerra de Independencia.
Thomas Bassford, un jubilado de 80 años de Maine, asistió al evento junto a su familia: «Este es un momento muy peligroso en Estados Unidos para la libertad», afirmó. «A veces, tenemos que luchar por ella».
Las protestas no se limitaron a denuncias abstractas. En Columbia, Carolina del Sur, los asistentes alzaron la voz en defensa de la Administración del Seguro Social (SSA), temiendo recortes en programas clave para millones de estadounidenses. En Nueva York, una multitud marchó hasta Central Park, exigiendo el fin de las deportaciones masivas y coreando «Sin miedo, sin odio, sin ICE en nuestro estado».
Elon Musk, asesor cercano al presidente y defensor de la reducción del tamaño del Estado, fue otro blanco de las manifestaciones. En varias ciudades, los manifestantes se congregaron frente a concesionarios de Tesla, criticando su influencia en las políticas de recorte del gobierno federal.
Las acciones del presidente Trump, como los intentos de cerrar agencias gubernamentales, los enfrentamientos con los tribunales, y el uso de leyes de guerra para justificar deportaciones, fueron catalogadas por muchos como signos preocupantes de autoritarismo.
“Está desafiando a los tribunales. Está eviscerando los controles y equilibrios. Esto es fascismo”, declaró George Bryant, uno de los manifestantes en Concord.
El mensaje de los participantes fue claro: no se trata solo de una lucha política, sino de una defensa urgente del sistema democrático y de las libertades fundamentales en Estados Unidos.
“Si no hacemos algo ahora, el mundo que estamos dejando a nuestros hijos no será uno digno”, advirtió Bob Fasick, un jubilado de Virginia.
Con un llamado a la resistencia y a la acción colectiva, las protestas del sábado confirmaron que, para muchos estadounidenses, la defensa de la democracia comienza en las calles.
Foto: X
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