El 15 de julio del año pasado la prensa chilena y argentina mostraban la noticia de tu asesinato.
Te vimos caminando de vuelta a casa, a través de las imágenes de las cámaras de seguridad que los canales de TV mostraban una y otra vez. Imposible saber o imaginar si te sentías incómoda, perseguida, si sentías miedo. ¿Cómo siquiera sospechar que esa noche la muerte llegaría encarnada en un tipo con un arma, dispuesto a utilizarla -como ya lo había hecho antes- contra una mujer?
La prensa se hacía preguntas y se daba las respuestas: “¿por qué andaba sola esta chica?”, “¿dónde estaban sus amigas?”, “(…) quizás su ropa”, “¿por qué no tomó resguardos?”. Esos periodistas no podían o no querían comprender que la violencia hacia las mujeres no se previene, no necesita de resguardos, porque no es culpa de la víctima. No quisieron decir que en la alegría de tus 21 años tenías el absoluto derecho de andar sola por la calle, en cualquier callecita del mundo con la ropa que quisieras, a la hora que se te diera la gana.
Querida Nicole: En Chile han matado a 35 mujeres este 2015, además de varios femicidios frustrados. La violencia contra las mujeres se agiganta y se normaliza, se justifica o se silencia. En Argentina además, hubo una marcha gigantesca llamada #NiunaMenos, donde se denunciaron también las diferentes formas de violencia que coexisten bajo este sistema criminal.
Sin duda, no hay consuelo para tu muerte, ni para las decenas de mujeres que mueren todos los días en manos de sus parejas, ex parejas, o desconocidos en la calle, camino a casa (…)
Las relaciones de poder que muchos hombres ejercen sobre las mujeres, por sentirse dueños de nuestras rutinas, de nuestros sueños, de nuestros cuerpos, de nuestros placeres, de nuestros tiempos, de nuestras formas de relacionarnos con el mundo intentan disminuirnos a tal punto, de volver a convertirnos en cenizas, para demostrarse a sí mismos que nuestras vidas no valen nada.
Como tampoco lo valemos para este Estado, donde el SERNAM aún no comprende que el odio femicida no sólo se manifiesta al interior de la casa por parejas o ex parejas, sino también en el espacio público, con desconocidos que desprecian nuestras vidas.
Pero quiero que sepas Nicole, que más importante que las cifras y las estadísticas de las instituciones, es la Memoria. Es por ello que además de recordar esa noche como una de las más oscuras, te recordamos a ti, en tu vida, defendiendo la alegría en el Cerro Cordillera, en Playa Ancha, en Buenos Aires, en donde estuvieras (…)
Quiero que sepas también que caminamos junto a tu familia, que exigimos Justicia. Y que también caminamos junto a decenas de mujeres en Valparaíso, cada 25, recordándote a ti, a Karla Adam (a dos años de su asesinato) a Susan, Juana, Carol, Karina, Paula, Margarita, Verónica, Carla, Tania, H.G.M.B, Carolina, Gladys, Frauleín, María Jesús, María de Lourdes, Susana, María Elizabeth, Sarah, Juana Rosa, Yesenia, Juana, Leyla, Miriam, Paola, Susana, Maria Magdalena, Ana María, Aída, Cecilia, Elvira, Mercedes, Stephania, Ana Luisa, Raquel (asesinadas en 2015) y a las de cada año, todas víctimas del patriarcado en su expresión más brutal: el femicidio.
Querida Nicole, contigo y con cada una en la memoria, en el corazón, y en la acción cotidiana ¡porque no nos resignamos a la muerte, nos rebelamos y negamos a que nos sigan matando!
Por Silvia Gutiérrez González en La Radioneta