“¡Ahora, ahora, resulta indispensable, justicia por Santiago, el gobierno es responsable!”. Así comenzó a cantar la concurrencia a la marcha en memoria de Santiago Maldonado, luego del discurso de su hermano, Sergio, realizado en la Plaza de Mayo, Buenos Aires. El pasado 1 de noviembre se cumplieron tres meses desde la última vez que se vio con vida al joven tatuador de 28 años.
“Ante todo, hoy es un día difícil de venir acá, porque todavía no podemos hacer el duelo como corresponde”, afirmó Sergio Maldonado, acompañado por su esposa y luciendo un tatuaje con la cara de Santiago en su brazo izquierdo.
La marcha contó con la participación de representantes de los pueblos originarios asentados en los territorios de la ahora Argentina. También se hicieron presentes las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. De la bronca de marchas anteriores, la asistencia pasó a exigir justicia y verdad sobre la desaparición del joven, tras un corte de camino en la provincia de Chubut reprimido por Gendarmería, en la fatídica jornada del 1 de agosto.
Sergio Maldonado no quiso referirse a la investigación, porque el informe definitivo de los resultados de la autopsia se encuentra en elaboración, «aunque parte de la sociedad, incluyendo a medios de comunicación, quieran cerrar el caso de Santiago, olvidándose de todo lo que pasó en estos meses, del marco donde ocurrieron los hechos y que una fuerza de seguridad del Estado, en este caso Gendarmería, tiene que dar cuenta de su accionar”, señaló.
Como si quisiera dar la razón a las sospechas del hermano de Santiago, el diario Clarín realizó una publicación que señala que de acuerdo a dos análisis realizados sobre el cadáver del joven fallecido, el plancton encontrado en su cuerpo coincidiría con el del río Chubut (lugar donde fue encontrado el 17 de octubre) y que los desprendimientos de piel avalarían la teoría de que estuvo más de “dos meses bajo el agua”.
”No tenemos ni queremos equipos de asistentes para contar nuestra propia historia de dolor. Sabemos y aceptamos que eso nos coloca en franca desventaja con quienes promovieron, armaron y ejecutaron un festival de canalladas con un objeto turbio e inhumano, mintiendo impunemente sobre el caso, avalando teorías falsas y todo tipo de conjeturas. Aún así, no cuenten conmigo para sembrar odio y división en la sociedad”, aclaró Sergio Maldonado.
«No estábamos listos para la muerte de Santiago y menos aún, para la exposición pública que el caso alcanzó (…) Santiago era un pibe de paz y en su memoria, una vez más, reclamamos saber qué le pasó y quiénes son los responsables de su muerte, de entorpecer, de encubrir y desviar la investigación de su desaparición y su muerte”, añadió el hermano del joven muerto.
El próximo 23 de noviembre
La desaparición y muerte de Santiago Maldonado constituye uno de los nodos sobre el conflicto entre el Estado argentino y las comunidades mapuche al otro lado de la Cordillera de Los Andes. La atención también está concentrada en el próximo 23 de noviembre, fecha en que caduca la ley federal 26.160, instrumento que ha servido de resguardo para los territorios ancestrales.
Si bien las comunidades la consideran un paliativo para evitar desalojos, más que una solución definitiva, las apuestas se dirigen igualmente hacia su prórroga. Esto porque la normativa establece “la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades indígenas originarias del país”, al tiempo que suspende “la ejecución de sentencias” y, por consiguiente los desalojos.
El tema adquiere suma relevancia, considerando la reclamación mapuche de los territorios adquiridos por la familia Benetton en 1991. Se trata de una extensión que alcanza las 900 mil hectáreas de la Patagonia argentina, utilizada por el grupo italiano para el pastoreo de 100 mil ovejas.
Fotos: Virginia Torres