No juzgo a quienes perdieron la fe a causa de la pederastia: Papa Francisco

“Para dar el perdón hay que estar dispuesto, pero no todos lo pueden recibir, no lo saben recibir o no están dispuestos a recibirlo. Es duro lo que estoy diciendo y así se explica que haya gente que termine su vida dura, mal, sin recibir la caricia de Dios”, aseveró

No juzgo a quienes perdieron la fe a causa de la pederastia: Papa Francisco

Autor: Arturo Ledezma

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El Papa Francisco aseguró que no juzga, sino reza y comprende a las personas que han perdido la fe a causa de los abusos sexuales contra menores de parte de clérigos de la Iglesia.

Durante el vuelo que lo condujo desde Filadelfia a Roma, al final de su visita apostólica por Cuba y Estados Unidos que concluyó el domingo, el líder católico se refirió una vez más al escándalo de los abusos y a su impacto en el mundo católico.

“Una vez en una de estas reuniones me encontré con varias personas y una mujer me dijo ‘cuando mi madre se enteró que me habían abusado blasfemó contra Dios, perdió la fe y murió atea’. Yo la comprendo a esa mujer. La comprendo. Y Dios, que es más bueno que yo, la comprende”, contó el pontífice.

“Estoy seguro que a esa mujer Dios la ha recibido porque lo que fue manoseado, lo que fue destrozado era su propia carne, la carne de su hija. Yo la comprendo. No juzga a alguien que no puede perdonar. Rezo y le pido a Dios porque Dios es un campeón en buscar caminos de solución. Pido que lo arregle”, añadió.

Cuando el Papa habló en Washington con obispos les expresó su comprensión por el dolor ante la crisis y destacó su “valentía” a la hora de enfrentar la crisis. Pero esto generó división, incluso dentro de la Iglesia, porque los obispos son justamente los más cuestionados por su actuar en este tema.

Al respecto Francisco aclaró que, en esa reunión, sintió la necesidad de expresar la compasión porque pasó una cosa “feísima” y tantos -hombres de iglesia, de oración, verdaderos pastores- sufrieron porque no sabían de este problema.

Recordó que en su mensaje aseguró que ellos estaban saliendo “de una gran tribulación”donde no sólo existió un sufrimiento afectivo, sino que se llegó “al sacrilegio”.

Constató que los abusos “están por todas partes”: en el entorno familiar, en el entorno vecinal, en las escuelas, en los gimnasios; pero consideró que cuando un sacerdote lo comete “es gravísimo” porque su vocación es hacer crecer ese niño o niña en el amor de Dios, hacia la madurez afectiva y el bien.

“En vez de hacer eso lo ha impulsado al mal y por esto es casi un sacrilegio. Y él ha traicionado la vocación, la llamada del señor, por esto la Iglesia en este momento no debe encubrir. También son culpables aquellos que tapado estas cosas, hay algunos obispos que han tapado esto”, reconoció.

“Es una cosa feísima y las palabras de consuelo no son decir: estate tranquilo, no es nada. No, no, no. Ha sido así, pero ha sido tan feo”, añadió.

visto en  Aristegui Noticias (Con información de Notimex)


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