Por Vijay Prashad
En la primera semana de junio de 2024, la oficina de Palestina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer cifras sobre los atroces ataques contra instalaciones y trabajadores de la salud en Gaza desde el 7 de octubre de 2023. Hasta ahora, según la OMS, los israelíes han atacado 464 instalaciones sanitarias, han asesinado a 727 trabajadores de la salud, herido a 933 trabajadores de la salud y han dañado o destruido 113 ambulancias. “La atención sanitaria”, argumenta la oficina de la OMS en Palestina, “no es un objetivo”. Y, sin embargo, durante los últimos siete meses, los trabajadores y trabajadoras de la salud se han enfrentado a incesantes ataques del ejército israelí. Cada una de las historias sobre las muertes es desgarradora, los nombres de las personas asesinadas son demasiados para enumerarlos en cualquier artículo (aunque un grupo llamado Trabajadores Sanitarios por Palestina leyó los nombres de sus colegas muertos como protesta contra esta guerra). Pero merece la pena reflexionar sobre algunas de las historias porque nos hablan del compromiso de estos trabajadores y de la gran pérdida que supone para la humanidad su asesinato.
El Dr. Iyad Rantisi, que tenía 53 años, dirigía el hospital Kamal Adwan de Beit Lahiya, situado en el norte de Gaza. Hay muchos Rantisis en Gaza, pero no son nativos de esa parte de Palestina. Como muchas de las personas palestinas que viven en Gaza, tienen raíces en otras partes de Palestina, de las que habían sido expulsados en la Nakba de 1948; los rantisíes proceden del pueblo de Rantis, al noroeste de Ramala.
El 11 de noviembre de 2023, durante el asalto militar israelí dentro del norte de Gaza, el Dr. Rantisi fue detenido en un puesto de control militar israelí cuando intentaba abandonar el norte de Gaza hacia el sur, siguiendo las órdenes de los militares israelíes. Desde entonces, su familia no había vuelto a saber nada de su paradero. Ahora, meses después, el diario israelí Haaretz informa que fue llevado al Centro de Investigación Shikma de la Shin Bet (Agencia de Seguridad de Israel), que está dentro de la prisión de Ashkelon. El Dr. Rantisi fue torturado y posteriormente asesinado a los seis días de su detención. Su familia no fue informada de ello hasta el informe de Haaretz. Entonces, la hija del Dr. Rantisi, Dima, escribió sobre la muerte de su padre, un post en las redes sociales en el que publicó también fotografías de él en bata médica realizando una cirugía a un paciente.
El Dr. Adnan Al-Barsh, también de 53 años, se formó en Rumania antes de regresar a Gaza para dirigir el departamento de ortopedia del Hospital Al-Shifa. Tiene fama de ser un médico muy querido, cuyo despacho estaba abarrotado de sus diplomas (de Jordania, de Palestina, del Reino Unido). Cuando el ejército israelí atacó Al-Shifa, el Dr. Al-Barsh se vio obligado a dejar su puesto, pero no abandonó su trabajo. Primero fue al hospital Kamal Adwan, donde trabajaba el Dr. Rantisi, y después al hospital Al-Awda, en la zona este del campo de refugiados de Jabaliya, en el norte de Gaza, que también fue atacado varias veces por los israelíes. El 18 de diciembre de 2023, el ejército israelí asaltó Al-Awda y detuvo al Dr. Al-Barsh y a otros miembros del personal del hospital. Entre los detenidos se encontraba el director del hospital y otro médico muy popular, el Dr. Ahmed Muhanna. El 15 de octubre de 2023, el Dr. Muhanna grabó un vídeo –que se viralizó– en el que pedía ayuda al mundo y un alto el fuego inmediato. Ahora se informa que el 19 de abril de 2024, el Dr. Al-Barsh fue asesinado por los israelíes en la prisión de Ofer. Tlaleng Mofokeng, relator especial de la ONU sobre el derecho a la salud, declaró: “El caso del Dr. Adnan suscita serias dudas de que muriera tras ser torturado a manos de las autoridades israelíes”.
El Dr. Hammam Alloh, de 36 años, murió el 12 de noviembre de 2023 cuando un misil israelí alcanzó su domicilio, cerca de su sala en el hospital Al-Shifa. Formado en Yemen y Jordania, el Dr. Alloh era el único nefrólogo de Gaza, especialista en riñones. Preocupado por sus pacientes en diálisis, sobre todo por la falta de electricidad y los constantes ataques, el Dr. Alloh –conocido como “La Leyenda” durante su residencia en Jordania– se negó a abandonar el hospital. El 31 de octubre le preguntaron por qué no abandonaba su puesto e iba al sur de Gaza. “Si me voy”, respondió con calma, “¿quién tratará a mis pacientes? No somos animales. Tenemos derecho a recibir una atención sanitaria adecuada. ¿Creen que fui a la facultad de medicina y a obtener mis títulos de posgrado durante un total de 14 años para pensar sólo en mi vida y no en mis pacientes?”. Este era el calibre del Dr. Alloh. Menos de dos semanas después, cuando abandonaba su puesto para descansar en casa con sus padres, su esposa (embarazada de un niño) y sus dos hijos, los israelíes asaltaron su casa. Murió junto a su padre.
En la Corte Internacional de Justicia, en enero de 2024, la abogada irlandesa Blinne Ní Ghrálaigh presentó los alegatos finales de la demanda de Sudáfrica por genocidio contra Israel. Durante su intervención, Ní Ghrálaigh mostró la imagen de una pizarra en la que estaba escrito lo siguiente “Quien se quede hasta el final contará la historia. Hicimos lo que pudimos. Recordadnos”. Estas líneas habían sido escritas por el Dr. Mahmoud Abu Najaila, de 38 años, que trabajaba como médico para Médicos Sin Fronteras (MSF) en el hospital de Al-Awda, en el norte de Gaza. El 21 de noviembre de 2023, el ejército israelí bombardeó las plantas tercera y cuarta del hospital, donde el Dr. Najaila trabajaba con el Dr. Ahmad Al-Sahar y el Dr. Ziad Al-Tatari. Los tres murieron.
En su página de LinkedIn, Reem Abu Lebdeh, fisioterapeuta que formaba parte de la junta directiva de la filial británica de MSF, escribió: “Una pérdida tan devastadora para la comunidad médica y la humanidad”. Estos médicos, a quienes conocía, dijo, “eran verdaderas encarnaciones del servicio desinteresado y la dedicación humanitaria, salvando vidas incansablemente en las condiciones más urgentes”. Unas semanas después, en algún momento de diciembre, los israelíes atacaron una zona residencial de Jan Yunis y mataron a Reem Abu Lebdeh, cuyos propios mensajes de solidaridad están ahora en la red como la nota de pizarra de la Dra. Najaila: No nos olviden.
Por Vijay Prashad
Este artículo fue producido para Globetrotter. Vijay Prashad es un historiador, editor y periodista indio. Es miembro de la redacción y corresponsal en jefe de Globetrotter. Es editor en jefe de LeftWord Books y director del Instituto Tricontinental de Investigación Social. Ha escrito más de 20 libros, entre ellos Las Naciones Oscuras y Las Naciones Pobres. Sus últimos libros son Struggle Makes Us Human: Learning from Movements for Socialism y La retirada: Irak, Libia, Afganistán y la fragilidad del poder estadounidense (con Noam Chomsky).
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