El domingo de la semana pasada se conmemoró en Chile el 38 aniversario del golpe de estado de 1973, encabezado por Pinochet y por cientos de oficiales chilenos entrenados militarme por los Estados Unidos en la polémica Escuela de las Américas.
Como todos los años miles de personas marcharon por el derecho a la memoria, la verdad y la justicia, desde el centro de Santiago hasta el Memorial del Detenido Desaparecido y Ejecutado Político el que se encuentra ubicado en el Cementerio General al norte de la capital.
En el Cementerio, una mujer sola, sentada en un banquillo, tenía entre sus manos un cartel con la frase “hay más cuerpos en el mar… ¿dónde están?”.
“Hace 38 años se llevaron a mi compañero y todavía espero encontrar su cuerpo”, dice con una voz de tristeza que parte el alma.
El cartel no se explica por sí sólo, para quienes no sepan la historia de nuestros muertos.
Debo decir dos cosas para entender el profundo mensaje de esta mujer. La primera, hace más de una semana cayó al mar un avión militar con 21 pasajeros a bordo; entre ellos, el animador más famoso de la televisión chilena, Felipe Camiroaga.
Por supuesto, todos los recursos del Estado se pusieron a disposición para encontrar los cuerpos de estas víctimas, y tanto la Armada como la Fuerza Aérea han realizado esfuerzos increíbles para cumplir esa misión.
Hasta el cierre de esta nota, son 17 los cuerpos encontrados en el mar, en la isla Juan Fernández.
El segundo hecho, es más viejo, se estima que fue en 1978 cuando la dictadura de Pinochet realizó la “Operación Retiro de Televisores» la que consistió en ubicar, en el sur y en norte de Chile, las fosas clandestinas con los cuerpos de los detenidos desaparecidos, que ellos mismos habían asesinado años atrás, pero esta vez para desenterrarlos y cruelmente arrojarlos al mar para que nunca más fueran encontrados por su familiares ni menos por la Justicia.
Por eso, mientras hoy se buscan los cuerpos de las ultimas personas desaparecidas por este accidente aéreo, esta mujer nos recuerda a toda la sociedad que “hay más cuerpos en el mar”.
Cuando la miro, recuerdo una foto de familiares de detenidos desaparecidos, en el Cementerio Nº3, de Iquique. Están en el Mausoleo Memorial “Para que nunca más” con un cartel simple y directo: “Que el Ejército entregue los cuerpos de los detenidos desaparecidos”.
Es cierto, han pasado 38 años desde el golpe militar. Pero esos cientos y miles de familiares de detenidos desaparecidos de Chile, como de tantos otros lugares, tienen el derecho de saber dónde están sus seres queridos y que haya justicia.
Por eso, debe dar envidia y hasta rabia ver todo el despliegue militar en este caso y recordar el abandono en que quedaron en la transición a una democracia que todavía no llega para todos.
Ojalá la sociedad chilena, con esta nueva tragedia que nos duele, se ponga en el lugar de tantos chilenos que siguen con sus familiares en calidad de desaparecidos.
Ojala que las Fuerzas Armadas, en un verdadero gesto patriótico, y superando su pasado sangriento, trabaje con las mismas fuerzas para encontrar los cuerpos de nuestros compatriotas detenidos desaparecidos.
Este 18 de septiembre, en que Chile cumple 201 años de un primer paso para su independencia, sería un verdadero regalo que las Fuerzas Armadas asumieran esta tarea y comenzáramos a escribir nuestra historia con verdaderos gestos de confraternidad, honor y valentía.
Por Pablo Ruiz
Periodista, pertenece al Observatorio de la Escuela de las Américas y a la Comisión Ética Contra la Tortura.