El activista chino y defensor de la democracia Liu Xiaobo ganó el viernes el premio Nobel de la Paz, una decisión que enfureció a China, que calificó el galardón como una «obscenidad».
El premio pone a los derechos humanos de China en el centro de atención, en momentos en que Pekín trata de tener un papel más importante en el escenario internacional. La Unión Europea, Francia y Alemania tuvieron débiles reacciones ante el anuncio.
«Tenemos que hablar cuando otros no pueden», aseguró a Reuters el presidente del Comité del Nobel, Thorbjoern Jaglan. «Mientras China se levanta, debemos tener el derecho a criticar», añadió.
Liu cobró relevancia al erigirse como líder durante las protestas en la Plaza de Tiananmen en 1989. Fue condenado a 11 años de prisión en diciembre pasado por suscribir un manifiesto en 2008 junto a otros activistas chinos que pidieron libertad de expresión y elecciones libres.
El Comité Noruego del Nobel alabó a Liu por su «larga y pacífica lucha por los derechos humanos en China. El (…) Comité cree desde hace tiempo que hay una estrecha conexión entre los derechos humanos y la paz», sostuvo.
China, que había advertido a las autoridades de que no otorgaran el premio a Liu, dijo que el galardón dañaría las relaciones con Noruega mientras ambos países negocian un acuerdo de comercio bilateral.
«Es una obscenidad contra el premio de la paz», indicó un comunicado del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Ma Zhaoxu.
«Sus acciones son diametralmente opuestas a los objetivos del premio Nobel. El deseo de Nobel era que el premio Nobel de la Paz se entregue a alguien que promoviera la paz entre los pueblos, la amistad internacional y el desarme», agregó.
Residentes de Pekín informaron de que las señales de las cadenas CNN y BCC fueron temporalmente interrumpidas cuando se dio la noticia.
MENOS RELEVANCIA
Activistas dicen que los derechos humanos han perdido relevancia en la agenda de los gobiernos occidentales, que no están dispuestos a enojar a China, ahora la segunda economía mundial.
Francia, Alemania y la UE felicitaron a Liu, diciendo que habían presionado a favor de su liberación, pero evitaron criticar directamente a Pekín.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dijo que los valores promovidos por Liu «están en el corazón de la Unión Europea».
El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, dijo que la decisión fue «valiente» y la cancillería francesa señaló que el premio «envió un fuerte mensaje a todos los que luchan pacíficamente por la promoción y protección de los derechos humanos».
El Dalai Lama, cuya distinción con el Premio Nobel de la Paz en 1989 también enfureció a China, dijo que el galardón pone de relieve «el reconocimiento de la comunidad internacional de las crecientes voces entre el pueblo chino que reclaman reformas políticas, legales y constitucionales».
La mujer de Liu, Xia, declaró que le había sorprendido el premio porque «mi vida ha estado llena de cosas malas».
«Este galardón no es sólo para Xiaobo, sino para todos los que trabajan por los derechos humanos y la justicia en China», dijo en una emotiva entrevista telefónica con el canal Cable TV de Hong Kong.
Luego dijo a Reuters que «los amigos de Liu Xiaobo suelen decirme que ellos quieren que él obtenga el premio, porque creen que es una oportunidad para cambiar China».
Fuente: Reuters/www.swissinfo.ch/spa