En su programa “Aló , Presidente”, el mandatario, Hugo Chávez, afirmó que el incendio de la sede forma parte un atentado terrorista a fin de amedrentar al Gobierno venezolano, quien recuperó el pasado diciembre 47 latifundios en la zona que estaban en manos de adinerados.
El Instituto Nacional de Tierras (Inti) es una de las principales instituciones públicas venezolanas en la lucha contra el latifundio, desde que en el año 1999 esta propiedad privada se declaró prohibido -gracias a la aprobación en referéndum de la nueva Constitución– en Venezuela y desde entonces más del 48% de la tierra venezolana ha sido entregada a los campesinos.
Antes del Gobierno de Chávez, 10.000 familias adineradas poseían el 90% (18 millones de hectáreas) de las tierras, manteniéndolas improductivas, y casi medio millón de familias campesinas sólo poseían el 10% (1,5 millones de hectáreas). En la actualidad, han sido recuperadas 5,5 millones de hectáreas y entregadas a los campesinos, lo que supone un incremento del 38% en las tierras que ahora son de propiedad social y colectiva, un 48% del total.
Esta liberación de tierras sigue sin pausa ya que es una de las prioridades el gobierno sudamericano, sin embargo los latifundistas no están apoyando la medida de la misma manera en que lo hacen los millones de campesinos que están recibiendo las tierras liberadas. Uno de ellos, Carlos Javier Benavides, Presidente de la Asociación de Ganaderos del Zulia estuvo implicado en un ataque terrorista contra la sede del Inti.
Benavides es también militante de uno de los partidos más importantes de la oposición venezolana, Un Nuevo Tiempo.
La oposición venezolana ha protagonizado varios hechos violentos desde la ascensión de Chávez al poder, como el lanzamiento de una granada y ataques a camiones de la estatal PDVAL, los cuales llevan comida barata a gente de bajos recursos. Estos hechos fueron protagonizados incluso por el alcalde opositor de una localidad en el estado de Táchira.
El asesinato de sindicalistas en Aragua y un joven militante del PSUV en Mérida, la quema del Parque Nacional El Ávila y los destrozos causados en la vía pública durante varias manifestaciones en las que militantes de partidos opositores llevaban armas, han marcado la actuación de una oposición que recibe fondos de las instituciones públicas de los Estados Unidos de América (EUA).
El ministro del Poder Popular para el Interior y la Justicia, Tareck El Aissami, ha expresado que Benavides podría ser el autor intelectual del ataque, ya que parece ser que pagó a quienes lo llevaron a cabo. Además El Aissami recalcó que «aún y cuando la mayoría de los sospechosos militan en el partido de oposición Un Nuevo Tiempo, esta tolda política no se ha pronunciado en torno a este acto vandálico».
Por Gonzalo Sánchez