Policías de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas, (ICE) han efectuado redadas masivas en las ciudades de Los Angeles, Atlanta, Nueva York, Chicago, Carolina del Norte, Carolina del Sur y localidades aledañas.
Son cientos los arrestados a lo largo y ancho del país. Estas acciones fueron descritas como simples rutinas, por parte de las autoridades. Nada que no se hubiese estado haciendo bajo la administración de Presidente Obama, según algunos encargados.
La Agencia de Inmigración aún no entrega una cifra oficial de los arrestos que ha realizado, ni tampoco la cantidad de personas que ha deportado.
El director del Servicio de Inmigración David Marín sostuvo que “un alto porcentaje de los ilegales arrestados tenían antecedentes penales. Y que las deportaciones a sus respectivos países, principalmente latinoamericanos, han sido aplicadas de inmediato”.
Se sabe de 160 personas arrestadas en la ciudad de Los Ángeles y sitios aledaños. Mientras 200 inmigrantes fueron detenidos en Atlanta en operaciones policiales en contra de casas, departamentos, oficinas y lugares de trabajo.
Obviamente el pánico se apoderó de la población indocumentada, latina principalmente.
Es repetitivo que la gente que ha sido expuesta a esta situación, defina el ambiente como una película de terror, donde son ellos los protagonistas que corren despavoridos, ante la aparición de hordas de policías, que destruyen familias, que expulsan y separan a madres de sus hijos.
El tema ha tratado de ser suavizado por parte del gobierno de Trump, comentando que la gran mayoría de los expulsados eran forajidos, narcotraficantes o abusadores sexuales.
Quedó claro que el blanco a seguir en las calles y en las poblaciones no es gente blanca.
Había planificación en las acciones. Nombres, direcciones, ubicaciones.
La pregunta, ¿Puedo ver su documento de identidad? Es dicha en forma rápida y clara. Quien no entiende la frase en inglés o responde mediocremente o bien pero con acento; será protagonista de un interrogatorio in situ (ahí mismo) y ante la ausencia de documentación, enviado a las oficinas de inmigración, para luego ser relegado de inmediato a su país natal.
Varios en Europa aplauden las medidas e insisten en repetirlas en el propio suelo.
Por lo demás, ya aparecieron ciertos sitios especiales donde poder esconderse. Áticos, sótanos, maletas, paredes falsas, puertas camufladas. Comenzará otro tipo de tráfico y and troubles. Y quizás este período será un poco más difícil que el anterior, no tenemos la estrella pintada en la manga, sino en la frente.
Andrés Bianque Squadracci
El Ciudadano