Durante esta madrugada, efectivos de la PDI pertenecientes a la Brigada de Robos Sur de Ñuñoa, realizaron un allanamiento irrumpiendo de «forma violenta» en una casa del sector «Valle del Sol» en la comuna de Maipú, donde se encontraban solo dos personas adultas mayores, quienes fueron apuntadas con pistolas, y quedaron aterrorizadas por el personal quienes rompieron la puerta para entrar dejando graves daños además en el hogar.
Natalia Altamira es hija de una de las víctimas del allanamiento, quien en conversación con El Ciudadano, entregó detalles sobre el hecho, apuntando a la gravedad del mismo, sobre todo, porque al momento del allanamiento, su madre de 69 años, y su tía de 72, se encontraban solas.
«Alrededor de las 04:15 de la madrugada, irrumpió personal de la PDI rompiendo con esos mazos gigantes la puerta, donde mi tía y mi madre se levantan asustadas pensando que era un robo. De repente miran y ven personas con linternas azules y pistolas apuntándolas directamente, y ellas de lo nerviosas comenzaron a llorar, preguntando qué estaban buscando«, señala Altamira.
Además, la denunciante enfatizó la violencia del procedimiento y el daño estructural que dejaron en la casa. «Rompieron una puerta de oregón con tres chapas de seguridad, al hacerlo, hicieron pebre el miro de ladrillo» comentó.
Seguidamente, uno de los PDI les mostró a la rápida una supuesta «orden de allanamiento» a través del celular, que no pudieron leer bien las residentes por los nervios. Así, la PDI les explicó que estaban buscando a un sujeto por cometer delitos de tráfico de armas, drogas y robo de vehículo. «Le dieron el nombre y le mostraron una foto de la persona, a lo que mi mamá negó conocerlo. Nosotros no lo conocemos y jamás ha ido a la casa de ella», afirma la hija de la afectada.
Antes de retirarse el personal dejó solamente un «Acta de Entrada y Registro en lugar cerrado y/o lugares especiales», y no les dejaron ni la orden de allanamiento ni les explicaron sobre la causa de investigación, acusó la hija de las víctimas.
Luego de los hechos traumáticos para las víctimas, Natalia junto a su padre se dirigieron a un cuartel de la PDI cercano a la casa de su madre -la cual había sido allanada-, donde les confirmaron que el procedimiento provino de la Brigada de Robos Sur de Ñuñoa, pero no les quisieron entregar más detalles, señalándoles que «se las arreglaran con la fiscalía» (sic).
Posteriormente, Acudieron a la Fiscalía de la Región Metropolitana Sur, donde les notificaron que no se encontraba el fiscal a cargo, Eduardo Arrieta, por lo que solo le solicitaron el correo electrónico al padre de Natalia y ex esposo de una de las víctimas, para llamarlo durante la próxima semana e informar de alguna novedad.
«Ni siquiera nos tomaron una denuncia formal. Es indignante esto» concluye la denunciante.