Periodista afirma que EEUU conoció actividades de narcotráfico de Pinochet

Benedicto Castillo afirmó que el primer antecedente sobre la fabricación de cocaína por el Ejército emanó de un ex piloto de la CIA que trabajó con bandas criminales en Miami y Centroamérica, en el tiempo en que la Contra nicaragüense se sirvió de fondos ilícitos. "La DEA tiene todo. Yo tengo fuentes que me han dicho que efectivamente es así", declaró.

Periodista afirma que EEUU conoció actividades de narcotráfico de Pinochet

Autor: Matías Rojas

Pinochet

El periodista chileno Benedicto Castillo, autor del libro de investigación periodística «Magnicidio» que ahonda en el asesinato del ex presidente Eduardo Frei Montalva, sostuvo en una entrevista con El Ciudadano que la dictadura del ex general Augusto Pinochet no sólo fabricó armas químicas para matar en recintos de la DINA y el Ejército, sino también cocaína y precursores para elaborar drogas.

En octubre de 2015, el Departamento de Justicia de EEUU reservó, ante una petición realizada por este medio a través de la Freedom of Information Act (FOIA), un dossier de 2.983 documentos relativos a investigaciones abiertas por la DEA (organismo antidrogas norteamericano) en contra Pinochet. Cuando El Ciudadano apeló por canales formales, el gobierno estadounidense dijo que había cometido un error al señalar que tenía informes que mencionaban al dictador.

Para Castillo, un ex reportero policial que se ha destacado por escribir sobre la oscura estructura e ilícitos de la comunidad inteligencia que operó bajo el reinado de Pinochet, confirmó, luego de recoger testimonios de numerosas fuentes, que la DEA maneja información que vincula al ex «capitán general» chileno con operaciones de narcotráfico.

Señaló así que el primer antecedente sobre la fabricación de cocaína en el Complejo Químico e Industrial del Ejército de Talagante, como también sus nexos con los hijos de Pinochet en Los Ángeles y un empresario de origen sirio, fue entregado por un ex marine de Estados Unidos llamado Ivan Baramdyka, quien cayó detenido en Chile en 1993 y fue puesto a disposición de la justicia por el OS7 de Carabineros.

«Él había sido piloto de la CIA, pero además era piloto de bandas narcotraficantes norteamericanas que llevaban y traían droga desde Miami, La Florida, hasta Centroamérica», explicó el periodista, agregando que ello ocurrió de manera simultánea al financiamiento encubierto que recibió la Contra nicaragüense por el contrabando de estupefacientes de la Agencia.

Castillo recordó que Baramdyka fue entrevistado por TVN bajo el gobierno de Patricio Aylwin, pero el registro nunca se emitió. «Si hubiera sido posible publicar esa entrevista en Chile, hace mucho rato hubiéramos sabido las verdades que supimos posteriormente el año 2004, cuando el Congreso norteamericano y el Departamento de Estado descubrieron las 129 cuentas que tenía el general Pinochet en EEUU», sostuvo en alusión al caso Riggs.

Más tarde, en una especie de represalia contra Pinochet, el otrora cabecilla de la DINA Manuel Contreras confirmó, ante un ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel, que Baramdyka decía la verdad. Sin embargo, precisó Castillo, «esa acusación nunca fue investigada» por las autoridades chilenas.

«¿Qué hizo la Brigada Antinarcóticos de la Policía de Investigaciones? Nada. Se dedicó estrictamente a confirmar lo que había aparecido en un libro (‘La delgada línea blanca’ de Rodrigo de Castro y Juan Gasparini)… pero no investigó a fondo… Aquí si hay una organización que tiene toda la información de narcotráfico… es la DEA norteamericana, y a la DEA nunca le pidieron información… La DEA tiene todo. Yo tengo fuentes que me han dicho que efectivamente es así», apuntó.

CASO FREI

Según el periodista, el proceso judicial que volvió a aparecer en los medios a inicios de junio tras la segunda exhumación del cadáver de Frei Montalva está «sancionadísimo», en el sentido de que es indesmentible que en el cuerpo del ex jefe de Estado se encontraron restos de gas mostaza y gas talio, sustancias químicas que destruyeron su sistema inmunológico y fueron puestas allí por agentes del régimen militar y médicos ligados a la DINA.

«Desde mi punto de vista (la nueva exhumación) es una imbecilidad», señaló Castillo, argumentando que la primera autopsia fue «bastante prolija» y completa, lo que hace improbable que se encuentren elementos nuevos ya que las pruebas biológicas más importantes se retiraron.

Asimismo planteó derechamente que los criminales «se equivocaron monstruosamente» en su intento por ocultar la intervención de terceros, puesto que conservaron los trozos orgánicos que permitieron detectar la presencia de venenos a través de pericias en el extranjero.

Puedes mirar la entrevista completa pinchando en este enlace.


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