Felipe Chávez Escobar asegura que Mauro Mosciatti –Gerente General de la radio-, le leyó unos mensajes escritos en su cuenta personal de Facebook contra el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, y le señaló que eso atentaba contra la independencia del medio, por lo tanto sería despedido. Ese hecho, argumenta el periodista, es una prueba de que fue monitoreado desde el Ministerio del Interior por habr hecho preguntas incómodas al ministro Golborne.
Chávez inició hoy una demanda en contra de la empresa con el respaldo del sindicato de trabajadores de La Radio.
Felipe Chávez Escobar llevaba tres meses trabajando para Radio Bío Bío en la ciudad de Puerto Montt cuando, el pasado 21 de abril, el jefe de prensa del medio en la zona, Sergio Osses, le comunicó que iba a ser despedido.
“Tenía escrito en un papel a mano unas cosas que yo había publicado en mi Facebook y me lo muestra y me dice ‘por esto’. Eran unos insultos contra Hinzpeter, uno en particular que yo había escrito cerca de la primera quincena de marzo –un mes atrás- y decía, entre otras cosas, “Hinzpeter culiao”. Los mensajes manifestaban la molestia del periodista en el marco de la fuerte represión sufrida por el pueblo de Aysén durante el mes de marzo.
Chávez asegura que Osses le explicó que Mauro Mosciatti –gerente general de la radio- ordenó que no se le renovara contrato, el 31 de mayo próximo –cuando éste terminaría-. “Yo le pregunte por qué, le dije que esa cuenta era privada y él me dice ‘no, esta cuestión no, las redes sociales son públicas, lo conoce toda la gente’”, relata el periodista.
El martes 24 de abril, Mauro Mosciatti llegó hasta Puerto Montt y habló personalmente con Chávez: “Le pregunté cómo estaba y me dijo ‘estoy enojado contigo’. ¿Por qué?, le dije y me contestó no, porque la cagaste y te digo al tiro que la situación es irrevocable”.
Chávez argumenta que Mosciatti también le leyó el comentario publicado en Facebook. Según relata, “me dijo tú no puedes estar escribiendo estas cosas, somos un medio independiente y no podemos dar a conocer nuestro pensamiento político. Le volví a decir pero Mauro, yo me siento vulnerado, es como que me estén echando porque pegué una calcomanía de Patagonia sin Represas en mi auto. O porque pinto un mural del Che Guevara en la pandereta de mi casa”, asegura.
El comentario fue publicado en la red social el 16 de marzo de este año, mientras que su despido se originó más de un mes después –su Facebook era cerrado, no público a desconocidos- y a una semana de una polémica entrevista al ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, razón por la que comenzaron sus sospechas.
“Me monitorearon, está claro. Si yo lo hubiera escrito y me echan al día siguiente lo hubiera entendido más, pero ya había pasado hace rato, había que buscar en las publicaciones más antiguas para encontrarlo”, señala.
Hace menos de un año, Juvenal Rivera, también periodista de la Radio Bío Bío, fue monitoreado por el Ministerio del Interior cuando escribió en su cuenta de Twitter un comentario ironizando respecto al titular de la cartera, Rodrigo Hinzpeter. Rivera fue contactado por la periodista del ministro, Daniela Easton, quien le pidió explicaciones por lo escrito.
“No creo que sea necesario que alguien use su tiempo para saber qué quise decir. Sin embargo, así ocurrió. No juzgo intenciones, pero el tono de la consulta no fue amistoso. Si el afán era inocuo, no se notó”, declaró entonces el periodista. El oficialismo, en tanto, admitió el monitoreo y dijo que el llamado había sido causado porque Rivera se encontraba difundiendo algo que el ministro no había dicho.
En tanto, tras una serie de intentos por obtener la versión de Mauro Mosciatti, su secretaria asegura que: “Hablé con Mauro y me dijo que no tiene absolutamente nada que decir, a ese periodista se le despidió porque su contrato llegó a su fin y él dijo que no tiene nada más que comentar”. Mosciatti tampoco respondió los varios correos electrónicos que se le enviaron para conocer su versión de los hechos.
UNA INCÓMODA ENTREVISTA A GOLBORNE Y EL POSTERIOR DESPIDO
Una semana antes de su despido, Chávez preparaba una entrevista al ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne. Un extraño caso involucraba a su cartera en un acuerdo firmado a escondidas con la empresa portuaria en Puerto Montt.
“Es una empresa público privada, pero este es un acuerdo en que le traspasaron 41 rampas que pertenecían a obras portuarias de la región, se las traspasaron sin licitación a esta empresa. Fue firmado en diciembre y dijeron que era solo por las rampas del Canal de Chacao”, explica.
“Hasta ahí todo bien, pero resulta que habían 40 rampas más y nadie sabía y lo que no se sabía, tampoco, es que esta empresa iba a empezar a cobrar por la administración. Por ejemplo, en el convenio se dice que se piensa cobrar un costo máximo de 6 mil pesos por cada vez que el barco llegara al Canal de Chacao. Es raro porque acá nunca se ha cobrado nada, lo que cobran son los transbordadores por cruzarte. Yo pedí la información en Transparencia, me lo respondieron el último día de plazo que tenían y justo al otro coincidía con que Golborne venía a Puerto Montt”, señala Chávez.
El periodista se comunicó con los asesores del ministro y logró que Golborne llegara hasta la radio para una entrevista: “Conversamos de hartas cosas y al final de la entrevista le pregunté por esta cuestión. Qué pasó, por qué nunca se dijo, por qué se pretende empezar a cobrar, por qué no se licitó esto si eran tantas rampas. Ahí él se descompuso, yo creo que ni conocía el tema, no supo qué responder”.
Chávez agrega que, además, la información pedida al Consejo para la Transparencia no fue entregada completamente, algo que le señaló al ministro: “Le dije ministro, aparte de hacer esto a escondidas, yo solicito la información por transparencia y no me la hacen llegar”. El periodista segura que eso colmó la paciencia de Golborne, quien se molestó y le aseguró que le haría llegar esa información durante la tarde. “Quedan comprometidos mis asesores, llámeme porque esta cuestión no puede ser, me dijo. Ahí se fue indignado y a los dos minutos me estaban llamando para hacerme llegar la información y efectivamente ahí salía todo el tete que estaba oculto”, detalla. Ocho días después fue despedido.
POLÍTICAS DE LA EMPRESA
El periodista asegura que hay un daño laboral y moral en su contra que se condice con las prácticas laborales de la empresa. “Yo me sentí súper perjudicado. Pensaba que había trabajado bien, regalé horas extras, porque esa es otra cosa, los derechos laborales no se respetan mucho, no hay feriado legal, no se pagan horas extras.
“Después de mucho esfuerzo estamos próximos a iniciar una negociación colectiva para tratar una serie de temas, en los que se encuentra esta idea de la empresa de tener que renunciar a la propiedad intelectual a cambio de nada”, explica Pía Toro, presidenta del Sindicato de Trabajadores de Radio Bío Bío. Toro califica esta instancia como “histórica” dentro de la empresa y asegura que otros temas a revisar serán los contratos, horarios y horas extras.
La organización entre trabajadores del medio ha sido otro punto de polémica, dado que el sindicato pasó por una serie de dificultades antes de poder constituirse como tal. Por ello, la organización sindical en la radio sólo existe legalmente desde noviembre del año pasado.
El caso de Felipe Chávez remite al extraño despido de un ex periodista de Radio Bío Bío que hoy prefiere ocultar su identidad. A principios de agosto del 2010, la noticia de la llegada de José Izquierdo -“disidente cubano”- a Chile, fue tema obligado en la agenda de los Mosciatti. “Me solicitaron que escribiera sobre lo importante que era recibir a esta persona, que era un acto humanitario y yo no estuve de acuerdo, porque hablamos de un sujeto que estaba procesado por ilícitos comunes, que no era preso de conciencia”, detalla el periodista. Sin embargo, el ex funcionario cuenta que accedió a escribir la noticia, pero se rehusó a participar de la instancia de diálogo con Tomás Mosciatti donde se reafirmaría la postura del medio. Al día siguiente le notificaron su despido.
Toro, en tanto, asegura que el sindicato ha manifestado su total apoyo a Chávez. “Nosotros apoyamos a Felipe, obviamente creemos que se están vulnerando sus derechos como trabajador y más que como trabajador, de la persona y su derecho a la privacidad. Que por más que él haya hecho un comentario en Facebook, eso no está normado y no tiene por qué reflejar el pensamiento político de la radio”, señala.
La presidenta de la organización sindical declara que “la empresa tendrá que responderle a través de la justicia las razones de este despido y por qué se vincula el derecho a la privacidad con el derecho laboral”.
“NO HAY NINGUNA INDEPENDENCIA”
Chávez interpuso hoy, miércoles 23 de mayo, su demanda contra la radio por infracción de garantías constitucionales, como su privacidad y la libertad de pensamiento político. En esta ocasión será apoyado por el abogado Héctor Ulloa.
“En el finiquito que me hicieron llegar desde la radio dicen que el fin de mi trabajo es por fin del plazo convenido, lo cual es contradictorio porque mi contrato terminaba recién el 31 de mayo y yo fui despedido más de un mes antes”, explica. Y cuenta con dos testigos que declararán en su favor.
En tanto, manifiesta estar decepcionado del medio de comunicación donde trabajó. “El discurso que tienen se me cayó a pedazos. No hay ninguna independencia, yo creo que tienen lazos súper fuertes con el Gobierno que esté de turno, si fue antes el de Bachelet ahora es con Piñera, porque efectivamente tienen muchos tratos comerciales con ellos, tienen avisaje, tienen publicidad y hay mucho negocio de por medio”, declara.
Chávez continúa: “Lo que me parece peor es que a mí se me vulneraron los derechos, en lugar de denunciar lo que sucedió y repudiarlo. Haber avalado esta situación de que alguien me espió, fue como que hayan ingresado a mi casa, hayan visto que yo tenía un póster del Che Guevara y lo fueron a denunciar. En lugar de denunciarlo ellos, que se llenan la boca hablando de la independencia y la libertad de opinión, se hicieron cómplices de una injusticia en mi contra”.
Por Vanessa Vargas Rojas
El Ciudadano