El próximo 14 de octubre será la fecha en la que el chileno Jaime Castillo Petruzzi, cabecilla del grupo armado Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), será liberado de las cárceles peruanas tras pasar 23 años entre rejas, condenado por terrorismo.
Así lo informó el procurador público especializado en delitos de terrorismo, Milko Ruiz Espinoza, quien precisó que nada más abandonar la prisión, será expulsado a Chile.
Castillo Petruzzi, de 59 años, mando militar de la organización guevarista, fue capturado luego del rescate del empresario Raúl Hiraoka Torres, el 15 de octubre de 1993, y sentenciado por ser autor del secuestro de doce empresarios y la muerte de ocho soldados y policías.
Castillo será trasladado de la cárcel directamente a un avión comercial para ser expulsado, informó Ruiz. «La idea es que ni siquiera pise la calle, que lo cojan de ahí, no vea la luz y se vaya de frente al avión», declaró este lunes al medio peruano El Comercio.
Castillo Petruzzi, quien también fue miembro del MIR, se convirtió en el último preso político chileno en el país vecino. Su caso, que fue revisado por la CIDH a fines de los 90, tuvo que ser anulado por ser juzgado sumariamente en tres horas por un tribunal militar sin rostro y sin derecho a defensa. En un nuevo juicio fue condenado por terrorismo de Estado, por lo que su sentencia fue cambiada de cadena perpetua a 23 años de presidio.
Sin embargo, la versión de familiares y conocidos descarta totalmente que Castillo Petruzzi fuera el cerebro de Túpac Amaru y defiende que trabajó para que “el Movimiento Túpac Amaru se convirtiera en un movimiento político, parecido al M-19 de Colombia y se buscara una salida legal a Víctor Polay [líder del MRTA], condenado a cadena perpetua».
El grupo guevarista MRTA alcanzó fama internacional en 1996, cuando tomó por asalto la residencia del embajador de Japón en Lima, donde permaneció atrincherado más de cuatro meses con 72 rehenes, en lo que constituye hasta ahora el secuestro masivo más prolongado en el continente americano.
La organización guerrillera fue derrotada en el año 2000. La mayoría de sus dirigentes murieron o cumplen condena, como su fundador, Víctor Polay, sentenciado a cadena perpetua.
El conflicto interno peruano, entre 1980 y 2000, dejó más de 69.000 víctimas producto del enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad (policía y militares) y las guerrillas del MRTA y Sendero Luminoso (SL), según la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Durante la década de los 90, al menos 5.000 personas estuvieron presas por su relación con el MRTA o con SL, algunas condenadas injustamente y liberadas gracias al trabajo del padre Hubert Lanssiers.