Por elaborar un artículo sobre la simulación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la restauración del patrimonio cultural dañado por los sismos del 2017, la arquitecta Rutilia Amigón ha sido perseguida y acosada laboralmente, castigada con su reubicación en Culiacán Sinaloa, a más de mil kilómetros de distancia.
Hoy, la perito difundió el texto “El programa sismo del INAH: caos, estancamiento y represión” en el que reveló que los múltiples castigos a la que la someten directivos del INAH son un intento de acallar su voz, por señalar el desorden y estancamiento del “Programa Sismo” exhibir la incompetencia de un instituto al llevar a cabo un improvisado plan para rehabilitar el patrimonio dañado en el estado.
En la misiva pública exige que Diego Prieto, director general del INAH, “hable con la verdad al país entero” y transparente el destino real de los 5 mil 657 millones de pesos que afirma haber aplicado en la rehabilitación de daños por el sismo.
Acoso laboral en el INAH Puebla
Desde marzo de este año, a la arquitecta Rutilia Amigón presuntamente le retuvieron su salario en el INAH Puebla, directivos y administradores se niegan a aceptar las licencias médicas que el ISSSTE le otorgó por una cirugía de riesgo, le quitaron materia de trabajo sin razón, pues fue sustituida en la atención de inmuebles que por casi cuatro años tuvo a cargo, además de ser notificada desde el INAH Sinaloa que tiene actas administrativas en su contra por “faltas injustificadas”.
Amigón afirma que la persecución laboral se intensificó a raíz de la difusión en medios periodísticos, en septiembre de 2021, de dos notas que abordan la problemática relativa al sismo en el INAH, “las que parecen haber disgustado”.
Se refería a artículo “Los terremotos del 2017, mi experiencia en la Mixteca poblana”, publicado el 30 de septiembre de 2021 en el portal Mundo Nuestro, donde narra su experiencia como supervisora de 25 inmuebles históricos afectados en la zona que fue el epicentro del sismo y en el que describe la improvisación, el desorden e incluso la simulación de intervención del INAH que se realizó sin proyectos, contratos, instrucciones por escrito o el más mínimo protocolo.
Despido injustificado enmascarado
En el texto, la arquitecta revela que el acoso se tornó más violento a partir de febrero de 2022, mientras estuvo convaleciente en el hospital debido a una apendicectomía que derivó en dos intervenciones.
“Fue entonces que sin escrúpulo alguno se aprovechó mi vulnerabilidad para comunicarme el cambio de adscripción a Sinaloa, exigiendo que me presentara en Culiacán de inmediato y acorralándome con la retención ilegal de mi salario”
“Los procesos administrativos en mi contra adolecen de irregularidades y violan mis derechos humanos, laborales y constitucionales. El grupo de funcionarios públicos del INAH que se han afanado en acallarme, se reúsan también a recibir las licencias que el ISSSTE me otorgó para poder justificar mis inasistencias por motivos de salud”
“Conjeturo que esas supuestas faltas sin justificar se emplearán para solicitar a la autoridad competente el cese de la relación laboral conmigo. Ya que no lograron mi renuncia al imponerme el drástico cambio de mi entorno de trabajo y acosarme de la manera en que lo han hecho. Con ambas situaciones disfrazan mi despido injustificado”, denunció.
INAH castiga la verdad
La arquitecta en el texto retoma la frase del presidente Andrés Manuel López Obrador que sostiene que “a nadie se le castiga por disentir y que la libertad de expresión es real”. “En el INAH no es así, con represión no se logrará ocultar la falta de avances en las obras vinculadas con los sismos y tampoco la existencia de una maraña de problemas técnicos económicos y sociales favorecidos mayormente por la manera en la que se nos impuso iniciar obras y por los numerosos equívocos, decisiones erráticas y omisiones del equipo de directivos que continúa a cargo del Programa Sismo”.
Al respecto, cita el artículo en la revista Proceso en su número 2386, “Entrega el INAH un templo en riesgo” que refiere la entrega a la comunidad de Cuauhtinchan, de una “primera etapa” de los trabajos en el conjunto de San Juan Bautista.
La nota revela la molestia entre los vecinos, las dudas sobre la calidad, necesidad y prioridad de los trabajos realizados y que en un escenario montado con autoridades de los tres órdenes de gobierno fuera dada por concluida la primera etapa de reconstrucción de su templo -ahora reabierta al culto- y la denuncia que se trata de un simulacro, pues se advierte un peligro latente.
“Denuncian que tampoco hubo vinculación real con la población. La nota, además, deja entrever que la entrega en etapas es una estrategia para disimular que la obra se interrumpió por falta de pago a la empresa. Hay incertidumbre acerca de los años que deberán esperar para la siguiente fase y qué institución se hará cargo. Casi llegamos al quinto aniversario de los terremotos de 2017 y numerosas comunidades siguen a la espera de que se rehabiliten sus templos, que han agravado sus daños”.
“Pero Diego Prieto, director general del INAH dijo, en la Mañanera del 21 de julio: la espera de cinco años ha rendido frutos… y agregó que Puebla y Oaxaca habrán de esperar hasta el 2023. Con ello y la estrategia mediática de entregar obras inconclusas, detenidas por falta de pago o concluidas, pero no liquidadas, se intenta desviar la atención y evadir las críticas por la falta de avances reales del “Programa” pero solo desacreditarán más al INAH y sembrarán más desaliento entre nuestras comunidades”, sostuvo la arquitecta en la misiva pública.
La perito despide el texto reiterando su exigencia de que Diego Prieto se disculpe y hable con la verdad a AMLO y al país entero. Además, debe transparentar los 5 mil 657 millones de pesos que afirma haber aplicado en la rehabilitación de daños.
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Foto: Kara Castillo