En Chile se puede aplicar amnistía y prescriben los delitos de genocidio y a los crímenes de guerra y lesa humanidad. Esa es la opinión que han manifestado los senadores Allamand, Bianchi, Espina, García, Horvath, Larraín, Novoa, Pérez y Procurica cuando el 17 de marzo rechazaron discutir una iniciativa legal que declaraba imprescriptibles e inamistiables este tipo de aberraciones. Se trata de la primera obra maestra del nuevo presidente del Senado, Jovino Novoa, quién se aseguró de someter a votación este proyecto en quinto lugar de la tabla cuando apenas había dos senadores de la Concertación en la sala.
Se trata de una buena noticia para los violadores a los derechos humanos de todo el mundo. De esta manera Chile se convierte en un santuario perfecto para acoger a tiranuelos y genocidas de todo el orbe. Entre los candidatos a beneficiarse de la tolerante legislación chilena se puede contar al presidente sudanés, Omar Hassan al-Bashir, contra quién la Corte Penal Internacional (CPI) emitiera una orden de arresto este mes debido a crímenes contra la humanidad en Darfur. Otro candidato perfecto es el prófugo Ratko Mladić, general Serbio-Bosnio acusado de crímenes de guerra y genocidio por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) en La Haya, por el asedio a Sarajevo en el cual murieron 10.000 personas, y por la masacre de 8.100 hombres y niños bosníacos el 11 de julio de 1995, durante la masacre de Srebrenica, el mayor genocidio cometido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
También puede interesar a Mijail Saakachvili, presidente de Georgia, que masacró en agosto de 2008 a más de 1400 ciudadanos de Osetia del Sur, provocando la invasión rusa a ese territorio. O al prófugo Félicien Kabuga, magnate rwandés a quién se atribuye la autoría intelectual del genocidio que vivió ese país es 1994. Con su dinero se habrían importado a gran escala azadas, machetes, palas y armas de fuego utilizadas para llevar a cabo las masacres. Kabuga también era propietario de Radio y Televisión Libre de las Mil Colinas que fomentaba el odio a los tutsis, a quienes se refería como «cucarachas».
También puede beneficiar al presidente de Israel, Shimon Peres, y su primer ministro, Ehud Olmert, luego que el relator especial de la ONU sobre la situación de Derechos Humanos en Gaza, Richard Falk afirmara hace pocos días «La evidencia de la violación de la ley humanitaria es tan clara que no tengo ninguna duda de la necesidad de una investigación independiente que demuestre que Israel ha cometido crímenes de guerra». Y en Bolivia la resolucion del senado chileno puede ser interesante para el ex prefecto de Pando Leopoldo Fernández, acusado de ser el autor intelectual de la masacre campesina del 11 de septiembre de 2008 en ese departamento boliviano.
Sin duda, estos senadores han hecho un favor inestimable a la causa de la impunidad, que tantos retrocesos ha tenido en los últimos cincuenta años, en la medida en que los marcos legales de casi todos los países han reconocido que las violaciones a los derechos humanos, los crímenes de guerra y el genocidio son prácticas que no merecen amparo de ninguna especie, en ninguna parte. Excepto en Chile, obviamente.
Por Alvaro Ramis
Director ACCION