Presos políticos indígenas tonocotes en Santiago del Estero

El pueblo-nación Tonocoté asentó su población entre el río Salado y el Dulce en Santiago del Estero, y son parte del Gran Chaco sudamericano, territorio que comprende los actuales países de Argentina, Paraguay y Bolivia. En un hecho que marca su historia reciente en su relación con el estado nacional, cuatro de sus miembros (Eusebio Aranda, Benerando Mendoza, Silvio Ibáñez y Ariel Sosa) se encuentran presos en cárceles santiagueñas desde el pasado 17 de agosto de 2011 después de participar en un enfrentamiento con bandas armadas en la localidad de La Guardia, unos 150 km al norte de la capital provincial.

Recordemos que antes de aquello, la banda armada había golpeado a vecinos de otras comunidades aledañas e incluso hirieron de bala a un dirigente indígena. Marcos Almaraz, de “El Hoyo”, se encontraba junto a sus vecinos intentando cuidar el monte cuando una bala impactó en su pierna, afortunadamente anda grave pero el calvario posterior afectó a toda la comunidad; constantemente se sentían disparos y los niños dejaron de ir a la escuela.

La situación se genera en medio una problemática por la tenencia de la tierra y el uso de ella. Un dato revelador y alarmante viene de Greenpeace, el movimiento ecologista señala que 10 millones de hectáreas de bosque nativo se han desmontado en los últimos 10 años en el norte argentino.

LA EMBOSCADA JUSTICIERA

El martes 16 el termómetro marcaba los cuatro grados bajo cero. Lucas Sánchez salió en búsqueda de sus yeguarizos perdidos que ya estaban faenados en el domicilio de un conocido cuatrero de la zona, Luis Omar Ledesma. Sánchez denunció en la policía que de inmediato se dirigió al lugar y detuvo a cinco ladrones, secuestró la carne y un arsenal de armas de fuego de distinto tipo. A esta denuncia se suma el Kamáchej (representante de una comunidad ante el consejo tonocoté) Domingo Ruiz (en la foto); pero sus esfuerzos por ver la justicia se hacían inútiles “ni pelota le daban” señalan en la comunidad. Pese a ser sorprendidos en el acto, los ladrones fueron liberados.

Al atardecer, los vecinos levantaron una emboscada en el puente La Guardia; sabían que los integrantes de la banda armada intentarían huir; no se equivocaron, Víctor Mendoza relata: “yo andaba ahí pal 0 (km 0) a la vuelta me pasa la camioneta de los detenidos en la mañana, antes de llegar a casa me encuentro con mi hermano, me dijo: ‘vuelve, vamos a esperar la camioneta en el puente’, cuenta el joven comunero que posteriormente también fue detenido y torturado en la comisaría.

Según el relato de los miembros Tonocoté que participaron de la emboscada (11 en total) ellos intentaban dialogar: “se detuvo frente a nosotros y nos amenazaba con un arma y realizaba disparos al aire, pero uno de ellos (Luis Díaz) apunta hacia Oscar González (Tonocote) y realiza tres disparos; en su intento de escaparse resbala junto al río, en ese momento Díaz, dice ‘te has cagao mierda’; pensamos que lo había matado, por eso respondimos con nuestras escopetas”, expresa Víctor Mendoza.

LA CONVIVENCIA CON LOS MALEANTES

Según los comuneros indígenas, hace 20 años que estan luchando por evitar que Omar Jasman, el empresario que contrata a la banda armada, se instale en el lugar y les quite las tierras; Magaly Sosa cuenta que “desde el año 1991 venimos en la lucha constante por las tierras, en este último tiempo (2011) comenzó en el km 0, a Jasman lo corrimos en tres ocasiones, la última vez vino con más de 20 personas e instaló un campamento con todas las conexiones de comunicación y logística para operar”, relata.

Por su parte Rubén Sosa, comunero con múltiples complicaciones de salud y uno de los más afectados con los robos de sus animales, señala: “A mí, desde que me enfermé, me han robado más de 50 animales desde abril de 2011, me han afanado todas las cosas de la casa, cuando hicimos la denuncia en la policía vino recién a los 15 días. Llamé a Bandera Bajada y no nos atendían y no es la primera vez que nos pasa eso que no nos atienden”, dice. Sosa se maneja con un aparato que le ayuda a contener su enfermedad al corazón; “yo estoy operado del corazón, me mantengo con un cardiodesfibrilador pues no me funcionan las válvulas del corazón, este aparato anda a batería que me tendría que funcionar hasta el 2012, después de esto, de la balacera, me fui al doctor y me dijo que trate de estar tranquilo, ahora con esto y más las amenazas constantes no estoy tranquilo, Ledesma dice que se vengará con cualquiera, hasta los chicos de la escuela están amenazados”, enfatiza.

LAS TORTURAS DEL INTERROGATORIO

Los días siguientes de la comunidad Tonocote sería un largo transitar por el pedido de justicia para los cuatro miembros presos en la Unidad Regional 2 (UR2) de Santiago del Estero. Según Francisco Mendoza, uno de los que estuvo detenido por algunos días, “de llegada nomás nos estropearon fiero, nos arrodillaron y nos comenzaron a dar patadas en el estomago y nos pegaban parchazos (palmetazos) en la cara, uno más que otros, después de a uno nos iban interrogando”, dice.

En tanto, Víctor Mendoza agrega: “nos decían ‘estos son unos indios, estos hijos de puta hay que matarlos porque si te hallan en el monte no te van a perdonar’”, relata asintiendo que la bronca los embargaba. Quienes fueron liberados cuentan que Ariel Sosa, uno de los que permanece en la cárcel, les comentó de una sesión de tortura que consistió en un interrogatorio con una bolsa en la cabeza, vendas en los ojos y constantes golpes.

Este escenario violento y lleno de denuncias en las comisarías lleva a los miembros Tonocote a organizarse para defenderse con la idea de terminar con la impunidad con que se mueven quienes trabajan ofreciendo sus servicios a empresarios del agronegocios.

Por Pedro Herrera

El Coyuyo (Periódico amigo de El Ciudadano)