Hoy en día la mentalidad del empresariado sigue siendo la misma, el conflicto no tiene salida, todas las medidas que haga el gobierno de turno son para calmar momentáneamente la situación de uno u otro lado, pero no son una solución definitiva, que se podría alcanzar en una fase en que paulatinamente todo el territorio usurpado vuelva a ser en la praxis del pueblo mapuche. Pero debido a que aun existen millonarios intereses económicos y entre ellos hay políticos en medio del botín: no hay solución posible, solo una creciente ola de violencia, tomas de fundos y brutal represión. Medidas gubernamentales que reproducen el espiral.
El principal enemigo en este momento del pueblo mapuche es la industria Forestal, son ellos los que concentran el mayor número del territorio usurpado. Por ejemplo, forestal MININCO, del grupo Matte, tiene más de un millón de hectáreas de propiedad forestal y el total de toda la población mapuche, de la Región de La Araucanía, no alcanza a tener mas de setecientas mil hectáreas.
Es decir, solo una familia de poderosos capitalistas tiene mas tierra que todos los mapuches juntos y luego reclaman por sus medios de comunicación serviles cuando las comunidades se toman los fundos o cuando incendian camiones para evitar que la empresa siga produciendo, saqueando y destruyendo el medio ambiente. El escenario se hace mas complejo, al comprobar hasta en tribunales, que hubo atentados incendiarios provocados por los mismos camioneros para cobrar seguros. Es decir, estamos en una etapa donde el conflicto trae millonarias cifras, al igual que en la guerra, la inversión a tecnología, seguros, aparatos y escuadrones represivos aumenta, pero estas medidas solo alejan la solución y les sirve a los poderosos para ocultar los motivos de fondo de estas acciones de resistencia social.
Cómo funciona el modus operandi del neocolonialismo:
Poner toda la atención en hechos violentos, descontextualizarlos, aislarlos, tergiversarlos, sirve para que un proceso de defensa legitima por parte de comunidades que están recuperando su territorio, se transforme en “hechos aislados” o “atentados terroristas”, del cual no se explica al público las razones y motivos de estos hechos, construyendo una imagen de violencia sin sentido o gratuita. Pero hay que dejar en claro que estas acciones son en defensa de la tierra y contra la infraestructura y máquinas de las empresas, para que dejen destruir bosques, cerros, montañas, prados, llanos y el rico territorio biodiverso que existe en la Araucanía.
No se puede quedar de brazos cruzados mientras a fuera de tu casa destruyen a tu madre tierra y más encima viviendo en pequeños reductos de tierra seca y desierta por culpa de las plantaciones forestales. Los camiones quemados son la consecuencia directa de años de robo, saqueo y violaciones sistemáticas a un pueblo guerrero herido por la historia y el presente, pero con buena memoria y capacidad de adaptación a los nuevos escenarios.
El actual sistema capitalista, representado en una casta de organizaciones multi gremiales, partidos políticos y empresas transnacionales, busca la forma de reinventarse, de legitimarse, de imponerse nuevamente, de lograr su perpetuación económica y dominación política, a través de una serie de “medidas y reformas” que solo hacen que se desvié la atención en “evitar las consecuencias” y no solucionar el “origen de lo que provoca las consecuencias”. Es decir, que se centren los cambios en instalar nuevos y modernos mecanismos de control y seguridad, aumentar la inyección de recursos a los usurpadores. Esta pseudosoluciones reproducen y fortalecen el mismo sistema que tanto mal genera. No les interesa y conviene hacer un necesario cambio en el modelo económico, en el cual la tierra esté mejor distribuida, devuelta a sus habitantes originarios y que la formas de producir sean en un marco de armonía y sustentabilidad con la tierra.
Dadas las condiciones anteriormente expuestas, podemos reflexionar, a simple vista, que debido a la complicidad, que existe entre la clase política burguesa, el mercado global y la industria capitalista, podemos darnos cuenta, que este conflicto no se resuelve haciendo una serie de “marchas de camioneros” o “teleseries mediáticas pro empresariado” o “montajes CAM-FARC”. Tan solo son distractores de masas, una falsa solución mediocre que esconde el macabro negocio de la acumulación y destrucción de la tierra en pocas manos…
Si las empresas aumentan sus medidas de seguridad y vigilancia, no le queda otra a la Resistencia Mapuche de seguir perfeccionándose en el arte de sabotear a sus ladrones para lograr sus objetivos de recuperación y reivindicación territorial.
Así es la guerra. No es tiempo de llorar…
Por un Wallmapu Libre y autónomo!!!
Sin transnacionales capitalistas!!!
Amulepe taiñ Weichan, Marrichiwew!!
Fuente: werken.cl
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