Al contrario del caso chileno donde altos mandos de las fuerzas Armadas dieron la espalda al presidente electo democráticamente, Salvador Allende, las fuerzas militares de la revolución ciudadana del Ecuador, restablecieron el Estado de Derecho, rescatando al presidente Rafael Correa, quien fuese secuestrado por una facción de la Policía del país.
Un fuerte enfrentamiento de balas entre los militares constitucionalistas y la facción policiaca golpista, se llevó a cabo en las afueras del Hospital de la Policía de Quito, lugar desde donde fue rescatado el presidente Correa.
En estos momentos ya se ha reunido la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) quien de inmediato se ha pronunciado en apoyo del presidente Correa y del Estado de Derecho por declaraciones de los presidentes que integran este organismo, quienes a estas horas están reunidos en el Palacio San Martín por convocatoria del secretario general, el ex-presidente argentino Néstor Kirchner.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, al obtener la libertad llegó esta noche al Palacio de gobierno «Carondelet», lugar en que lo esperaban sus ministros , mientras una multitud de seguidores aguardaba su arribo en la Plaza de la Libertad, en la capital ecuatoriana.
Desde el balcón del palacio gubernamental, y ante una multitud de ciudadanos, Correa dijo que «con profunda tristeza cómo se derramó inútilmente sangre ecuatoriana». «Fui secuestrado por un grupo de pseudo policías con muchos infiltrados que sólo pensaban en conspirar», aseguró.
Por su parte el presidente de Bolivia, Evo Morales, al llegar a Buenos Aires para la reunión de Unasur emplazó a los mandatarios de la Unión Suramericana de Naciones a que viajen a Ecuador para «defender la democracia» ante la rebelión de uniformados.
Sin duda, una acto que daría un sello de unidad de los pueblos latioamericanos, contra cualquier intento golpista como el sucedido con impunidad en Honduras el año pasado, cuando el pueblo que avanzaba junto a Zelaya hacia una Asamblea Constituyente, fue duramente reprimido y violentado en sus derechos humanos por fuerzas militares aliadas de la oligarquía hondureña.
El Ciudadano / La Gaceta Tucumán