El informe presentado por la Organización No Gubernamental (ONG) Reporteros Sin Fronteras (RSF) reveló en su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2012, que Chile bajó del puesto 33 al 80 -47 números- en materia de libertad de prensa. Esto se explica, según el estudio, por el acoso que sufrieron medios de comunicación, periodistas y reporteros gráficos al momento de cubrir manifestaciones públicas durante el año pasado, donde la fuerza policial descargó su fuerza en contra de quienes ejercían su derecho a informar.
“En Chile -señala el documento al respecto-, mucha de esta violencia se debió a los abusos de carabineros, que rara vez fueron sancionados, y quienes también cometieron brutales detenciones y destruyeron material de periodistas”. El Gobierno, lejos de admitir públicamente el abuso cometido, se mostró “sorprendido” y llamó al Alto Mando de Carabineros a diferenciar entre un manifestante y un periodista al momento de reprimir.
Nancy Arancibia, presidenta del sindicato de periodistas de La Nación y miembra del Consejo Nacional del Colegio de Periodistas, aseguró que este año hubo una “radicalización y sistematización” de las agresiones de parte de carabineros y una completa “ignorancia e insensibilidad” de parte de las autoridades, pues conoció testimonios de personas que fueron detenidas haciendo su trabajo periodístico y que los encerraron en comisarías junto a otros detenidos, fuera de todo lo que la ley determina.
“Cuando alguien detiene de manera ilegal, cuando alguien agrede, está buscando la coerción, inducir al miedo y amedrentar. Se configura un cuadro peligroso en términos de libertad de prensa, que puede ser extrapolado al ciudadano común”, es decir, si le pegan a un periodista y queda impune, mucho más impune quedará un ciudadano que no tiene detrás un canal o un medio de comunicación que lo defienda, advirtió Arancibia, dejando en evidencia la relación que establece el estudio cuando señala que la libertad de información jamás fue tan asociada a la democracia ni la labor periodística tan entorpecida por los enemigos de las libertades.
LAS PRIMERAS REJAS A LA LIBERTAD DE PRENSA
En ese sentido, el proyecto de Ley de Resguardo del Orden Público, más conocido como “Ley Hinzpeter o Ley Antitomas” -que uno de sus artículos que se comprometió a eliminar el Gobierno otorgaba la facultad a carabineros de consignar cualquier material con el fin de “esclarecer los hechos que puedan constituir delito”- es una prueba más de que la libertad de expresión y el derecho a la información como una garantía básica y necesaria de la sociedad no se ha dado en este Gobierno.
Y en otros tampoco, sostuvo el presidente de la Unión de Reporteros Gráficos y Camarógrafos, Claudio Santana, quien aseguró que desde 2008, cuando se pusieron las primeras rejas frente a La Moneda, bajo el gobierno de Michelle Bachelet, se vienen cometiendo atropellos a la libertad de prensa.
“En el gobierno de Bachelet, el juez de la fiscalía militar no sabe si la fusta le pego al ojo o el ojo le pegó a la fusta”, dijo irónicamente Santana, recordando el accidente ocurrido en la cuenta pública del 21 de mayo de 2008, cuando el fotógrafo Víctor Salas recibió el golpe de una fusta -que casi le hizo perder un ojo- propinado por un carabinero mientras reporteaba en el centro de Valparaíso.
“En Chile, hace tiempo que han habido muchos atropellos -agregó Santana-. La diferencia es que hoy han habido muchas protestas y un incremento en la violencia en contra de los estudiantes y en contra de los fotógrafos, quienes publican constantemente en blogs que son referentes en el extranjero, como New York Times o El País, que han roto la imagen de un país civilizado y han visto la imagen degenerada de Chile, aumentando -por parte del Gobierno- los mecanismo de represión”.
LA CONCENTRACIÓN DE MEDIOS
Por otro lado, el informe de RSF mencionó discretamente que la revuelta estudiantil cuestionó la extrema concentración de los medios de comunicación, pero no lo consideró como un factor fundamental en la disminución en la libertad de prensa en Chile.
Para el periodista y Premio Nacional de Periodismo 2005, Juan Pablo Cárdenas -según señaló en su columna política en Radio Universidad de Chile del jueves 26 de enero- lo propio de un estado democrático no es la libertad de expresión, es -en cambio- medir la diversidad informativa, y si ésta se midiera “nuestro país bajaría varios rankings más en esta escala”, aseguró.
El llamado “duopolio” que controla prácticamente el 80% del total de los medios de comunicación limita, según Cárdenas, la libertad de expresión. Antes del 11 septiembre de 1973 se notaba garantizada “por la gran cantidad de medios radiales, escritos e incluso televisivos que ya existían y por la gran libertad que tenían las organizaciones estudiantiles, laborales y sindicatos de establecer y de sostener sus medios de comunicación”, aseguró el veterano periodista, lo que, hoy, es prácticamente imposible.
A la luz de los antecedentes, la libertad de prensa en Chile no está garantizada. Lejos de flaquear, los movimientos ciudadanos partieron este año con más fuerza que nunca. Numerosos estudiantes quedaron sin colegio tras ser expulsados por participar activamente de las movilizaciones del año pasado y prometen, este 2012, avanzar con el puño en alto; el conflicto en La Araucanía está latente; las demandas laborales han aumentado, y los trabajadores se sienten más empoderados.
Todo parece indicar que este año la libertad de prensa será puesta a prueba, y que la libertad de expresión, como un derecho fundamental del pueblo -y no exclusivo del periodismo-, podría ser nuevamente amenazada por la represión policial.
Por Esteban Acuña Venegas
El Ciudadano