En el Congo violaciones de mujeres, ataques a nativos que viven en campamentos y el silencio de la comunidad internacional son pan de cada día. El acoso de Ruanda y Uganda, países que usurpan sus recursos minerales y cometen crímenes en su territorio cuentan con la complacencia de su Presidente, Joseph Kabila. Así lo afirma un grupo de defensores “Amigos del Congo”.
AMBICIÓN, DE LA FICCIÓN A LA REALIDAD
La búsqueda de “El Dorado” aquella ciudad mítica llena de oro que exploradores de todo el mundo buscaron con tanto afán a lo largo de la historia, trae en películas siempre consigo las consecuencias de la ambición desenfrenada. Así, abocado a nuestro tema en el 7º arte apareció en escena “Diamantes de Sangre” de Edward Zwick. En ella, se muestra cómo en las zonas de guerra, los diamantes se venden para financiar dichos conflictos armados.
El Congo es conocido por tener entre sus recursos naturales, minerales preciosos, como el oro, diamantes y el coltán, entre otros. El oro presenta un valor perenne como joya preciosa, al igual que el diamante, que también puede ser usado en la aplicación de tecnologías pues posee la más alta dureza y conductividad térmica de todos los minerales. El coltán es un mineral considerado no renovable y recurso estratégico, imprescindible en la fabricación de componentes electrónicos avanzados. Se estima que el 80% de las reservas mundiales de coltán están en el Congo.
LA GUERRA EN EL CONGO
En la actualidad, parte de la población de la República Democrática del Congo vive un calvario en la zona este de su territorio, limítrofe con Ruanda y Uganda. Así lo denuncian organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU), a través de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay.
El día viernes recién pasado hicieron público desde la ONU el informe que acusa a las fuerzas del Presidente ruanés, Paul Kagame, de «ataques sistemáticos y generalizados que podrían constituir crímenes de genocidio» contra los hutus refugiados en el este de la República Democrática del Congo (RDC) entre 1993 y 2003.
BÚSQUEDA DE JUSTICIA Y SOLIDARIDAD
Abogados defensores ante el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) dicen, sin embargo, que no hay ninguna razón para esperar justicia de ningún tribunal penal internacional. Para la entidad, el informe de las Naciones Unidas “sugiere una forma de justicia transitoria en tribunales congoleños” y añaden que “gran parte de la comunidad internacional ha reaccionado con escepticismo, puesto que el sistema judicial congoleño apenas funciona”.
Desde la web del medio Global Research, el artículo “No International Justice for Congo. UN Coverup of War Crimes” (No hay justicia internacional para Congo. Las Naciones Unidas encubren crímenes de guerra) plantea que una coalición de grupos de defensores de África, que incluye Friends of the Congo, Africa Faith and Justice Network, indica: “la justicia no es posible en Congo porque Ruanda y Uganda se encuentra ocupando el este del país, y saqueando su riqueza de recursos naturales, con la colaboración del Presidente Joseph Kabila”.
El mismo trabajo señala también, que la agrupación que estos grupos se enfocarán en poner presión sobre el Presidente Barack Obama, para que cese el prolongado apoyo militar y diplomático a Kagame, cuyo ejército está implicado de forma muy controvertida en el informe, en crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, y genocidio contra refugiados hutus ruandeses y hutus congoleños en Congo.
SANCIONES MORALES, HECHOS REALES
El su artículo “La maldición del coltán” Raúl Sohr, cientista político recordó la prohición legal de Estados Unidos a las grandes empresas como Apple, Hewlett Packard e Intel entre otras de comprar este suministro de metales a empresas que participan en la guerra.
Aún cuando se sospecha que la adquieren en países que compran originalmente el material desde el Congo y lo refinan, al menos Sohr cree que es “positivo que las grandes corporaciones estén sometidas a un control ético”, y hace alusión además a que este tipo de medidas “es una de las ventajas de la globalización de los mercados”.
Por su parte y apoyada por estadísticas, Raise hope for Congo es una organización que busca construir un permanente y diverso conjunto de activistas que se dediquen a proteger y empoderar a mujeres y niñas en el Congo. En su página web, está disponible información acerca de los números de personas muertas en el Congo, el uso de la violación de mujeres como arma de guerra y los minerales que “alimentan la guerra”.
Hablas en tu celular y/hablas y hablas/y ríes en tu celular/sin saber cómo se hizo/y menos cómo funciona/pero qué importa eso/lo grave es que no sabes/como yo tampoco sabía/que muchos mueren en el Congo/porque en sus montañas hay coltán/(además de oro y diamantes)/usado para los condensadores/de los teléfonos celulares/por el control de los minerales/corporaciones multinacionales/hacen esa guerra inacabable/cinco millones de muertos en 15 años/y no quieren que se sepa/país de inmensa riqueza/con población pobrísima/80% de las reservas mundiales/del coltán están en el Congo…
Extracto de “El celular” de Ernesto Cardenal, poeta nicaragüense
Por David Abrigo Bilbao
El Ciudadano