Consultado por el amplio despliegue policial para dar con el asesino de dos detectives, el jefe del gabinete de Piñera dijo que “no hay recursos para reaccionar del mismo modo en todos los casos”. Además aseguró que la muerte de dos policías causa mayor conmoción ciudadana que si se tratara de ciudadanos comunes.
Durante la mañana de este jueves, el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, en entrevista con el programa de televisión Bienvenidos de Canal 13, dijo que “asesinar a un policía, aunque suene duro, es más grave que asesinar a un ciudadano común y corriente en el orden de sociedad en que nosotros nos hemos dado”.
La respuesta fue a la pregunta de un espectador respecto de la diferencia entre el despliegue policial visto ayer miércoles en las calles de Santiago, luego de que se ultimara a dos funcionarios de la PDI, en relación a otros asesinatos o delitos.
Hinzpeter justificó sus palabras diciendo que “ninguno de nosotros trabaja entregando su vida para cuidar a los demás, entonces la ley tiene que ser cuidadosa, muy protectora, de quienes están dispuestos a entregar su vida por cuidarnos a nosotros que cumplimos otras labores importantes en la sociedad”.
La jornada anterior 500 funcionarios de la PDI fueron desplegados en la ciudad para dar con el asesino de sus colegas. Hinzpeter dijo que “probablemente hubieran no estado si el asesinado hubiera sido otra persona, para decir las cosas con honestidad. Pero también es cierto, para ser honesto, que la sociedad se conmociona mucho más con el asesinato de dos PDI que con el asesinato de dos ciudadanos comunes y corrientes”.
A su juicio, “ayer (miércoles) no hubiéramos tenido el grado de conmoción ciudadana, porque muchos días se producen esos hechos terribles, pero la sociedad se impacta más cuando el asesinado es un funcionario de las policías. Y son hechos que afortunadamente ocurren menos, entonces llaman más la atención”.
Cuando la periodista Monserrat Alvarez le espetó: “pero eso es injusto”, el jefe del gabinete de Piñera dijo que “sin duda, no hay recursos para reaccionar del mismo modo en todos los casos”.
UNA PDI SORPRENDIDA
Conmoción causó este miércoles la persecución que fue a través de toda la ciudad de Italo Jorge Nolli Olivan, quien mató a dos policías de la PDI y en su huída dejó heridos a otros cuatro.
La sangrienta jornada empezó en la mañana cuando cuatro funcionarios policiales que realizaban un control por robo y reducción de cobre en la comuna de San Bernardo, fueron sorprendidos por Nolli, quien disparó ráfagas con su pistola Glock calibre 40.
El subprefecto Marcelo Cristián Morales, de 38 años, recibió 12 impactos de bala, en tanto que su colega, la subinspectora Karim Jimena Gallardo, de 28 años, fue ultimada por la espalda con cuatro balazos. Otros dos policías que estaban en el vehículo quedaron heridos en sus extremidades sin riesgo vital.
Los otros dos detectives, Esteban Tapia y Miguel Meléndez, quedaron heridos y lograron ocultarse en una garita de control.
Luego del asesinato, Nolli volvió a su camioneta Ford Ranger de color rojo y se marchó del lugar.
El hecho, extraño en nuestro país, despertó una persecución furiosa por toda la ciudad de Santiago, con intercambios de disparos. A esa altura, era un asunto personal para los funcionarios de la PDI, que sacaron todo el contingente a la calle para dar con el asesino de sus colegas.
Carabineros apoyó la operación con helicópteros y su central de cámaras repartidas por la ciudad. Hubo accidentes entre vehículos particulares y de la PDI en la autopista central y en General Velásquez y Nueva Imperial. Cuatro detectives quedaron heridos en estas diversas colisiones.
La PDI se encontró con Nolli en la esquina de Cienfuegos con Ricardo Cumming. Nolli alcanzó Agustinas, donde se produjo otro tiroteo en el que se dispararon más de 100 balas, varias de ellas de ráfaga de subametralladora.
Luego de dejar heridos a otros dos policías, Nolli fue abatido al volante de su camioneta por seis tiros efectuados por la policía desde la parte frontal. El tipo llevaba siete armas de fuego y tenía 68 años.
MERCENARIO DE VIETNAM
Cuando se supo la identidad del abatido, se cerró el puzzle respecto del inusual tirador. Identificado como Italo Jorge Nolli Olivan, de origen italiano, el sujeto había sido mercenario en Vietnam y en Camboya. Estaba fichado por falsificación, giro doloso de cheques y estafas. También tenía antecedentes de 1987 por infracción a la Ley de Armas y el 15 de junio de 2010 por hurto de material de guerra.
Cuando en 1987 allanan sus propiedades, carabineros encuentra una ametralladora UZI con cinco cargadores, 14 granadas de fragmentación y explosivos varios.
Según relata LUN, Nolli salía en las noches de protesta contra la dictadura en una camioneta Toyota Starlet azul a dispararle a la gente que protestaba en las poblaciones.
El allanamiento de su departamento mostró un verdadero arsenal de guerra. A centímetros del picaporte de entrada tenía un dispositivo conectado a una escopeta y un extintor que daba a un maletín. Aún no se entrega información respecto del contenido de dicha maleta.
Además el veterano de Vietnam tenía unas tres mil balas, algunas de ellas de fusiles de guerra; siete pistolas, tres marca Glock calibre 40; extintores para usarlos como explosivos; un casco de guerra; cuchillos a lo Rambo y otros elementos bélicos.
Por M.B.R.
El Ciudadano