El Premio Nacional de Ciencias Sociales (2007), Manuel Antonio Garretón, participó junto a Sofía Prats de la conferencia “Marco Histórico, Golpe Militar de 1973, consecuencias y proyecciones de 40 años de Memoria”, organizada por el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
“Debe haber un juicio ético compartido sobre el golpe militar. Si no hay una memoria oficial, no tenemos país.”, así de tajante fue el sociólogo y Premio Nacional de Ciencias Sociales, Manuel Antonio Garretón, al referirse a las consecuencias de la dictadura militar, la división país y una posible reconciliación en Chile a 40 años del Golpe Militar.
Garretón, participó junto a Sofía Prats de la conferencia “Marco Histórico, Golpe Militar de 1973, consecuencias y proyecciones de 40 años de Memoria”, organizada por el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
Para el sociólogo “hay necesidad de una memoria colectiva oficial, que se transmite a través del sistema educativo, en medidas de justicia y verdad, pero también de castigo”. En ese sentido, considera que la única manera de avanzar en una posible reconciliación, será mediante una sola conciencia nacional que condene y rechace el golpe militar y las violaciones a los derechos humanos.
“La conciencia nacional tiene que ser una sola, aquella que condene el golpe militar y las violación de derechos humanos. Hacer una evaluación meramente política de ese hecho y no moral, más divide que ayuda a avanzar”.
A su juicio, la sociedad chilena tiene tres grandes heridas que no ha superado, y que son producidas principalmente por el Estado, las clases dominantes y en gran medida también por los militares. La primera de ellas está relacionada con que Chile se construyó sobre la base de la destrucción de otra nación; una segunda, la de los pueblos originarios, siendo un tema pendiente que se expresa en la discriminación y exclusión; y una tercera, relacionada con el golpe, la dictadura y la violación de los derechos humanos. De no superarlas “no será posible un proyecto nacional”, sostiene el sociólogo.
Garretón, agrega que “esta división, respecto a la ausencia de una memoria colectiva oficial, es la que ha impedido que este sea el único país que no ha hecho un salto a un nuevo tipo de relación Estado-sociedad”.
El testimonio de la hija del general Prats
Por su parte, Sofía Prats, entregó un emotivo testimonio sobre sus padres, el general Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, asesinados por la DINA el último día de septiembre de 1974 en Buenos Aires, Argentina.
Repasando los hechos previos a la muerte de sus padres, la ex alcaldesa por Huechuraba y ex embajadora de Chile en Grecia, va evidenciando cómo el golpe de 1973 era inminente y cómo estaba en las intenciones desde antes que Allende fuera presidente.
Para Sofía, todo parte en 1970 con el crimen de quien era Comandante en Jefe del Ejército, el general René Schneider, el mejor amigo de su padre.
“Tengo el presentimiento que en ese momento comienza la tragedia en Chile, el momento en el país perdió la inocencia y se enfrentó cara a cara con la confrontación. Es el primer crimen político, por lo menos de la segunda mitad del siglo 20, y que abre las compuertas morales para no respetar la vida”, sostuvo.
Posterior a ese hecho, Carlos Prats asume a la cabeza del Ejército, siendo ratificado una vez asumido Allende. Fue el nuevo aire que dio a la intuición y su renuncia 18 días antes del 11 de septiembre de 1973, lo que gatilla una persecución en su contra.
“A pesar que mis hermanas y yo hemos realizado una vida relativamente plena, tenemos toda nuestra vida matizada y permeada con una tristeza que es imposible de borrar”, expresó visiblemente emocionad
Respecto a si era evitable un golpe militar y sus posteriores consecuencias, Sofía Prats considera que “si hubiera sido un buen gobierno socialista el de Allende, no estoy tan segura que no hubiese habido un golpe militar, ya que lo que estaba en pugna eran dos modelos de sociedad. En ese tiempo, en casi todos los países vecinos, vemos que se repite la intromisión imperialista de Estados Unidos”.