«¿Y las madres? Esas que han llevado por años en toda Latinoamérica los rostros de sus hijos… Qué pasa con su día a día, cómo rehacen sus vidas, cómo viven con ese espacio vacío en el corazón, cómo se vive la ausencia forzada de un hijo lejos de la política, de las marchas, ahí en la cocina familiar donde aguarda alguna respuesta, donde gesta las esperanzas de que algún día llegue la justicia y el abrazo final».
La reflexión la realiza el fotógrafo Fernando Lavoz cuando le preguntamos por las motivaciones que hay detrás de su trabajo recientemente difundido, «Dónde está José Huenante». «Que se vea, que se escuche, que se sienta, ese es mi objetivo. José Huenante no es sólo un número y un rostro de carteles, es un hijo que falta», dice Lavoz respecto a este registro audiovisual y fotográfico que tiene como protagonista a Cecilia Huenante, la madre del joven hecho desaparecer el 3 de septiembre de 2005 tras ser detenido por un radiopatrulla de Carabineros, cuando solo tenía 16 años.
«Lo único que queremos es que aparezca el cuerpo (…) llevamos 12 años esperando el resultado y no se ha sabido nada», dice emocionada a la cámara Cecilia. «Cuando estoy sola y miro la foto de él, ahí me da pena; pena ver la foto de mi hijo», continúa diciendo la madre de José, angustiada, mencionando a las navidades, los años nuevos y el cumpleaños de su hijo como las fechas más emotivas. «Todas las veces le celebramos su cumpleaños, le celebramos para no olvidarlo no más, y nunca lo vamos a olvidar», añade.
Lavoz de Cecilia
Fernando Lavoz viajó hasta Los Muermos, en la Región de Los Lagos, para conversar con Cecilia, para registrar en imágenes su testimonio, pero también los recuerdos materiales a los que ella se aferra. «19.437.429-1 es el Rut de José, es su número de ciudadano, una especie de código que da fe de que existió, nace para el Estado con ese número. Está su cuaderno de control de salud, sus pocas fotografías familiares, el recuerdo imborrable en el rostro de su madre», apunta el fotógrafo.
Ese día de septiembre del 2005, cuando a vista de muchos fue subido a un furgón policial sin destino conocido, «es el inicio de la negación de su existencia», sostiene Fernando. Y agrega: «El 19.437.429-1 se convierte en un enigma, en una ausencia, en un dolor, en un problema para el Estado que marca una nueva historia de detenidos desaparecidos para este país en gobiernos democráticos: Hugo Arispe Carvajal (14 de enero de 2001), José Huenante (5 de septiembre de 2005), José Vergara (13 de septiembre de 2015). Todos al final de cuentas somos un número, pero hay unos que hieren, que tajean la historia de este país con sus ausencias», añade Lavoz.
Durante la entrevista Cecilia se quiebra. Recuerda. «Esos primeros años fueron muy dolorosos para nosotros, muy dolorosos, ni ganas de comer teníamos», dice la mujer que en enero pasado cumplió 12 esperando que alguien -un policía, un juez, un abogado, alguien- le diga dónde está José Huenante.
«Hubo mucha discriminación ahí», acusa cuando habla de la investigación. La demanda es la que ha repetido a quien la ha querido escuchar: «Queremos que los carabineros que le hicieron algo a mi hijo hablen y digan la verdad que pasó esa noche», exige la madre del detenido desaparecido.
«José era un adolescente de 16 años muy normal, que vivía en una población y se juntaba con sus amigos en la esquina y fue hecho desaparecer dentro de esta política institucionalizada de la represión, herencia de la dictadura militar, que todos los gobiernos posteriores se han encargado de respaldar de una u otra forma. Esa complicidad que oscurece estos episodios desde hace ya 44 años en la que todos contribuyen: los políticos, los jueces, las Fuerzas Armadas y la ciudadanía, todos somos cómplices», concluye Lavoz.
Te invitamos a ver a continuación el testimonio de la madre de José Huenante realizado por Fernando Lavoz.