Trabajadores de temporada ilusionados por recibir una paga que les satisficiera sus necesidades económicas familiares, se sorprendieron cuando vieron sus liquidaciones de sueldo con el detalle de los días trabajados; no correspondían a lo que verdaderamente habían cumplido y decidieron denunciar a la Inspección del Trabajo en la Región de Los Ríos.
Cada año estudiantes, jóvenes y obreros desocupados se suman a las cuadrillas de trabajo temporal y son reclutados, entre otros, por la empresa contratista Río Cruces de la ciudad de Valdivia, en grupos los dividen para otorgarles tareas de cosechas en el arándano y frambuesa en las plantaciones de monocultivos del fundo Cun-Cun en Asque (dos kilómetros de San José de la Mariquina).
Con los campos convirtiéndose en empresas son numerosas las personas que buscan trabajar en faenas de cosechas. Nikole Ávila Hernández es oriunda de Lanco y cursará en 2012 su quinto año como estudiante de educación física de la Universidad Austral de Valdivia. En conversación con El Ciudadano denunció: “nuestros sueldos venían con descuento de un día, dos y hasta una semana”, declara. Al intentar reclamar señala que recibieron de los encargados una escueta respuesta que más sonaba a amenaza; “nos dijeron ¿de dónde quieren que saquemos plata?”.
La afectada, joven obrera de temporada, dice que al momento de recibir su liquidación de sueldo se dio cuenta de la estafa porque “en mi caso trabajé cinco días y me estaban pagando dos; otra persona había trabajado un mes pero sólo le estaban pagando tres semanas; pero lo más increíble es que un compañero joven recibió una liquidación de sueldo de mil pesos por ocho días de trabajo”, relata Nicole.
A raíz de esta situación la estudiante de la universidad sureña decidió poner una denuncia en la Inspección del Trabajo además de recorrer los medios de comunicación local; “denuncié a la empresa en los organismos estatales y ante el pueblo”, aclara. A su vez indica que el próximo lunes 16 de enero volverían a la Inspección del Trabajo para sumar más antecedentes en una denuncia colectiva junto a los demás afectados.
Por su parte, la joven estudiante lanquina explicó las razones por la cual tiene que trabajar en verano: “como estudiantes tenemos que trabajar para pagar con nuestras mensualidades y matrículas; es el costo que tenemos que asumir en el sistema de educación en Chile; a su vez en las faenas convivimos con otros jóvenes y gente desocupada que al verse con la necesidad se deja explotar por inconscientes empresarios contratistas”, termina diciendo.
Por Pedro Herrera (El Coyuyo)
Foto: Archivo Memorias del Siglo XX
El Ciudadano