Decenas de padres hispanos indocumentados, procedentes en su mayoría de México, han demandado al Departamento de Salud de Texas por negarles los certificados de nacimiento de sus hijos nacidos en EE.UU., hecho que viola la Constitución del país y su enmienda 14, la cual garantiza que toda persona nacida en el país obtiene de manera automática la ciudadanía estadounidense, informa Fox News.
Esta situación se viene produciendo en algunos condados de Texas desde el año 2013, pero el número de casos creció considerablemente a finales del 2014 y a principios de este año. El hecho de que los menores no cuenten con el certificado de nacimiento correspondiente impide, por ejemplo, que puedan ir a la escuela o acceder al sistema sanitario estadounidense.
«Sentimos que estamos siendo discriminados, necesitamos el certificado de nacimiento, queremos bautizarla y en la parroquia nos piden el acta de nacimiento, y la necesitaremos en el futuro, para sus vacunas y para ir a la escuela», afirma Ever Duarte, padre mexicano de una niña que nació el pasado diciembre en McAllen (Texas).
Las autoridades texanas, que hace unos años habían aceptado como prueba de identificación de las madres su matrícula consular, alegan que no se presenta la identificación adecuada para realizar el trámite. Los grupos que representan a los demandantes señalan que los padres no poseen un pasaporte con visado en vigor y que conseguir, por ejemplo, un documento extranjero de identificación con foto supondría no poder volver a entrar en EE.UU. al tener que regresar a su país de origen para obtenerlo.
«Es escandaloso cómo las autoridades texanas están tratando de intimidar a la comunidad hispana. El asunto de los certificados de nacimiento es la forma que ha encontrado el gobierno de Texas de atacar de forma indirecta a los inmigrantes»,declara Jim Harrington, abogado de Proyecto de Derechos Civiles de Texas, organización que representa a los demandantes. Jennifer Harbury, otra abogada de los demandantes, sostiene que las denegaciones de los certificados de Texas están motivadas políticamente.
Según estimaciones, más de 55.000 familias llegaron a EE.UU. desde América Latina durante el año pasado, tres cuartas partes de las cuales se instalaron en el estado texano.
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