Turquía protesta tras el asesinato de una joven que se resistió a una violación

El pasado vierne 13 de febrero, la policía descubrió cerca de un río en la ciudad de Mersin el cuerpo quemado de Ozgecan Aslan, una joven que fue asesinada supuestamente el pasado miércoles 11 mientras viajaba en minibús por el sureste de la provincia de Mersin. La prensa local publica que la jóven murió cuando trató de defenderse y evitar que un hombre la violara.

Según los informes de la policía, Aslan usó gas pimienta durante su intento de detener la violación, pero el asesino acabó apuñalándola y matándola a golpes propiciados con una barra de hierro. Los medios de comunicación turcos informaron de que el asesino cortó los dedos de la joven para evitar que la policía pudiera encontrar entre sus las restos de su ADN transferidos en los arañazos de Aslan le hizo al tratar de escapar y defenderse.

El pasado lunes 16 de febrero tres hombres fueron detenidos como sospechosos del asesinato de la joven: el conductor del minibus, su padre y uno de sus amigos.

Las redes sociales se hicieron eco de esta macabra muerte y se convocaron masivas protestas en las calles de Turquía condenando los ataques sexuales que soportan las mujeres.

El Twitter, bajo el hashtag #sendeanlat -contar su historia- muchas mujeres compartieron sus historias de violencia sexual, de acoso y de miedo para protestar y mostrar al mundo los abusos que se ven obligadas a soportar millones de mujeres en todo el mundo.

A través de esta campaña iniciada en Twitter, las mujeres también aconsejan y detallan las tácticas a las que han tenido que recurrir para tratar de sentirse más seguras, como el uso de anillo de bodas o evitar ser las últimas pasajeras en bajarse de los autobuses.

Junto con la movilización de las redes sociales que reunieron más de medio millón de tuits bajo el hashtag #sendeanlat o #TellYourHistory, también se celebraron grandes manifestaciones en grandes ciudades turcas como Estabul y Ankara a las que acudieron miles de hombres y mujeres vestidos de negro para simbolizar el luto que guardan por la joven Aslan.

Durante el entierro y haciendo caso omiso a las advertencias del imam, las mujeres en lugar de permanecer al fondo de la multitud como dicta la costumbre, rodearon en todo momento el ataúd de Aslan negándose a que «las manos de ningún otro nombre la tocara de nuevo».

En los últimos diez años el número de homicidios relacionados con el género se han triplicado en Turquía con cifras tan escandalosas como el aumento en un 1400% de la violencia doméstica.