Aquel 10 de octubre se desarrollaba una manifestación por el Día de la Resistencia Indígena, que comenzó con actividades pacíficas en el Parque Bustamante, pero que rápidamente se tornó violenta cuando carros antidisturbios de Carabineros, sin provocación previa, comenzaran a dispersar a las personas del lugar.
Rápidamente una marcha se desplazó hacia la Plaza Dignidad y la Alameda, lugar donde ya se encontraba personal de C.O.P., quienes reprimieron a los manifestantes que luchaban por avanzar hacia el cerro Santa Lucía (Huelén) para continuar con las actividades.
Llegando a la intersección con la Av. Portugal en lado norte de la Alameda, una mujer con ropa negra, un casco plateado con una cruz roja y una máscara antigases, se separaba junto a otra persona de la protesta para acercarse a Carabineros, dialogar y solicitar que se les dejara avanzar hasta Santa Lucía.
Ella era Denisse Cortés, estudiante de tercer año de Derecho en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, brigadista de salud en las manifestaciones desde la revuelta social, dirigente de la Organización de Padres y Apoderados Movilizados (Opam) e integrante de la organización Defensoría Popular.
Cuando Denisse se acercó y comenzó a conversar con el personal uniformado, un fuego artificial la alcanzó e impactó. Carabineros no actuó ni brindó ayuda y fueron los propios brigadistas de salud que se encontraban allí quienes atendieron a Cortés en plena calle a la espera de la llegada de la ambulancia.
Fue ingresada de urgencia a la Ex Posta Central y durante horas de la tarde de aquel día, se confirmó su fallecimiento.
En ese momento, varias personas se pronunciaron por los hechos sucedidos, tal es el caso de la entonces diputada, y actual Ministra de Gobierno, Camila Vallejo, quien dijo: «La brutal represión de FFEE en la marcha de hoy terminó en la dolorosa muerte de Denisse Cortés. Debe aclararse cuanto antes las responsabilidades y por qué carabineros no permitió la atención oportuna tras resultar herida».
Se sumó en aquel minuto el actual Presidente de la República y entonces diputado, Gabriel Boric, quien dijo sentir un «profundo dolor por la muerte de Denisse Cortés», y exigió que «se investigue a fondo las responsabilidades individuales e institucionales que estén involucradas».
Denisse era bien querida entre los círculos de personas que habitualmente acudían a las movilizaciones. Ella recorría las comisarias para ayudar a los manifestantes que eran detenidos, incluso, de acuerdo a lo que señalaron algunas personas, les llevaba calcetines nuevos para no quedar con los pies mojados durante la noche.
Cuando Gustavo Gatica, que era estudiante de la misma universidad, perdió sus dos ojos por los disparos de perdigones del carabinero Claudio Crespo, ella decidió apoyar y organizar una actividad junto a sus compañeros a las afueras de la Clínica Santa María, mientras Gustavo se encontraba hospitalizado.
“Queremos hacer un anillo que rodee la clínica, que Gustavo sienta nuestro apoyo y el gobierno represor, nuestro absoluto rechazo y decisión de no permitir la impunidad”, fue lo que escribió en su perfil de Facebook en esa ocasión.
El pasado 11 de agosto del presente año, se detuvo al acusado de lanzar el fuego artificial que impactó y provocó la muerte de Denisse Cortés, quedando en prisión preventiva.
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