El fiscal que atiende la causa vinculada a la desaparición de Araceli Fulles, una joven argentina que llevaba desaparecida 23 días, confirmó lo que nadie quería escuchar, pero muchos sospechaban: la joven de 22 años fue asesinada y su cuerpo fue encontrado en la casa del principal sospechoso, en la provincia de Buenos Aires.
Los restos de la joven argentina fueron encontrados bajo escombros, cal y cemento desnuda una vez más las incompetencias del Estado argentino, el cual es acusado de ser misógino y patriarcal por los familiares de las víctimas y organizaciones sociales. La justicia, además parece hacer la vista gorda ante los femicidios.
Tal como señala Cosecha Roja, el 1 de abril, Araceli comió un asado con unos amigos y, a las dos de la madrugada, recibió un llamado que la hizo levantarse e irse. Nadie sabe quién la llamó ni quién la pasó a buscar. Un par de horas después, alrededor de las 6, le escribió a una amiga, diciéndole que estaba en una plaza con un amigo. Unos diez minutos después, le mandó un audio de whatsapp a su mamá, Mónica, para que pusiera la pava, porque estaba volviendo a su casa, en el barrio Sarmiento de San Martín. “Te amo”, dijo al final. Nunca llegó: la familia y las organizaciones la buscaron puerta a puerta durante tres semanas.
Un femicidio por día y un Estado que mira para otro lado
Para el periodismo, recopilar, ordenar y sistematizar los datos es una tarea siempre útil pero en ocasiones horrible, cuando se trata de víctimas de delitos aberrantes, como es el caso de Araceli. Algo similar sucede con el caso de violencia contra las mujeres que lleva adelante el usuario de Twitter @ramastered.
La idea de ese calendario es asentar los hechos que se van sucediendo durante cada mes, y el resultado de abril es desolador, confirmando una tendencia que se agrava cada vez más: un femicidio por día. De estas mujeres asesinadas, diez fueron además abusadas sexualmente. También hay un caso de abuso sin asesinato y cinco desapariciones no resueltas, tal como señala Infonews. La lista del mes comienza con un caso que tuvo mucha repercusión, como fue el de Micaela García, y cierra al menos por ahora con Araceli Fulles.
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Según relatan las crónicas policiales, durante el allanamiento en el domicilio de José León Suárez, provincia de Buenos Aires, uno de los perros entrenados se inquietó visiblemente al entrar a una precaria construcción en la parte trasera. Allí, bajo cal, escombros y una capa de cemento de colocación reciente había partes del cuerpo de la mujer.
La vivienda está ubicada a siete cuadras donde la joven fue vista por última vez y donde fue encontrada días atrás una cartera que le pertenecía. Badaracco ya había declarado tres veces, pero sus relatos eran contradictorios y este jueves fue citado a prestar testimonio una vez más, lo cual hizo y, más tarde, se fugó.
El padre de Araceli, en medio de la conmoción, dejó nuevamente en evidencia el accionar pasivo y cómplice de las fuerzas policiales y la Justicia: “La policía no llegó acá. Llegó mi hijo. Si mi hijo no insistía, no venían a este lugar”, señaló. Y luego agregó: “Desde una primera movida dijimos que había algo raro en la investigación”.
Además de Badaracco, hay cuatro detenidos acusados de ser cómplices de este nuevo femicidio. Al respecto el padre de Araceli no deja dudas sobre las irregularidades de la investigación: “El hermano de uno de sus cómplices es policía: era el que le informaba a todos ellos. Ese policía trabajaba en al comisaría en la que se hizo la denuncia. Yo dije que se hacían esas cosas. Y ahí está la consecuencia”.
Por Gustavo Yuste, desde Argentina
@gusyuste