La bandera de Palestina ondea desde este martes en la sede parisina de la Unesco, la primera agencia de la ONU en ahcerlo, oficializando de esta manera la entrada como Estado de pleno derecho a la organización.
El izado se produjo en un acto solemne al que asistió el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, y la directora general de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Irina Bokova.
«Espero que este acto de adhesión sea de buen augurio para la inclusión de Palestina en otras organizaciones internacionales», dijo Abbas, quien se comprometió a respetar los compromisos de la Unesco «en materia de paz, educación, cultura y ciencia». «Espero que igual que hoy estamos en la Unesco, podamos tener algún día un Estado independiente que viva al lado de Israel, con un espíritu de paz y convivencia«. Agregó que la creación del Estado palestino debe hacerse en paralelo a Israel.
Por su parte, Borkova, dijo que «quiero creer que la adhesión de Palestina a la Unesco es una oportunidad para creer que la paz y la seguridad se construyen también en la escuela, con la cultura, con la ciencia. Que cada niño que nace es una oportunidad para la paz si es educado en la dignidad y el respeto a los otros«.
«El pueblo palestino, como todos los pueblos, tiene que tener derecho a preservar su cultura y su patrimonio, a tener una educación de calidad encaminada a buscar la paz, que enseñe los derechos humanos y una cultura dinámica que respete la ajena», añadió.
RESPUESTAS DE ISRAEL Y EE.UU.
La Conferencia General de la Unesco admitió el 31 de octubre a Palestina como miembro número 195 de la organización. La adhesión se convirtió en oficial el pasado día 23 de noviembre, cuando Palestina aceptó la Constitución de la Unesco en los Archivos Nacionales de Londres.
Aquella decisión provocó una serie de reacciones airadas de EEUU e Israel. Washington anunció, como medida de presión, la congelación de su contribución a la organización, algo que llevó a la Unesco a tener que parar todos sus proyectos hasta finales de año.
Por su parte, el Gobierno israelí decidió bloquear los impuestos recaudados para la ANP. Finalmente, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, anunció a finales de noviembre la marcha atrás, decisión indispensable para el Gobierno palestino, que había alertado de que no tendría liquidez para pagar a sus funcionarios.
Fuente: Diario Público
El Ciudadano.