Este viernes, las autoridades venezolanas capturaron a Luis Alfredo González Hernández, quien confesó haber asesinado al dueño de una finca, luego de descuartizarlo y comerse parte del cuerpo, pintaba las obras con la sangre de su víctima.
Douglas Rico, director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), publicó en su cuenta de Instagram que el asesino auto-apodado «El Artista Antropófago», fue localizado en San José de Barlovento, estado Miranda y en la sede del organismo de seguridad confesó ser culpable del hecho.
En la red social, Rico señaló que en las informaciones preliminares se conoció que el propietario contrató a González para que este le brindase un “servicio funerario” que iniciaba acabando con su vida, posteriormente “comer parte de su cuerpo y con la sangre y cenizas hacer pinturas en lienzo”.
Según el funcionario en la escena del crimen se hallaron documentos y objetos personales de varias personas que no residen en el lugar y se está verificando si en algún momento fueron reportadas como desaparecidas.
Igualmente, en la operación se hallaron «obras de arte (hechas con restos óseos) a las que se les realizarán los estudios forenses correspondientes», para determinar si contienen restos y fluidos humanos que pudieran pertenecer al hombre que González Hernández confesó haber asesinado u a otros.
El hombre será imputado por homicidio y los funcionarios dieron con su paradero, luego de recibir una denuncia de una persona desaparecida.
La máxima autoridad del cuerpo de seguridad, no mencionó si este asesinó conocido como “El Artista Antropófago» ha cometido ese delito por qué padece de alguna enfermedad mental o pertenece a alguna secta, así como grupo religioso que los indujera a eso u otra creencia.
Además, también se desconoce si en el país existen otras personas que pudiesen estar en una red de asesinos con dones artísticos o peor aún, a la caza de sus presas, para vender las obras pintadas con la sangre de seres humanos u animales a un costo elevado.
El Artista Antropófago tampoco manifestó si sus obras serían vendidas a alguien o ya estaban siendo negociadas o formarían parte de un ritual.