Al mediodía del martes 12 de enero, las Víctimas de la Talidomida en Chile (Vitachi) fueron recibidos en una audiencia por la presidenta de la República, Michelle Bachelet. Según César Rodríguez Urzúa, presidente nacional de la entidad, le hicieron entrega de un obsequio a la Presidenta consistente en una serigrafía del gran artista Alejandro “Mono” González, que está representada por una mano y una paloma, cuyo significado es “Dame una mano y con ella volar hasta cumplir nuestro sueño de tener una Ley que beneficie a las cerca de 60 víctimas del fármaco”.
Además, el presidente de Vitachi le planteó a la Presidenta 11 temas en relación al resarcimiento que las víctimas del remedio esperan que el Estado de Chile haga lo posible por hacerse cargo por la violación a los Derechos Humanos que han sido vulnerados por más de 50 años, dentro de los cuales se encuentran resarcimientos económicos, educacionales, ayudas técnicas, establecer prioridad en la atención en salud en los hospitales y consultorios públicos, que la Comisión Técnica del Ministerio de Salud comience a funcionar en forma rápida y expedita para determinar con exactitud quienes y cuantas son las personas afectadas por la Talidomida.
Según César Rodríguez, la presidenta Bachelet se comprometió a comenzar a trabajar en un Proyecto de Ley para las materias que exijan este este tipo de solución, y para las otras materias como salud y ayudas técnicas se verá la forma en trabajar en conjunto con el Ministerio de Salud y el Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis). Rodríguez agregó que la Presidenta Bachelet fue muy honesta en manifestar que es un año con complicaciones económicas y por tanto no podría comprometer cifras para garantizar los requerimientos realizados por Vitachi, pero que de todas formas se seguiría conversando con el ministro de Hacienda para ver con qué recursos se cuenta, y por otra parte como aún no se sabe con exactitud de cuántas personas resultaron dañadas por el fármaco, no era posible establecer los montos reales que se requieren para la materialización de la Ley y los otros mecanismos alternativos que requieren establecer convenios con ministerios y/o servicios.
En las afueras de La Moneda las víctimas del remedio posaron con un lienzo, con los nombres de las víctimas encontradas hasta hoy, que decía Víctimas de la Talidomida en Chile “Vitachi” Derechos Humanos Vulnerados por 50 años.
César Rodríguez también le manifestó a la presidenta Bachelet que como organización quieren realizar un documental y un libro donde se cuente lo ocurrido con la Talidomida, y que este material sería distribuido gratuitamente en las bibliotecas de todas las municipalidades del país, universidades, organizaciones no gubernamentales, para que sirva de memoria, aprendizaje y fundamentalmente para que no vuelva a ocurrir algo similar. En este sentido pidió que fuese el Ministerio de Cultura y las Artes quien financiara el documental y el libro. «La Presidenta Bachelet valoró enormemente el gesto y nos pidió que le presentaran un proyecto para ver la forma de financiar la petición de Vitachi», indicó.
Anteriormente, el lunes 11 de enero, habían sido recibidos por el Primer Gran Vigilante de la Gran Logia de Chile, Hernán Cárdenas, quien les manifestó la solidaridad a esta noble causa a través del apoyo de sus miembros y la difusión del tema.
CINCO AÑOS SIN AVANCES
Estos nuevos aires de esperanza contrastan con cinco años de sordera gubernamental. Recordemos que el próximo 18 de enero, se cumplirán cinco años desde que la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad el Proyecto de Acuerdo Nº 237, titulado “Indemnización a víctimas de malformaciones causadas por la Talidomida”[3]. En parte de este proyecto se lee:
“Durante el año 1961, entre los meses de febrero y abril, por medio de diversas resoluciones exentas, el Servicio Nacional de Salud del Estado de Chile, aprobó la distribución, fabricación y venta del fármaco conocido como Talidomida. Ese mismo año, a nivel internacional se comenzaron a descubrir los horrendos males que el fármaco ocasionaba en los niños en estado de desarrollo embrionario cuando era consumido por mujeres embarazadas y por ello fue retirado del mercado en los diferentes países en que se había distribuido, no obstante, el mal ocasionado ya había alcanzado a miles de familias y niños que sufrieron los brutales efectos de la droga a nivel mundial, incluido nuestro país”[4].
En la parte final del Proyecto de Acuerdo se lee que:
“En virtud de los antecedentes previamente señalados, la Cámara de Diputados acuerda solicitar a S. E. de la República don Sebastián Piñera lo siguiente:
- Que se reconozca la responsabilidad del Estado de Chile por autorizar la venta del fármaco Talidomida, generando a través del Ministerio de Salud un sistema que permitía la identificación y registro de los afectados a través de los procedimientos médicos pertinentes.
- Que para las personas que este sistema determine hayan sufrido malformaciones por efecto de la Talidomida, el Estado chileno establezca un sistema de indemnización a través de beneficios que favorezcan su inserción social, pensiones especiales para los afectados directos y becas de estudio tanto para ellos como para sus hijos.
- Que se les oriente de forma gratuita a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, para que puedan hacer las reclamaciones ante los organismos internacionales gubernamentales y no gubernamentales que tengan por finalidad indemnizar a las víctimas.
Los autores de esta iniciativa fueron los diputados, Auth, Accorsi, Castro, Delmastro, Lobos[5], Marinovic, Meza, Pérez, Rubilar y Torres.
UN MEDICAMENTO DESASTROZO
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La Talidomida ha sido uno de los medicamentos más controversiales de la historia. El creador de la talidomida fue el médico nazi Heinrich Mückter, que durante la II Guerra ejerció en Cracovia, donde estaba enclavado el siniestro Auschwitz que abarcaba tres campos centrales y más de 15 menores. “El Amt II tenía casi tres kilómetros de largo y albergaba a 100.000 prisioneros, cuatro crematorios con cámaras de gas adjuntas en la que cabían 2 mil 500 prisioneros por turno”[6]. Pero el Amt III estaba íntimamente relacionado con la industria alemana. Estaba asociado con la industria GI Farben y producía todo lo imaginable desde nuevos combustibles líquidos hasta colorantes, gasolina sintética, gas Zyklon B, productos farmacéuticos, drogas para el ejército alemán y para el propio Hitler. “Investigaban en todas las áreas de la industria química. También y en su mayoría estaban en el Amt III los ’ hombres-cobaya’, reducidos a la condición de animales por los sabios del Apocalipsis, Mengele, Rasche, Mussfeld, Fischer, Fykiel, etc… que probaban sobre ellos su producción. Cuando los consideraban acabados, los enviaban al Amt II, para ser gaseados”[7].
Heinrich Mückter y sus socios crearon Chemie-Grünenthal, laboratorio alemán que la fabricó. Teóricamente no tenía efectos nocivos y estaba diseñada principalmente para mujeres embarazadas contra el insomnio y las náuseas. En 1961 (nueve años después del inicio de su venta) estudios detectaron miles de casos de malformaciones congénitas en sus extremidades en el mundo, especialmente en países como Canadá, Gran Bretaña y Alemania. Como se vendió en más de 50 países con ochenta nombres comerciales distintos se calculan unos 20 mil afectados. Unos cinco mil habrían muerto al nacer, y otros tantos se suicidarían después por los graves impedimentos para desarrollarse.
Especialmente triste es el caso de la niña Corinne, en 1962, fue envenenada por sus propios padres, con un biberón mortífero de leche, en Lieja (Bélgica) al nacer sin brazos y sin piernas. Un jurado popular de esta ciudad absolvió a los padres alegando que lo hicieron para evitarle sufrimientos a la niña, que nació con esas graves malformaciones. La envenenaron “por amor”. Otros bebés fueron abandonados a su suerte. A todas estas víctimas hay que sumar las que siéndolo no pudieron demostrar la relación de su malformación con la Talidomida por la negativa de los médicos y farmacéuticos a certificar que la recetaron y expidieron a sus pacientes, que era la principal prueba que admitía el gobierno alemán para ser considerado afectado.
El 18 de noviembre de 1961, el pediatra alemán Dr. Lenz publicó un trabajo describiendo más de 150 casos de niños nacidos con defectos congénitos, “especialmente con ausencia de manos, brazos y piernas, y alertando a la comunidad científica y a la sociedad sobre la posible relación con la ingesta de la talidomida. En diciembre, el médico australiano William Mcbride avisó sobre la misma posibilidad en un artículo publicado en The lancet, y confirmaba así la embriofetopatía”[8].
En Chile, no obstante antes se habían utilizado muestras médicas (el primer caso es de 1949), el Estado permitió su inscripción en el Registro de Especialidades Farmacéuticas, autorizando su fabricación y venta en cinco resoluciones exentas de 1961. La periodista Valentina Burgos Bravo señala que “fue producto del desastre que provocó a nivel global que fue creada la farmacovigilancia, concepto que promueve la seguridad de los medicamentos que son vendidos a la población. Además, se trata del primer medicamento en la historia que entregó indemnizaciones millonarias a sus víctimas por los daños físicos y sicológicos que dejó durante los años cincuenta y sesenta”[9].
LIFE en español. Desesperación. En Arizona, la pesadilla de una mujer embarazada. En Inglaterra, el jugueteo de un bebé sin brazos.
En Europa, continente que congrega la mayor cantidad de víctimas, se crearon instituciones al servicio de las madres y de los niños afectados. Sin embargo, en América Latina y otras latitudes, incluyendo las selvas amazónicas peruana y brasileña, algunas de sus diferentes presentaciones comerciales continuaron vigentes, aún después de que éstas fueran prohibidas en 1965. Al respecto la Organización Mundial de la Salud no ha reaccionado ni con la fuerza ni la premura que debería.
AVANCES
En Chile, sólo existen dos personas que sÍ cuentan con Resoluciones emanadas de dos Comisiones Médicas Preventivas e Invalidez (Compin) que dictaminan que en estas personas su discapacidad es a causa de la Talidomida. Es por estas razones que el Proyecto de Acuerdo de los diputados del año 2010 buscaba que el Estado de Chile reconociera “la responsabilidad que le cabe en el inconmensurable dolor causado a un número indeterminado de compatriotas por la distribución de este fármaco, ya que a pesar del tiempo transcurrido, las víctimas de las malformaciones causadas por la droga siguen arrastrando hasta el día de hoy los problemas y traumas que se les ocasionaron por el consumo del medicamento, que los condenó a vivir diariamente con dolorosas secuelas, las que han debido arrastrar por más de medio siglo”[10].
El 23 de octubre de 2015, Vitachi se había reunido con diversas entidades del Ministerio de Salud para determinar las directrices de quienes serán beneficiarios de estas pensiones de gracia y una posible aprobación de una ley de compensación para las víctimas[11].
Ante los nuevos aires de esperanza que comienzan a soplar en Chile, Vitachi hace un llamado a todos sus asociados a ponerse en contacto con sus directivos y de esta manera poder recopilar todos los relatos y resolver dudas con respecto a las posibles compensaciones para las víctimas en Chile.
Por Aldo Fernández
[1] Véase http://www.vitachi.cl
[2] Cristóbal Cornejo, Víctimas de la Talidomida: Otro crimen de la industria farmacéutica que el Estado chileno no reconoce, El Ciudadano nº 129, segunda quincena de julio 2012.
[3] Véase https://www.camara.cl/pdf.aspx?prmID=2891&prmTipo=PACUERDO
[4] Ibid.
[5] El diputado UDI, Juan Lobos, médico, fallecido el 11 de abril de 2011, fue una de las personas más receptivas de esta lucha y que difundió esta problemática en el ámbito parlamentario.
[6] Globedia. El diario colaborativo, TALIDOMIDA: los secretos de los criminales que fabricaron impunemente un infierno en laboratorio, 29 de marzo de 2010: http://cl.globedia.com/talidomida-secretos-criminales-fabricaron-impunemente-infierno-laboratorio
[7] Ibid.
[8] Vitachi, Talidomida en Chile: http://vitachi.bligoo.cl/content/view/964471/TALIDOMIDA-EN-CHILE.html#.VpVprLbhCUk
[9] Véase Valentina Burgos Bravo, El abandono de las víctimas de talidomida en Chile. Memoria para optar al título de Periodista, Universidad de Chile, 2015.
[10] Véase https://www.camara.cl/pdf.aspx?prmID=2891&prmTipo=PACUERDO
[11] Véase http://vitachi.cl/index.php/2015/10/07/estado-de-chileno-se-compromete-con-victimas-de-la-talidomida-en-chile/
El Ciudadano