El médico Mahmud Sewail es una gran personalidad en Palestina y lo es a nivel internacional. Es el ejemplo de dedicación a la causa palestina a través del cuidado y la atención médica a ese pueblo que desde 1948 viene sufriendo la violencia de Israel.
Sehwail es neuropsiquiatra en los centros de tratamiento y rehabilitación de víctimas de tortura. La idea de establecer estos centros procede de su experiencia como psiquiatra en el hospital psiquiátrico de Belén donde trabajó durante casi quince años.
Desde finales de 1983 ha estado visitando y tratando prisioneros palestinos en cárceles israelíes, y conoce la maquinaria de tortura israelí y los resultados que busca.
¿Qué actividad desarrolla en estos momentos?
Además de atender en los centros de rehabilitación, hay dos en el norte de Cisjordania, uno en Ramallah que cubre la zona de Jerusalén y Jericó y otro en Hebrón que cubre la zona sur.
Atiendo y atendemos a víctimas de tortura y a sus familias, tanto prisioneros como a miles de personas en duelo que han perdido a un ser querido, que tienen heridos y mutilados, la demanda es inmensa a causa de las personas que mataron las fuerzas de ocupación, personas que han sido víctimas de los colonos, víctimas del muro de separación del apartheid, de la demolición de casas y de centenares de puestos militares de control. Realizamos más de 9.000 visitas a domicilio y más de 17.000 sesiones terapéuticas.
Prestamos servicios médicos, psiquiátricos, servicios psico-sociales, rehabilitación vocacional, hacemos campos de verano para niños afectados y programas de sensibilización e investigación.
Yo personalmente llevo realizadas casi 400 visitas a cárceles israelíes. Nuestro equipo atiende a todas las víctimas de la tortura sionista, tanto dentro como fuera de las cárceles.
Debe saberse que el 25% de la población de Palestina ha sido detenida una vez o más, esto representa casi el 40% de la población masculina.
La tortura, la violencia organizada y al abuso contra los derechos humanos no solamente se ejerce en cárceles israelíes sino que los ocupantes ejercen la violencia en todos los niveles de vida.
¿Qué personas son asistidas en los centros que dirige?
Aquellas que padecen del stress postraumático y otras alteraciones psiquiátricas debidas a la tortura y violencia israelí, casi prestamos servicios a la tercera parte de la población palestina.
¿Y con esa multitud delante ¿se puede poner objetivos a largo plazo?
Sí, claro, el objetivo es llegar a una sociedad palestina libre de tortura. Aquí y ahora pretendemos ser la voz de los que no pueden hablar por sí mismos.
No importa la identidad de la víctima o el agresor. No se mira la filiación política, ni la nacionalidad, solo se quiere su rehabilitación. Entre las personas afectadas hemos tenido también una española, mataron a su hijo, dos americanos nativos torturados por los mismos americanos, dos alemanas, un suizo y una israelí casada con un palestino, había sido torturada por los israelíes.
Hemos atendido y atendemos a palestinos torturados en países árabes y hasta por la Autoridad Palestina, es gente solidaria con la lucha del pueblo de Palestina, pero hay que indicar que la mayor parte, casi el 99,9% de las personas torturadas es a manos de los israelíes.
Cuando hablamos de la población que ha sido torturada por Israel parece que nos referimos a los hombres…
No estamos hablando solo de la población masculina. Hay muchas mujeres. Sobre todo hay que indicar que cuando los israelíes capturan al marido, a la cabeza de una familia palestina, la mujer se queda sola, materialmente y psicológicamente, con los hijos, teniendo que soportar toda la carga económica, política, social…
La mujer es el recipiente final de cualquier trauma. Después hay que tener en cuenta que cuando se sale de la cárcel, la persona tiene una prueba social que pasar, ser capaz de ganarse la vida.
En nuestro trabajo de visitar a los presos y hacer visitas domiciliarias siempre encontramos a la familia que sufre desde el primer momento.
Desde que los israelíes llevan a cabo el asalto a una casa familiar después de las 12 de la noche, o de madrugada, entran y destrozan todos los bienes, sacan a la familia, mujeres, hombres, niñas y niños, ancianos, a quien se encuentre, los sacan fuera de la casa como están, y la casa es atacada tras el arresto de quien se quieren llevar, lo mismo da que sean niños, hombres, mujeres…
La familia tiene que buscar de cárcel en cárcel a quien se han llevado, sufriendo todo tipo de humillaciones, y en cada visita inspecciones físicas degradantes. Y la mujer siempre tiene que hacerse cargo de todo, de la situación familiar, la situación económica.
Téngase en cuenta que desde 1967 los israelíes han encarcelado a más de 900.000 palestinos y palestinas. No olvidamos a los 7.000.000 de palestinos que han expulsado de Palestina, 7.000.000 de palestinos y palestinas en el exilio.
-¿Cómo afecta la cárcel?
Más del 90% de los prisioneros han sido torturados en cárceles israelíes y el fin de la tortura no es matar físicamente al cuerpo, sino matar al espíritu, infundir miedo en la persona, en la familia, y en toda la comunidad, y cambiar el carácter y la personalidad. Además, cuando el hombre sale de la cárcel después de muchos años, ha perdido su trabajo y su vida social, su rol como cabeza de familia, porque entonces la mujer se encarga de ser responsable de todo, y la familia no entiende las consecuencias de la tortura, pues la tortura produce un cambio funcional en la familia.
En Palestina el 50% de las familias son extendidas, y en ellas la colectividad está por encima de la individualidad, es la forma de protegerse, y ese es también un objetivo para los israelíes.
Se puede ver en lo que llevan a cabo, porque la ocupación también es división: en Cisjordania tienen 650 puestos de control, desde los Acuerdos de Oslo en los territorios ocupados ha instalado a 800.000 colonos, y en ese territorio de Palestina los colonos son el gobierno, y son protegidos, guardados por el ejército israelí. Además han levantado el muro de separación, y lo han construido sobre territorio palestino.
El Muro de Apartheid separa familias, tierras, separa a los alumnos de su escuela. Entre los pueblos palestinos están los colonos sionistas, y los niños y las niñas no pueden ir a la escuela si no es con la patrulla, no se puede ir al hospital, no se puede hacer ninguna gestión sin cruzar los checkpoint.
A eso hay que añadir que la ética de un soldado israelí es la de un gobernador, puede hacer lo que quiera, incluso te puede matar, un ejemplo es el caso de un juez jordano al que mató un soldado por protestar en el puente entre Jordania y los territorios palestinos ocupados, hay muchos casos, otro ejemplo: hay varias mujeres embarazadas que han dado a la luz en los puestos militares de control porque no las dejan ir al hospital o las detienen.
Y los niños y niñas palestinas ¿cuál es su situación?
Su situación es extremadamente delicada, va desde el encarcelamiento a la matanza de miles de niños, además son raptados por los colonos como fue el caso de un niño de 15 años que fue secuestrado y quemado vivo.
Lo que ha saltado ahora al conocimiento del mundo son las matanzas de niñas y niños que los israelíes han llevado a cabo en Gaza cuando se refugiaban en las escuelas de la ONU. En Gaza, por cierto, tras el último ataque sionista un tercio de la población se ha quedado sin casa.
¿Cómo reaccionan los niños y las niñas ante esa situación?
En la infancia se plantea un problema más, un niño, una niña, no se puede identificar con un padre derrotado, hundido, humillado.
El niño, la niña, se identifica con una figura fuerte, con el ocupante o con el resistente. Por ejemplo, los que participaron en la primera Intifada pasaron el testigo a los que se rebelaron en la segunda, y ahora cavan túneles y desarrollan cohetes que lanzan a los militares israelíes, que es la única forma que tienen de defenderse.
Por supuesto no van a echar rosas a las fuerzas de ocupación, están encerrados en una cárcel grande, eso es Gaza.
En Cisjordania se desarrolla otro tipo de lucha pacífica que también tiene sus resultados trágicos: en una manifestación pacífica los israelíes causaron 320 heridos y 5 muertos.
*Periodista. Rebelión
Fuente: Ramón Pedregal Casanova*, La Arena – Argentina