Celag le preguntó a los encuestados, independientemente de sus preferencias, “¿quién cree que será el próximo presidente de Argentina a partir del 10 de diciembre?” y el 46,2 % respondió: Alberto Fernández
Si la elección presidencial en Argentina se hubiera realizado en los primeros días de junio, la fórmula de Alberto Fernández-Cristina Kirchner habría resultado vencedora en primera vuelta y con más de 16 puntos porcentuales por encima de Mauricio Macri, así lo revela un sondeo de opinión realizado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).
«Si las elecciones presidenciales fueran mañana, ¿a cuál de los siguientes candidatos votaría?», preguntó la encuesta del Celag, y el resultado fue el siguiente: Alberto Fernández – Cristina Fernández 42 %, Mauricio Macri 26,4 %, Roberto Lavagna 9,0 %, Nicolás del Caño 3,8 %, otro 2,2, %, blanco/nulo 7,9 %, no votaría 0,4 % e indecisos 7,5 %.
Con este resultado, la fórmula kirchnerista superaría el 40 % que dispone la Constitución para acceder a la Presidencia sin necesidad de pasar por un balotaje.
El trabajo de campo fue realizado entre el 3 y el 12 de junio y se entrevistó a 2.000 ciudadanos mayores de 16 años (48,6 % hombres y 51,4 % mujeres) habilitados para votar en el territorio argentino, a través de encuestas telefónicas mediante sistema CATI (Computer Aided Telephone Interviewing).
En el estudio participaron ciudadanos de todos los niveles socioeconómicos: alto (10,3 %) , medio alto (15,1 %), medio (31,5 %), medio bajo (27,9 %) y bajo (15,1 %). En tanto, el margen de error para el total de la muestra oscila entre +/- 0,9 % y +/- 2,2 %.
¿Quién será el próximo presidente de Argentina?
Celag le preguntó a los encuestados, independientemente de sus preferencias, “¿quién cree que será el próximo presidente de Argentina a partir del 10 de diciembre?” . El 46,2 % respondió Alberto Fernández; el 21,3 % consideró que Macri seguiría en la Casa Rosada; el 1,9 % consideró que Roberto Lavagna sería el ganador; 9,6 % expresó que sería otro candidato y el 21,1 % señaló que no sabe o prefirió no contestar.
Celag también evaluó el ‘techo electoral’ de los candidatos para una primera vuelta. Un 46 % aseguró que podría votar a Alberto Fernández y otro 42,2 % dijo que nunca lo votaría. En el caso de Mauricio Macri, el 31% podría votarlo, mientras que un contundente 63,7% señaló que nunca votaría por él.
Adicionalmente, un 25,3 % votaría por Roberto Lavagna y un 54,7% expresó que no lo haría.
El binomio Fernández-Fernández
La fórmula electoral de Alberto Fernández como candidato a presidente y Cristina Fernández de Kichner como vicepresidenta fue muy bien recibida por los electores argentinos.
El estudio de Celag le preguntó a los encuestados sobre la decisión de Cristina Fernández de postular a su ex jefe de Gabinete. En ese apartado, el 45,7% consideró que se trató de una buena decisión, el 26,7 % cree que es una mala decisión y el 27,6 % restante no contestó.
También se evaluó cómo los electores valoran a Alberto Fernández como aspirante a la presidencia.
El 41,8 % de las sensaciones fueron positivas: el 3,4 % indicó que Fernández les despierta afecto; el 19,8 % expresó que les transmite confianza y el 18, 6 % lo respeta. En contraparte, un 22,4 % señaló que siente rechazo por él y otro 4,7 % se siente decepcionado.
La consulta no sólo incluyó la fórmula presidencial, sino también a los candidatos a la gobernación de la provincia de Buenos Aires. La combinación entre los Fernández, Axel Kicillof y Verónica Magario le arrebataría a María Eugenia Vidal la gobernación bonaerense con el 41,8 % de los votos, frente al 30,8% que lograría la actual mandataria, respaldada por Macri en un territorio donde no hay segunda vuelta.
Temor a la crisis
El estudio también preguntó sobre el temor que existe a que se produzca una nueva crisis económica como la que atravesó Argentina en 2001. El 59,2 % respondió que cree que es posible que se repita una situación similar de colapso económico, contra el 31 % que contestó que “no” lo considera así.
Aunque han pasado casi 18 años, el pueblo argentino recuerda la debacle económica que surgió en 2001 durante el gobierno del entonces presidente Fernando de la Rúa.
En ese periodo aumentó de manera dramática el desempleo hasta un 25 % y casi la mitad de la población del país vivía en el umbral de la pobreza.
La moneda sobrevalorada abarató la importación, pero las exportaciones cayeron al mismo tiempo y el mercado interno argentino prácticamente desapareció.
Ante la alta inflación, una deuda externa impagable, pobreza extrema y recaudación fiscal mínima, el presidente De la Rúa respondió con políticas neoliberales y recortes en salarios y pensiones de empleados públicos.
A finales de 2001, el Presidente aplicó fuertes restricciones debido a la presión de los tenedores de la deuda externa y a la desconfianza en el sistema financiero que derivó en el famoso decreto conocido como “Corralito” que consistió en la limitación del Gobierno a la libertad para disponer de los dineros en efectivo depositados en entidades bancarias, y que se prolongó por más de un año.
Esta situación desencadenó una serie de paros, protestas y saqueos, así como el asesinato de 39 personas que manifestaron contra la crisis humanitaria, económica, financiera y política.
La revuelta popular generalizada bajo el lema «¡Que se vayan todos!», llevó a que De la Rúa renunciara y huyera en un helicóptero el 20 de diciembre de 2001.
El fracaso de Macri
No es casualidad que el pueblo argentino sienta temor porque un escenario similar al del 2001 esté a la vuelta de la esquina. Durante su gestión como presidente, Macri ha hundido a Argentina en una profunda crisis económica y social.
Con su carta de presentación de empresario prometió que, con una visión gerencial, “arreglaría los problemas que dejó el kirchnerismo”.
La realidad es que su administración ha cosechado una devaluación histórica superior al 100 % y que la inflación crezca un 50 % interanual ( la más alta en 28 años).
Asimismo, Macri prometió que en su mandato se produciría un repunte económico, pero sus políticas neoliberales se tradujeron en privatizaciones y recortes en los subsidios para la electricidad, el combustible y el transporte.
Además, sus medidas económicas han generado que los precios se disparen y que la pobreza aumente a 33 % (13,6 millones de personas), que cierren fábricas y comercios y que en 2018 se hayan despedido a más de 200.000 trabajadores, según cifras oficiales.
El empresario aseguró que reforzaría la posición de Argentina ante los inversionistas nacionales e internacionales. No obstante, los inversionistas se retiraron conforme se volvían más temerosos de los déficits, lo que ocasionó que la moneda se desplomara y despegara la inflación.
El Banco Central decidió tratar de respaldar la moneda al vender sus reservas en dólares y buscar frenar el descenso del peso, pero a medida que las reservas disminuían, el éxodo de dinero se intensificó, y ante la amenaza de una suspensión de pagos, Macri decidió acudir a un rescate del Fondo Monetario Internacional por 57.000 millones de dólares entre 2018 y 2021, a cambio de un riguroso plan de recortes sociales.
Todo esto ha conllevado a que el empresario tenga un rechazo del 75,9 % entre los argentinos, una cifra nada favorable a pocos meses de las elecciones presidenciales.
Para leer el estudio completo de la Celag puedes dar clic AQUÍ