En 2005, la inversión pública en Bolivia apenas llegaba a 629 millones de dólares, cifra que ha registrado un incremento exponencial durante 13 años continuos debido a las políticas acertadas que ha ejecutado el gobierno que lidera el líder indígena y Presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales.
El modelo económico boliviano es ejemplo de productividad y eficiencia no sólo para los países suramericanos, sino también para las naciones desarrolladas que se autodenominan del «primer mundo».
Prueba de ello es la estabilidad que tiene su economía; desde que llegó a la Presidencia, Evo Morales, quien decidió ratificar en 2006 la soberanía de Bolivia sobre el uso de sus recursos naturales y energéticos, ha generado en el país andino estabilidad social, política, cultural y financiera durante la última década.
El líder Aymara resaltó este lunes durante un acto para celebrar los 193 años de la independencia de Bolivia, que el salto dado en la inversión pública marca una «profunda diferencia» con el pasado reciente de ese país, pues en 2005 apenas eran invertidos 629 millones de dólares y para este año 2018 la cifra programada es de 7.492 millones de dólares -6.863 millones más de diferencia-.
La Agencia Boliviana de Información (ABI) -agencia estatal boliviana de noticias- reseñó un acto que lideró Morales en Potosí este lunes 6 de agosto, donde el mandatario destacó que el crecimiento sostenido del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia durante los últimos años mantiene un promedio a favor de 5% anual.
Indicadores positivos por al menos siete años más
Este incremento promedio anual del PIB boliviano -destaca Morales- augurá que en los próximos siete años la economía del país seguirá reflejando indicadores positivos y su PIB seguramente sobrepasará los 50.000 millones de dólares para el año 2025.
«A pesar del contexto externo adverso y de opiniones malintencionadas de algunos analistas, Bolivia ha mantenido su crecimiento, siendo elevado en los últimos años. El PIB entre 2009 al 2017 creció en promedio 4,82%, muy por encima del promedio regional de 1,87%. Ese dato impresiona a todo el mundo», resaltó Morales citado por ABI.
La economía de Bolivia ha logrado crecer -entre 2006 y 2017- un ritmo de 4,9%, expresan datos del Ministerio de Economía citados por la agencia.
Por ejemplo, tan solo en el primer trimestre de 2018, el PIB boliviano creció 4,44% debido al impulso dado por los sectores agropecuario, establecimientos financieros, petróleo crudo, gas natural, construcción, industrias, entre otros.
«En 180 años nos dejaron con 9.572 millones de dólares de PIB, en 12 años (logramos) 28.208 millones de dólares. Ahora tenemos el PIB, al 2017, 37.782 millones de dólares (…). Seguro al 2025 tendremos el PIB mínimo 50.000 millones de dólares», subrayó Morales desde la emblemática Casa de la Moneda de Potosí.
El mandatario boliviano explicó a su pueblo que el evidente progreso que muestra su nación, «empezó a despuntar desde 2006 con la nacionalización de los recursos naturales como los hidrocarburos y empresas estratégicas del Estado, una medida que aumentó los ingresos del país».
Bolivia robusta
Tal crecimiento, explicó Morales, se evidencia también en las Reservas Internacional Netas que ascendieron de 1.714 millones de dólares en 2005 a 10.261 millones de dólares en 2017.
Otro ejemplo evidente de la sanidad de las finanzas bolivianas y como esta extraordinaria situación económica ha favorecido a su pueblo, es la capacidad de ahorro de sus ciudadanos, que creció de 3.826 millones de dólares en 2005 a 25.945 millones de dólares en 2017.
Es tan notable el desempeño boliviano, que incluso su crecimiento es muy superior al de Estados Unidos que apenas creció 1,5% durante el mismo periodo; y sobrepasa al de Latinoamérica en general que sufrió una contracción de 0,9%.
Además, Bolivia se ubica como el tercer país latinoamericano con menos desempleo, con un indicador de 3,3%.
«El crecimiento económico de Bolivia se basa principalmente en la inversión pública, el fortalecimiento del mercado interno y la redistribución de la riqueza a los sectores sociales más vulnerables», resalta ABI.