Representantes de 14 grupos indígenas y cuatro reservas ribereñas de la cuenca de Xingú, se reunieron recientemente en la aldea Kubenkokre para unir fuerzas frente a las políticas aplicadas por el gobierno brasileño que amenazan el Amazonia.
Tribus indígenas del sur de Pará en Brasil, que durante años se mantuvieron en conflicto y casi llegaron al exterminio, decidieron unirse para luchar contra una amenaza mayor: las políticas de la administración de Jair Bolsonaro para el Amazonia
Esta amenaza incluye los planes del ultraderechista para autorizar la minería y la extracción de madera en tierras indígenas. También contempla la contaminación por pesticidas en los ríos locales.
Representantes de 14 grupos étnicos y cuatro reservas ribereñas de la cuenca de Xingú, se reunieron recientemente en la aldea Kubenkokre, en la tierra indígena Kayapós Menkragnoti.
Esta región, que ocupa partes de los estados de Pará y Mato Grosso, es una de las últimas partes preservadas de la Amazonia, pero entre enero y junio de este año perdió 68.900 hectáreas de bosque por deforestación e incendios.
«Hoy tenemos un solo enemigo, que es el gobierno brasileño, el presidente de Brasil y las invasiones de personas no indígenas en nuestras tierras”, dijo a BBC Brasil Mudjire Kayapó, uno de los líderes presentes en la reunión.
«Tenemos diferencias internas, pero para luchar contra este gobierno, estamos unidos«, afirmó.
Doto Takakire, uno de los líderes indígenas que participó en el evento, denunció que la propuesta del gobierno de abrir a la minería las tierras indígenas ha hecho que los mineros ilegales -los garimpeiros– se acerquen a los líderes de las etnias, para ofrecerles dinero a cambio de permisos para operar en los territorios.
En la actualidad la minería está prohibida en tierras indígenas, pero la legalización de la actividad, que para el gobierno de Bolsonaro es una prioridad, depende de la aprobación de una ley por parte del Congreso.
Otra causa del aumento de la extracción ilegal de oro, según Takakire, es el menor número de las multas impuestas por el Ibama, el organismo responsable de combatir los delitos ambientales en tierras indígenas.
Otro de los temores es que la administración de Bolsonaro abrá el camino al arrendamiento de las tierras indígenas para crear grandes extensiones de agricultura intensiva, lo que amenazaría su medio de vida.
Compromiso de paz
Aparte de tratar la problemática de la Amazonia, los indígenas también se comprometieron sellar la paz entre sus pueblos.
«No repetiremos el pasado. De ahora en adelante estaremos unidos«, dijo Kadkure Kayapó, uno de los jefes de la aldea.
Con este compromiso, uno de los resultados de la reunión fue la creación de un consejo para unificar las demandas y racionalizar su discurso político, refiere BBC.
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