Ejército de Colombia recibe órdenes de matar que ponen riesgo a los civiles

Revela The New York Times

Ejército de Colombia recibe órdenes de matar que ponen riesgo a los civiles

Autor: Leonardo Buitrago

Las nueva órdenes recuerdan la serie de asesinatos ilegales ocurridos a mediados de la década de los 2000 en la nación latinoamericana y por los que funcionarios del ejército continúan bajo investigación.

El ejército de Colombia le ordenó a sus tropas que dupliquen la cantidad de criminales y rebeldes que matan, capturan u obligan a rendirse en batalla, aunque  se pueda poner en riesgo la vida de los civiles, reveló The New York Times en un artículo.

Según los  oficiales entrevistados por el diario norteamericano, a inicios de año, se produjo una reunión en la que se les pidió a los generales y coroneles que firmaran un compromiso por escrito para intensificar los ataques.

“Las presentaciones internas diarias ahora muestran el número de días que las brigadas han pasado sin estar en combate, y los comandantes son amonestados cuando no realizan operaciones con la frecuencia suficiente”, señalaron.

Los ataques del ejército colombiano contra los rebeldes pueden poner en riesgo la vida de los civiles

Algo que preocupa a los soldados es la orden que se les instruyo de que no “exijan perfección” al momento de ejecutar ataques letales, incluso si tienen preguntas o dudas sobre los objetivos que están atacando.

“Algunos militares dicen que esa orden implica que reduzcan sus normas para proteger a civiles inocentes de ser asesinados, y que ya ha ocasionado muertes sospechosas o innecesarias”, plantea el diario en su artículo.

Durante las entrevistas, dos oficiales afirmaron que los soldados colombianos se encuentran bajo una intensa presión y que este año ha comenzado a surgir un patrón de asesinatos sospechosos y encubrimientos.

Uno de los oficiales, se refirió a una reunión en la que un general ordenó a los comandantes “hacer lo que sea” para mejorar sus resultados, incluso si eso significaba “aliarse” con grupos criminales armados para obtener información sobre objetivos.

Adicionalmente, a los soldados que aumentan sus muertes en combate se les ofrecen incentivos como vacaciones extra, un patrón que se asemeja al de los asesinatos ilegales ocurridos a mediados de la década de los 2000 en la nación latinoamericana.

“Hemos regresado a lo que estábamos haciendo antes”, dijo uno de los oficiales, que desea mantener su anonimato por temor a las represalias.

Antes de que se firmara un acuerdo de paz, a mediados de la década de los 2000, los militares colombianos implementaron una estrategia similar para derrotar a los grupos rebeldes y paramilitares .

Con el objetivo de cumplir sus cuotas, los soldados cometieron asesinatos generalizados y desapariciones de civiles, lo que causó la indignación de la población.

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De hecho, el ejército colombiano sigue siendo investigado por la serie de asesinatos ilegales ocurridos en ese entonces.

“Los soldados mataban a campesinos y afirmaban que eran guerrilleros, a veces incluso vistiéndolos con uniforme y plantando armas cerca de sus cuerpos. Las tácticas surgieron de los superiores que exigían un mayor número de cuerpos, de acuerdo con los fiscales”, recordó The New York Times.

El Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo denunció que «efectivamente es el mismo tipo de órdenes que estimularon el asesinato de miles de jóvenes durante 2002-2010″.

«Presidente Iván Duque está usted informado y obligado a actuar con medidas eficaces, sopena de cargar con responsabilidad de lo que ocurra», indicó esta organización en un mensaje publicado en su cuenta en Twitter.


Mayor general Nicacio Martínez Espinel, comandante del ejército colombiano 

Órdenes de ataque

El mayor general Nicacio Martínez Espinel, comandante del ejército de Colombia, reconoció haber emitido las nuevas órdenes y exigir que los oficiales establezcan objetivos concretos para matar, capturar o forzar la rendición de los grupos criminales y rebeldes.

Según The New York Times, Martínez  admitió haber emitido una orden por escrito que instruía a los principales comandantes a “doblar los resultados”,  argumentando que había llegado a esa decisión debido a la amenaza que Colombia sigue enfrentando por parte de las organizaciones guerrilleras, paramilitares y criminales.

“La amenaza criminal se incrementó. Si seguimos al ritmo que veníamos anteriormente no vamos a cumplir los objetivos”, dijo.

Sin embargo,  el general cuestionó cómo los oficiales han interpretado sus instrucciones.

“La orden que hay es de ser operacionalmente efectivos”(…) Hay unos que la han cumplido, otros que no la han cumplido”, señaló al tiempo que indicó que las instrucciones solo se referían a la planificación de las misiones, no a su ejecución.

“El respeto absoluto a los derechos humanos es lo más importante”, dijo. “Todo lo que hagamos tiene que estar en el marco de la ley”.

No obstante la orden establece:  “Hay que lanzar operaciones con un 60-70 por ciento de credibilidad y exactitud”, lo que deja un margen de 40% para que se cometan errores y se comprometa la vida de  los civiles.

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Bajo la mirada de Trump

Colombia se encuentra bajo la presión del gobierno de Donald Trump y necesita urgentemente mostrar resultados en la lucha contra el narcotráfico, ya que las estrategias aplicadas por el gobierno colombiano no han tenido el éxito esperado, a pesar de los 10.000 millones de dólares de ayuda estadounidense.

Para responder a las exigencias de Washington, el presidente Iván Duque, quien considera que el acuerdo de paz es demasiado blando con los rebeldes, remplazó a los principales comandantes del ejército en diciembre pasado.

De este modo, nombró a nueve oficiales vinculados a los asesinatos registrados a mediados de la década de los 2000, entre los que se encuentra el general Martínez.

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